✵ 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 02 ✵

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Martes 𖦹 30 𖦹 Enero 𖦹 2024
꥟ 𝙎𝙤𝙛𝙞𝙖 ꥟

Desperté a medias. Aún estoy medio dormida pero no del todo. Abrí los ojos y estaba en posición cucharita con Vicky. Iba a agarrar mi teléfono pero estaba en el velador y no me iba a parar solo para eso. Para matar el aburrimiento, comencé a maquinar una historia en mi mente. La historia trataba; de que yo iba por el bosque caminando y me encontré a un tipo caminando igual. Chocamos y comenzamos a conversar, me doy cuenta de que me cae bien y nos hacemos amigos. Con El Paso del tiempo nos juntamos a hacer distintas actividades que a ambos nos gustan y nos vamos haciendo más amigos aún. Un día me presenta a un amigo suyo, muy lindo, simpático y to' lo que tú quieras. Nos llevamos muy bien con él, una que otra vez salimos los dos solos. Nos empezamos a gustar, nos hacemos pololos, toda la cosa va muy bien y...
Vicky se está empezando a despertar, al fin. Eso interrumpió mi momento creativo, aunque esa historia pudo haber sido mi romance adolescente, el que desde que descubrí q los libros de romance quiero tener. Aunque recién empecé a leer libros así a los diez y nueve o diez y ocho, entonces fue un poco tarde. Ya antes leía, pero otro tipo de cosas, variadas.
   — Good morning —tenía la voz de recién despertada. Fue abriendo los ojos lentamente.
   — Al fin te despiertas, son las once, Victoria.
   — Shit, se me pasó la hora. Pero no es mi culpa, es tu cama que es muy cómoda, y tus almohadas sobre todo —la miré seria—. No me quiero levantar, di que me atraparon las sábana'.
— Emm... vamos a tomar desayuno mejor.
   — ¡Noo! —le empecé a mover el brazo para que se levantara—. ¡Mmm, noo! —se quejó y se aferró mas a las sábanas. Había gritado tan fuerte ahí, parecía una cabra chica.
   — Levántate o te tiro de la cama —se giró y me sacó la lengua en forma de burla—. Ah, bueno —La tiré de la cama efectivamente. Cayó como en las películas, se desarmó entera.
   — Que hija e' puta ere', nena —me dijo desde el piso e hizo un puchero.
«Que tierna», pensé.
Nos levantamos y yo busqué qué ponerme y me cambié. Me puse una polera corta que dejaba piel a la vista, era manga corta, y café claro. Un buzo gris, y mis pantuflas de oso color café. Me metí al baño, me hice mi skin care y hair care. Y me dejé el pelo suelto. Me veía casual, pero estaba bien para estar en la casa. Luego para salir me cambio.
Bajamos juntas a desayunar. Mariana y Mauro estaban preparando el desayuno justamente.
— Good morning. Hice pancakes —anunció Mauro.
— Buenos días —saludé con una sonrisa en la cara.
  — Siéntense, está listo.
  — Ya.
Vivi se sentó y yo me hice primero mi café con leche.
Ya terminamos todos de tomar desayuno. Pero como siempre, nos quedamos un rato aún en la isla para conversar de lo que sea.
— ¿Ustedes se gustan verdad? Sí, se les nota —dijo Mauro de la nada, mirando a Vicky y a mí. No entendí por qué la pregunta tan repentinamente.
— Somos amigas —contesté.
— Me lo tomaré como un sí. Es que, nenas, se les nota, ni siquiera disimulan un poco —lo miré fijamente. ¿Qué tal si tenía razón? ¿Le gustaré a Vicky?... No, no creo, tampoco da señales de que sí.
— Estaban muy ricos los panqueques —hablé para cambiar de tema.
— Gracias... pero no me cambies de tema.
— Bueno, yo hoy tengo mucha' cosa' que hacer, permiso —Mariana se fue rápidamente de el lugar dejando un silencio.
— Yo igual tengo que hacer. Permiso, estaba muy bueno —tartamudeó Victoria—, Mauro —Victoria se fue dejándome ahí. Sola y con un miedo de puta madre. Le lancé una mirada asesina—. Perdón, Fifi —ni siquiera susurro o algo, solo movió los labios pronunciando eso y se fue. ¿Eso significaría que...?, mejor me dejo de hacer ideas que lo más probable es que no sean. Somos mejores amigas, no creo gustarle, y a mi no me gusta ella tampoco.
Me quedé ahí y Mauro me miraba desafiante.
— Sofi, a ti esa nena te tiene toa' loca, no te haga' —soltó en cuanto Victoria desapareció.
   — Somos amigas. No creo que le guste a ella tampoco... y ósea, no es que me importe gustarle o algo así que digamos, o bueno tal vez sí me importe, ósea no. Bueno no sé, Mau.
— Mmm... ya. Y ¿te gusta ella?
— No, no. Es mi mejor amiga. Me gusta ella, sí, pero como mejor amiga y nada más.
— Bu, que aburrida, harían muy buena pareja.
— Nah... Bueno en realidad no sé na' yo, pero... —en realidad me había dejado pensativa lo que me dijo. Porque ósea, ya nos lo han dicho. Pero somos amigas nada más.
— ¿Pero...?
— No na...
— ¡¡¡SOFÍA!!! —me asustó Victoria de la nada.
— ¡¡¡Aaah!!! —grité al asustarme—. ¡Maria Victoria! —le grité y le empecé pegar puñetazos (despacio, de juego) en el abdomen. Solo me miraba con una sonrisa burlesca desde arriba. Al ver que no se movía ni un poquito le di un pequeño empujón y ahí sí se movió. La miré sería y con cierta molestia.
— Nena, pero no te enoje'. Solo era una bromita.
— Sabes perfectamente que me asusto mucho y que odio con mi corazón asustarme tanto, María Victoria —eso es porque una vez de un susto muy fuerte se murió mi tío, y era mi tío "preferido". Sufrí como nunca en ese entonces, cuando puedo lo voy a ver al cementerio. Junto con mi tata...
— Perdón —se acercó a mi lentamente y me abrazó por la cintura. Le recibí el abrazo contenta. Cerré los ojos dos segundos, con tranquilidad—. Te quiero mucho, Fifita —me susurró al oído y yo sonreí.
— Y yo a ti.
Podía sentir la discreta mirada de Mauro clavada en nosotras por lo cuál decidí separarme lentamente, y le sonreí a Vicky, me devolvió la sonrisa al instante.
— Emm... ¿nos iremo' ya?
— Sí, sí.
— Ya, entonces voy a ir a alistarme.
— Sí, yo igual. ¿Te ayudo a lavar los platos antes de ir a alistarme? —le pregunté a Mauro.
— No, anda nomás, yo los lavo —respondió.
— Bueno, en la once los lavo yo.
Fui tras Vicky y entramos juntas a la pieza. Fui directo a buscar lo que me iba a poner, aunque no tenía ni la menor idea de qué sería. Pero buscando bien encontré un pantalón cargo de color negro, unas zapatillas Air Force 1 con el logo y cordones en rosado. Una cadena que queda bastante pegada al cuello, de Plata, y es una de las cadenas que más me gustan. Una cartera de color negro, marca Pandora. Y una polera corta, manga corta,  y el color aún no sé cuál pero tengo dos opciones: rosado o negro.
Salí del clóset con ambas opciones en las manos, una en cada mano.
  — Vicky —me miró—, ¿me pongo esta o esta? —le mostré las dos opciones de poleras.
  — Eeeeh... la rosita, obvio —¡sabía!
  — Tení ' razón, combina más.
— Sí, pero ya termina de vestirte. Luego te andas quejando que llegamos muy tarde —ella tenía toda la razón, luego me ando quejando.
Le hice caso y me puse lo que me había dicho. Luego me maquillé. Me puse mi perfume, que es el Miss Dior. Me miré al espejo, pero no sabía si dejarlo así o cambiarme otra vez.
   — ¿Cómo me veo? ¿Me debería cambiar o no? —le pregunté a Vicky quién ya estaba lista, y estaba tendida en su cama viendo su teléfono. Apartó la vista de este y me escaneó de arriba a abajo con la mirada.
   — Te ve' hermosa, no te cambie'.
   — ¿Segura? Es que no sé...
   — Cien por ciento segura, beba... ¿Vamo'?
   — Mmm —me volví a ver al espejo—... vamos.
Se puso su perfume y bajamos a la cocina para buscar las llaves de su auto. Luego salimos del condominio y nos fuimos al mall. Una vez estábamos allá nos fuimos directo al Zara para comprarme ropa. Estuvimos ahí inchando unos minutos y nos fuimos a otra tienda.
Terminamos de comprar las cosas que necesitábamos.
   — Vivi, ¿podemos ir pa' allá? —señale el miniso. Siempre me gusta ir a comprar tonterías, pero que termino usando al final día.
   — Claro que sí.
Fuimos para allá y recorrimos toda la tienda. Luego pagamos lo que me había comprado, que era un peluche de pingüino rosado, y una carcasa para los AirPods. No es nada que necesite pero sí que quería. El peluche es porque amo los peluches, y mientras más tenga, mejor, yo creo que no hay edad para que te dejen de gustar ciertas cosas... Y la carcasa, es porque sí y ya. Es negra, Vicky se compró una igual, pero en otra parte, es de color rosado.
   Salimos del mall y yo estaba con miles de bolsas en las manos y brazos, mientras que Vicky solo tenía algunas. Ese es el problema de que yo sea una compradora compulsiva.
   — Pásame estas —me quitó tres bolsas.
   — Gracias, Vivi.
   — De nada.
Llegamos al auto y dejamos todas las bolsas en el maletero. Luego volvimos al departamento. Al entrar estaba Mauro en el sillón del living. Me vió y abrió los ojos como platos.
   — Tú te acabaste to' lo de las tienda', mujer —me dijo viendo todas las bolsas que tenía en las manos—. Y parece que tú igual —le dijo a Vicky, igual viendo las bolsas.
   —Ah, no. Estás igual son de la Sofi. Mías solo son algunas de todas estas.
   — No le dejaste nada a nadie... Dio' mío.
— Uy, ya. No me molestes —dije fingiendo estar enojada.
Me fui a la pieza a guardar todo. Pero por más que lo haya pasado muy bien de compras, sentía un nudo en la garganta. Sentía un vacío. Me quería lastimar, lo necesitaba.
Cerré la puerta de la pieza con pestillo. Me senté al frente de esta, quedando de espaldas a la puerta, afirmándome en ella, llorando nuevamente. Y agarré un cuchillo mariposa que siempre tengo en mi velador, me corté en el brazo. El tajo fue muy grande, no como todos los que tengo, se me pasó un poquito la mano... Me dolía la cortada, y la sangre corría por mi brazo. Pero no me sentía llena, aún necesitaba más. Recurrí a quemarme otra vez. No iba ni siquiera por los tres segundos cuando siento que tocan la puerta. Me limpié rápidamente las lágrimas y me puse un polerón negro que encontré encima de mi cama.
— ¿Sí? —pregunté.
— ¿Sofí, estás bien? —me preguntó Vicky del otro lado de la puerta.
— Umm... sí, ¿por qué?
— Porque tienes la puerta cerrada.
— Me estaba cambiando.
— Siempre te cambias en el baño o en el clóset. Sabes que puedes decirme si pasa algo...
— Sí, lo sé. Pero no te preocupí', no me pasa nada.
— ¿Me lo jura'? —jurarlo... no podía. No le quería mentir.
— Ya te dije que me estaba cambiando, Vicky... Me cambié en la pieza porque como no había nadie, aproveché.
— Bueno, te creo. Entonces ¿puedo pasar? —mierda, no, no podía. Tenía el encendedor y el cuchillo acá.
   — No.
   — ¿Por?
   — Estoy sin ropa.
— ¿Y? —¿es en serio, Victoria?
— Emm... totalmente sin nada, espérate un poquito —tremenda mentira, Sofía.
   — Ah, bueno. Me avisas cuando se pueda. Tengo que dejar par de cosa'.
