✵ 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 06 ✵

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Sábado 𖦹 03 𖦹 febrero 𖦹 2024
꥟ 𝙎𝙤𝙛𝙞𝙖 ꥟

Dormí tan bien anoche. Y estoy tan cómoda que no me quiero ni levantar... pero debo hacerlo, no me queda de otra... Por lo tanto me levanté y me cambié. Me puse una falda plisada, color plomo. Una polera corta que deja ver parte de el abdomen, color blanco, y manga corta. Un polerón over size, rosado, sin cierre, y como con un diseño random pero queda bien. Zapatillas blancas.
   Fui a tomarme un café a la cocina. Mauro estaba levantado tomando desayuno. Mariana aún no. Victoria tampoco... Me hice el café y me senté frente a Mauro para tomármelo.
   — Victoria y Mariana no han despertado la' floja' —le dio un sorbo a su té.
   — En un rato se irán a levantar. Aunque Mar siempre se levanta temprano.
   — Ayer dijo que estaba cansada. So debe de ser por eso.
— Aaah, entonces sí, po.
Ya eran las una de la tarde. Mariana ya se había despertado y levantado. Vicky aún no, entonces fui a la pieza para despertarla.
— Vicky... Vicky, despierta —le moví un poco el brazo. No emitió ningún ruido o movimiento—. Vivi, despierta —le moví otra vez el brazo. Se despertó haciendo ruiditos tiernos, y abriendo lentamente los ojos. Cuando por fin me miró sonrió y yo igual. Esta mujer sí que es tierna, dios mío.
— Hola... ¿qué hora e'? —su voz estaba un poco ronca por recién despertar. Lo usual.
— Las una de la tarde.
— Ay, Dio' mío. Se me pasó la hora.
— Pero no es tan, tan tarde, que digamos.
— No pero igual.
Se levantó. Me quedé haciendo mi cama y de paso la suya...
   Mariana hizo el almuerzo. Le quedó buenísimo, a todos nos gustó. Y cuando terminamos de comer y charlar, ellos se quedaron viendo televisión y yo quise prender en Twitch, pero sin avisar porque me da flojera.
   — Hi, bitches —saludé—. ¿Cómo están? Yo bien, gracias... Perdón no quise avisarles, es que me daba una flojera tener que grabar y todo eso. Preferí hacerlo así nomás...
   — Qué linda te ves sin maquillaje —se leyó un comentario.
   — Ay, gracias, bella. No quise maquillarme.
   — Me encantan tus ojos. Son hermosos.
   — ¡Gracias! Ay cachen que antes siempre me lo decían. Y yo me enojaba porque me cargaba que todo el rato me lo dijeran. Y es que era ya algo que aburría, porque hasta desconocidos me decían, "ay, que lindos tus ojos"... Pero ahora me gusta porque ni me lo dicen ya, es muy escasa la vez que lo hacen —y es verdad. Es porque tengo los ojos verdes, como mi papá, cosa que es una tremenda coincidencia. Porque mi hermano tiene ojos cafés como mi mamá, y es adoptado también, es menor que yo, pero por poquísimo, porque tiene diez y nueve, yendo pa' los veinte. Y mi hermana, tiene doce, y tiene los ojos café como miel. Son muy lindos también.
   — Sofi, cásate conmigo. Yo sí te quiero y trataría bien. No como Victoria, que igual la amo por cierto. Pero ella te trata mal, yo no lo haría.
   — Uy, que ni lo escuche Victoria porque s-
   — ¿Anda' hablando de mí? —se apareció de la nada.
   — ¿Yo? ¿Cuándo? —me hice la tonta.
   — Te escuché, bandida —entrecerró los ojos. Me reí.
   — Es que decían que sí me quieren y tratarían bien. No como tú.
   — ¿Qué? Pero si yo te trato bien. Y te quiero mucho... Dejen de hablar cosa' que no son —frunció el seño queriendo parecer enojada.
   — Oye, sí. No saben na' estos. Tú sí me tratas bien... A veces.
   — ¿A veces?
   — Sí, no seas perra. Hay veces que eres bien mierda conmigo.
   — ¿Como cuando...?
   — Como cuando estamos agarrándonos a coscachos y me muerdes.
   — Esa eres tú, cabrona. Que te cree' perro mordiéndome.
   — Ah, verdad... Bueno, pero cuando yo estoy durmiendo y tú te tiras encima y me despiertas. Y yo me enojo.
   — Esa también ere' tú. Pero no me enojo —estoy perdiendo al parecer.
   — Ush, ya déjalo —sonrió y negó con la cabeza—... Mentira, no. Porque tú te burlas de mi por ver asmr.
— No me burlo de ti. Solo digo que para qué sirve eso.
— Son solo videos. Pero tú no entiendes, Victoria... nunca lo harás —me victimize.
— No seas drama queen, Fifi.
— Ush... —viré los ojos.
— Bueno, me voy.
— Ah, no. Tú te sientas —levantó las cejas como diciendo "¿en serio?"—. Te sientas, ahora, Victoria —como la obediente que es, se fue a buscar la silla que estaba en una esquina de la pieza y la puso un poco lejos de mi—. Acércate más —me hizo caso otra vez—. Muy bien, Vicky —le di un abrazo estando sentadas.
— Ayúdenme.
— Cállate —se calló. La solté—. Mentira, yo te quiero, Vicky —la tomé de la cara con una mano y le di un beso en la mejilla y sonreí.
— A vece' no te entiendo.
— ¿Por qué? —pregunté riendo.
— Porque de la nada ME TRATAS MAL, y luego te dan tu' ataque de cariño y me besa' —la miré con los ojos como dos platos—, en la mejilla, o donde sea —la volví a ver pero una sonrisa se me escapó—. Ósea no, no donde sea, sino que en la cara, meno' en la boca, o en el cu-
— ¿Qué? —pregunté con una sonrisa que se me escapó.
— O en el cuello iba a decir —fruncí el ceño—. Diablo', la estoy cagando más... Pero me refiero como no porque ajá, sino que como... ay no sé, ya me callo mejor.
— Es que tú solita empezaste a decir cosas que nah que ver.
— Yo quería decir otra cosa. Que de la nada me tratas mal, y luego te pone' cariñosa, y me abrazas, y me dices cosa' bonita', o me das beso' en la mejilla.
— Aaaah, okey. Te salvaste.
— Lo sé, lo sé —asintió con la cabeza.
— Me gustó tu outfit —dije mirándola de arriba a abajo.
— Gracia', a mi me gusto el tuyo, en verda'.
— Sí, muchas gracias... ¡ay! Se me ocurrió algo —sonreí.
— ¿Qué cosa?
— ¿Y si nos cambiamos lo que traemos puesto? En cuanto ropa. Así como que yo me pongo la tuya y tú la mía.
— No sé. Me vería rara creo yo.
— ¡Dale! —alargué la última letra—. Es que no sé, cómo qué me dieron ganas.
— Ay, bueno ya. Pero me voy a ver muy rara.
— No, hombre, te vas a ver bien... Espérense ya volvemos.
Con Vicky nos fuimos a la pieza. Quedamos en que ella se pondría pijama, yo me cambiaría y luego ella. ¿Se entiende?
— ¿Ya? —La estaba esperando en la pieza, afuera del clóset donde ella se cambiaba.
— Sí... Pero es que, Diablo', me veo bien rara.
— ¡Ay, a ver! —salió del clóset donde se estaba cambiando... Me enamoré, nah mentira.
— Me veo horrible. Tú no.
— ¡Te ves muy linda! Ay me encantó.
— Es raro usar falda, ¿cómo puede'?
— Es cosa de costumbre. Pero te queda linda.
— Me gustó tu hoodie. Te lo voy a robar más seguido.
— Por Dios... —sonreí.
Yo traía una polera corta, era blanca, manga corta, con una frase en el pecho, en chiquitito. Unos shorts de estos que llegan hasta abajo de las rodillas, de jeans y celeste claro (muy claro), bien anchos. Air Force one, también Blancas, las mías... Y eso.
Volvimos a el directo. Vicky a cada rato se andaba como bajando más la falda.
— ¿Qué pasa? —pregunté al ver que se acomodaba mucho la falda.
— Ay, no sé. Es que es tan raro andar con esto. No sé —sonreímos—. Y me veo mal.
— Miko con falda mi nueva obsesión. *Carita con dos corazones en los ojos* —se leyó un comentario y Vicky sonrió por eso.
— ¿Viste? Te ves muy linda, en serio —repetí.
— Lo dudo —la miré mal—. Perdón.
— Todos dicen que te ves bien. Te ves demasiado linda. No webe'.
— Bueno, ya. Sorry.
Sonreí. Seguimos el directo de lo más normal. Y seguí halagando a mi amiga tanto como ella a mi. Nunca me canso de halagarla, es qué hay tantas cosas que se le pueden halagar. Y lo sabe, pero a veces se hace la tonta nomás.
Fuimos a tomar once, junto a Mauro y Mariana por supuesto. Y ellos igual halagaron a mi amiga.
— Te ves bien, no joda', nena —le decía Mariana al escuchar que otra vez Victoria se quejaba de que no se veía bien. Lo hace a propósito, estoy segura.
— Bueno sí, la verdad es que sí.
— Te dijimos.
Terminamos de tomar once y con Miko nos fuimos a cambiar, porque ya estaba medio incomoda con la falda entonces esa no era la idea. Volvimos al directo. Es que no había nada más que hacer, y a penas eran las nueve de la noche.
   — Bueno, chiquillos. Vamo' a loquear un rato —puse una foto remix. Porque me encantó la canción y porque quiero.
   Con Vicky nos pusimos a bailar a lo loco. Y vi que en un momento se quedó tiesa mirando a la cámara. Aproveché, me puse en frente de ella (de espaldas), y le empecé a perrear. Es que como la vi así como que tuve la necesidad, y luego tal vez (o no) me arrepentiría, pero la vida es una. Se supone... Movía el culo divertida, es que a mi se me va la vergüenza algunas veces, weón. Pero ya, fue. Miko tenía sus manos en mi caderas y su mirada estaba pero clavada en mi culo y en cada moviendo que hacía con este... Ja, menos mal que la falda no se levantó o algo (que me sorprendió), porque sino... ay, Dios mío, yo no vivo para contarlo. Me moría ahí mismo.
   Le estuve perreando un rato hasta ya me aburrí de eso... Luego solo seguí bailando sola o con Vicky, pero normal.
   — Espérate aquí. No te muevas. Me voy a. Ir a cambiar... otra vez —desaparecí.
Cuando volví estaba con un short. De los que traía antes, pero míos. Que son oscurito a y no llegan tan, tan abajo. Pero son muy lindos.
   Seguimos bailando entretenidas. Me agarró la locura, (nada fuera de lo usual), y se me ocurrió algo... Me acerqué a la pared, me paré de manos o como se diga, (con tanta facilidad que me sorprendí), y me puse a perrear tal cual. Y es que me daba risa, pero me contuve porque como me reía me iba de hocico. Y no creo que haya sido una muy linda caída.
   Me volví a levantar. Me reí.
   — Acho, ¿tú desde cuándo que sabe' hacer eso?
   — Ni yo sé. Pero se me ocurrió, y como me hubiera salido mal, ahora no estaba viva.
   — Pero lo bueno es que no pasó. Pero igualmente imagínate que sí te hubiera pasado algo, Sofía. Y te rompías algún hueso o algo. Así algo grave —se colocó seria. Me estaba regañando...
   — Pero no pasó nada...
   — Igualmente. Pudo pasar —seguía seria y a la defensiva.
   — Bueno ya, perdón.
   — No pero es que de verda' que te pudo haber pasado algo. Sofía Trujillo. Lo que hiciste fue muy peligroso —me sentía como cuando tenía nueve y mi mamá me retó por pegarle a un niño. Pero es que tenía mis motivos esa vez...
   — Perdón... —hice un puchero... Me sentía diminuta en ese momento. Como si Victoria fuese gigante y yo una miga de pan.
   — Ay, sorry, me exalté —se dio cuenta. La miré a los ojos y me abrazó por la cintura.
   — Tonta —le pegué en el brazo.
   — Eso no era necesario.
   — Sí. Porque tú me anda'i retando y yo no hice nada malo.
   — Pero e' que te pudo haber...
   — Y no pasó así que no me vengas con cosas raras, Victoria Ramírez —me miró como si ahora yo la estuviera retando. Tan tierna su carita, de verdad...—. Y no me mires así o sino te muerdo.
   — Atrévete —me desafió.
   — Mira cómo ere' —le agarré la mano y le mordí el dedo pulgar. Pero poquito, sin que le duela. Tampoco soy tan mala, pero ella me dijo.
   — ¡Sofía! —se miró la mano. No tenía ni una marca.
   — Me dijiste que me atreva. Pero ¿te dolió?
   — No. Pero, nena, no puede' hacer eso así de la na'.
— Fue el impulso.
— Sí claro —rodó los ojos.
Nos sentamos y interactúanos un rato con el chat... Nos dio sueño entonces apagamos y nos fuimos a acostar y dormir.

𝑩𝒆𝒔𝒕𝒊𝒆𝒔 - ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora