Seis veces fueron, fueron seis
las estocadas que me diste,
después de duelos largos,
tu espada de acero forjado
contra mi lanza de mimbre.
Seis veces fueron, fueron seis
las miradas de sal al abismo,
preparado para saltar de golpe,
dolor con solo oír tu nombre
con una pizca de alivio.
Seis veces fueron y seis volviste.
Y yo... yo no me fui,
ninguna de esas veces.
Quizá por eso me culpo,
por no curar mis cicatrices.
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Poemas callados
PoesíaPalabras que no digo y pensamientos que guardo. Día a día, paso a paso.
