Domingos

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Se me cae el mundo los domingos,
y deja cristales puntiagudos en el suelo.
Otra cosa más que limpiar, me digo,
mientras crece el vacío perezoso.
Sé que no soy profundo ni especial.
Sé que no es tan duro para mí,
para eso están los poetas de verdad,
que me quejo para salvarme,
huir de la rutina.

Se me hace añicos el mundo los domingos,
y me paso el día barriendo los trocitos.
Interminables granos de un reloj de arena
que se repite vuelta tras vuelta.
Falto de equilibrio me vuelvo a marear,
mientras la arena se hace barro, me hundo.
Me sumerjo en mis sueños más y más.
Ya puedo tocarlos pero, ¿qué más da?
Vuelve a dar la vuelta, la arena sin cesar.

Se me hace un mundo el mundo los domingos... siempre igual.

Poemas calladosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora