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Un movimiento a su lado la despertó. Escucho el ruido de la puerta dos veces, decidió abrir uno de sus ojos. Se encontraba en su habitación, giro su cuerpo enfocando su mirada en el techo.

Frunció el ceño. Paso una mano por la cara. Algo estaba raro. Con su mano levantó la manta que la cubría.

—¡AH!

En cortos segungos, la puerta se abrió de golpe— ¡¿Que paso?! ¡¿Estas bien?!

Lucifer se hizo presente en la habitación. La rubia volvió a gritar, cubriendo su cuerpo y lanzó lo más cercano que tenía a ella.

Lámpara. Teléfono. Almohadas.

—¡Fuera, fuera, fuera!

Oyó la puerta cerrarse nuevamente. Busco su ropa, le pareció raro encontrarla en el suelo con su ropa interior. Se puso de pie para agarrarla, pero al segundo cayó al suelo.

Un intenso dolor llego a sus caderas.

Ahogo un gemido. Cubrió su cuerpo con las sábanas de su cama y se arrastro hasta su ropa. Volvió a ponerse las prendas y tomó asiento en su lecho para recuperar fuerzas.

—Piensa. ¿Que sucedió anoche? Saliste con Angel, él desapareció, conociste otro tipo, fueron a una habitación, desapareció...

Lentamente su rostro se fue pintando de rojo. Su mirada estaba perdida en el techo.

—Mierda... —dirigió su mirada a la puerta, donde antes Lucifer había salido.

Pena, vergüenza, miedo, sorpresa y confusión llegaron a su cabeza. Y todas esas emociones iban para la misma persona.

Pero entre todos esos sintiemientos, había uno de satisfacción y emoción.

—Lucifer...

—¿Daisy? ¿Ya puedo entrar?

Hablando del diablo, literalmente.

La rubia se puso de pie, camino a su ritmo hasta la puerta. Pero se detuvo antes de tomar el pomo. Su palma se poso en la madera y apoyo su frente en la misma.

—¿Daisy?

—¿De verdad paso? ¿No lo soñé?

Escucho un suspiro del otro lado.

—Todo fue real. Escucha, yo-...

—Lo siento.

—¿Que? ¿Por qué lo sientes? No tienes la culpa, Daisy. —Lucifer apoyo su mano en la entrada de la habitación.

—Tienes esposa, una hija y yo... yo solo estoy aquí como invitada. No me conoces, soy un ángel del cielo y tu... —mordió su labio inferior— Lo siento, no quise decirlo así. No quise ofenderte ni nada parecido. Pero esto fue un error.

—¿Me dices que no sentiste la tensión entre ambos antes? Esa tensión sexu-...

—¡No!

El Rey del Infierno se alejo de la puerta por el repentino grito de la joven.

—No lo digas, por favor. Esto no es correcto, esta casado, tiene una hija y yo... bebí demasiado. Fue mi culpa. Lo siento, señor Lucifer.

—¡Deja de disculparte!

Daisy se alejo de la puerta justo a tiempo, evitando recibir un golpe de la misma cuando Lucifer la abrió.

—¿Eh?

—Ya para de disculparte. Siempre te disculpas, hasta por cosas que no hiciste mal. —el de traje atrapó las manos del ángel entre las suyas— Esto no es tu culpa.

—¿No?

—Te quiero, Daisy.

Ella se exaltó. Un tono rosado cubrió sus mejillas. Esto era nuevo, nadie jamás le dijo eso. Su labio inferior tembló un instante.

—No se cuando paso, pero ya no puedo guardarlo. Este sentimiento que siento... Daisy, te volviste especial para mi de una forma inesperada. Quiero protegerte, ayudarte y cuidarte.

—Significa lo mismo... —ella, murmuró.

Lucifer sonrío— Siempre me corriges, aún cuando no me equivoco.

—La semana dijiste que-...

—Eso no importa ahora. Daisy —ella volvió su anterior al ángel caído—, te quiero. En todos los sentidos. Y anoche al verte con ese estúpido demonio apunto de... No me aguante. Quería matarlo ahí mismo, pero me contuve porque tenía que sacarte de allí. No quería verte con alguien más que conmigo...

—Tu —las piezas de su rompecabezas encajaron—. Entonces paso realmente. Nosotros...

—Lamento si no fui el indicado para ser tu primer vez. —cerro sus ojos con fuerza, bajo la cabeza.

Su rostro se encendió de la vergüenza e ira— ¡Tu-...

—Lo note. Pero el calor del momento no me dejó pensar, y tu voz pidiendo por más... Yo solo no pude detenerme. Quien debe disculparse soy yo. Lo lamento.

Daisy se libero del agarre en sus manos. Lucifer dejó caer sus brazos, mantuvo la mirada hacia abajo.
Más él fue obligado a levantar la cabeza por una mano en su menton, ambos conectaron las miradas.

—¿Que pasa con Lilith?

—Hay varias cosas que debes saber.







—Hay varias cosas que debes saber

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Vio el contenido en su taza, al seguir caliente aún liberaba vapor. Dio un pequeño sorbo, y volvió su mirada a Lucifer.

—Entonces...

—Si esto entre nosotros continua, quiero que no le ocultes nada a Charlie. Me sentiré más tranquila si ella sabe, debe decir su opinión y como se siente con todo esto.

—Realmente eres un ángel. —el Morningstar apoyo su rostro en la palma de su mano, admirando la mujer que tenía en frente.

—Es serio, Lucifer —Daisy, pico la frente del rubio—. No quiero que le ocultes cosas a tu hija.

—Si, lo se. Hoy hablaré con ella.

—Quiero estar allí —pidió la ángel—. Debo conocerla en algún momento y este me parece el indicado. ¿Esta bien?

—Esta bien. Mañana le diré que venga. Mientras...

—No —ella lo detuvo, poniendo su mano en frente. Lucifer resoplo—. Quiero oír que tiene que decir Charlie sobre lo nuestro. Hasta entonces, tendrás que esperar.

El de traje suspiro. Asintió de acuerdo con su decisión.

—Esperare. Pero ve preparándote, luego no podrás escapar y muero por oírte gemir de nuevo.

—¡Cállate! ¡Dile a Charlie que venga!

Él, evito un golpe en la cabeza por parte del ángel. Apoyo de nuevo su rostro en su palma, y vio como la mujer desaparecía en el pasillo.

Cayó en cuenta de algo.

—Mi camisa le queda bien...

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No mentiré, me emocione por este capitulo, se que ustedes también...

7w7

Como seaa~

Disfruten y sigan leyendo conmigo!

Ángel caído || Lucifer Morningstar [Corrigiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora