Aún me duele

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España se alejó de México, pero este le agarró fuertemente el brazo impidiendo que el español pudiera seguir alejándose.

España: Suéltame, Mexica- dijo con voz enojada sin mirarlo.

México sonrió de medio lado y de un movimiento lo atrajo hacia él.

México: Sabes... cada vez que me llamas de esa manera no puedo evitar recordar todo lo que algún día fui. Muchas veces te quejas de que yo vivo en el pasado, pero tú no dejas de pronunciar mi nombre cuando era el imperio Tenochca o simplemente Azteca. ¿Qué pasa España? ¿Tanto te hice gritarlo que aún no sabes que tengo otro nombre?- preguntó burlón.

España se intentó girar para darle lo que él diría una "buena hostia" pero México le tenía bien agarrado de sus muñecas.

España: Suéltame o grito- amenazó seriamente.

México: No lo harás- dijo sin perder la sonrisa.

España: ¿Cómo estás tan seguro?- dijo mirándolo directamente a los ojos de manera retadora.

México: Simple, eres demasiado orgulloso para pedir ayuda, recuerda que te conozco más de lo que tú crees. Además... ¿no querrás que unos de tus primeros actos como omega sea pedir ayuda? ¿Acaso has perdido toda capacidad cuando el ruso te la metió?

España lo miró en shock.

España: ¿Cómo sabes...?

México: Entraste cojeando y oliendo a él. No sé si Alemania quiso eliminar su olor mojandote, pero desde luego hizo un muy pésimo trabajo.

España: No estaba cojeando- se defendió indignado.

México: Sí lo hacías, puede que el resto no se diera cuenta, pero yo sí, como te he dicho te conozco. Y me alegra presumir que así te he dejado yo también... aunque te dejaba más tambaleante- dijo con una sonrisa. España se removió enfadado pero México lo abrazó contra su cuerpo impidiendo que se moviera- Estate quieto de una vez.- dijo frustrado por el movimiento del español.

España: Suéltame de una vez- replicó molesto el español.

México: No- dijo de manera firme y estoica- Ese error no lo vuelvo a cometer en mi vida, I-span-ya.

España se quedó asombrada por unos momentos antes de poder reaccionar.

España: Nunca debí de haberte dicho ese nombre, Ēxcān Tlahtōlōyān

México sonrió de medio de medio lado.

México: Para tí... Ēxcān.

España: Vete a la mierda.- dijo molesto.

México: Lo haré... pero primero vamos tú y yo a hablar.

España: Tú y yo no tenemos nada de que ha-

España no pudo terminar de hablar pues el mexicano lo había puesto sobre su hombro y caminó hacia un lugar apartado de la discoteca, España se removía en el hombro del meicano exigiendo su liberación, pero a México le daba completamente igual. El norte americano caminó hasta los baños donde cerró y atranco la puerta para que el ibérico no pudiera salir.

España: Por Dios... México, déjame salir- dijo ya bastante molesto- ¿Quién te crees que eres?

México abrió la boca pero antes de hablar España le interrumpe.

España: Y como digas que eres mi alfa, te juro por Santiago que...

España guardó silencio cuando el mexicano lo atrajó a su cuerpo y lo besó de manera dominante, el mexicano mordía el labio inferior del español en un intento de que éste abriese la boca. España solo se removía y apretaba sus labios para que el mexicano lo consiguiera. México decidido a evitar que el espñaol saliera de su agarre movió su cuerpo y pegó al ibérico a la pared. España aún así se removía, sentía la pared en su espalda y el cálido pecho del mexicano contra el suyo, cansado y aburrido de la situación y con mucho cabreo encima giró su rostro y con la mano abierta le dio una fuerte cachetada que obligó al mexicano hasta girar el rostro. España respiraba de manera fuerte y entrecortada mirando al americano que permanecía en silencio con el rostro vuelto pero sin soltarlo aún.

Jodidos AlfasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora