Poemas callados

La lechuza y la luna

Me he quedado mudo
de tanto inventarme nadas.
Tarareos que lanzo de noche
bajo la luz rebelde de plata.
Sabe la luna mis miedos,
mis deseos y mis palabras tragadas.

La lechuza comparte la luz,
la luz que no es luz
sino reflejo del día que mata,
las comedias tristes de amor,
los sueños en latas marchitos
y las risas que curan los dramas.

Entre rejas la veo.
Soy yo el enrejado.
Luz enlunada,
lechuza que vuela,
trenzadas de luna van
sus libres alas de enea.

Capto la luz.
Como marea me arrastra.
Me olvido de nudos,
de rejas que frenan.
Recuerdo la voz
y en mi cabeza tintinea.

Caigo de nuevo.
La lechuza se aleja.
El suelo me ata.
La luna se vuelve,
su brillo se esconde
y gira la cara.