   — Bueno, al tiro, espera.
Dejé todo en el cajon de mi velador. Fui corriendo al clóset para cambiarme de ropa y que no se note que le mentía. Me quedé con los pantalones de antes. Una polera negra con un diseño en la espalda, la polera era bastante grande, me llegaba a unos centímetros más abajo de lo que son los muslos nomás, y me cubría los brazos hasta los codos, haciendo que no se noten los cortes y las quemaduras. Y luego me puse unas Air Force blancas, normales.
   Le abrí la puerta, fingí una sonrisa, la dejé pasar y volví a cerrar la puerta. Tenía miedo de que me pregunte si estuve llorando o algo así... Pero en cambio solo guardo sus cosas y se tendió en su cama a supongo yo que ver TikTok. Es lo usual, por eso lo supongo. Yo estaba viendo Instagram cuando me entró el aburrimiento. Me puse a ver TikTok. Y decidí hacer uno, porque ya me estaban pidiendo que haga el de "Una foto remix". El que es de Emilia. Y yo ya me lo sé entonces haré ese y puede que alguno más. Porque me gusta el de una foto, porque se lo vi a Emilia y de tanto que repetí el video me lo terminé aprendiendo.
   Bueno me levante, fui al tocador de la pieza y me arreglé un poquito más, porque no me había dado cuenta que al llorar se me corrió un poco el maquillaje. Y mi pelo estaba un poco desordenado por estar tendida... Me puse a buscar la canción hasta que la encontré, afirmé mi teléfono en una repisa y antes de empezar hice memoria de el bailecito ese.
   — ¿Qué va' a hacer? —me preguntó Vicky con curiosidad observándome desde su cama.
   — Nada... —me da vergüenza cuando me preguntan eso, siendo que voy a grabar. Al menos en este tipo de cosas.
   — Ah, sí, es muy divertido hacer nada.
   — Síp...
Me estaba dando un poquito de vergüenza. Pero me olvidé de eso y solo puse la música y me dediqué a hacer el baile. Sentía que a ratos Vicky me lanzaba una que otra mirada, pero no importa.
   — ¿Qué me miras? —le pregunté dándome la vuelta. (Solo para molestarla, no por otra cosa)
   — No, nada.
   — Aaah... bueno ven, dale, graba conmigo.
   — Sofi, tú sabe' que yo bailo horrible. Toa' tiesa.
   — Mentirosa, no es verda'. No te hagas, María Victoria.
   — Pero es que ni siquiera me sé eso qué estás bailando.
   — No importa, hacemos otro que sí te sepas.
   — Yo me sé solo algunos...
   — Te sabes Chulo cien por ciento. Ese será.
   — Ayy, pero ¿por qué tanta insistencia en que baile contigo? —alargó la última palabra.
   — Porque sí, contigo nunca he grabado bailes. Y porque quiero.
   — Está bien... Pero solo este.
   — Sí, sí —dije emocionada.
Busqué la canción y veía de reojo a Vicky. Tenía cara de estarse arrepintiendo. Pero antes de que me diga algo puse la canción y la cuenta regresiva.
El video quedó perfecto, pero yo aún quería grabar más. Aprovechando que accedió, capaz si le pido uno más también accede. O tal vez no, pero no pierdo nada con preguntar.
   — Vicky... ¿tú sabías que yo te quiero mucho?... —de una manera u otra la iba a convencer.
   — Sofía, no voy a grabar otro má'.
   — Por favor, solo uno más.
   — ¿Cuál? —le mostré el de "haciendo el work like Riri" de Emilia, amo esa canción y también a Emilia. Mmm... bueno dale.
— Ya, ya.
— Ay Dio', si me sale mal no te burle'.
— No, no.
Puse a grabar y notaba a Vicky un poco nerviosa. Pero lo hizo y quedé impactada. Boquiabierta literalmente. Y es que cómo está con un crop top (que es color negro y la tela como media transparente, que te mueres), y con uno de sus respectivos gorritos, solo que este es un beanie gris con unas letras negras, y un pantalón tiro bajo que le quedaba perfecto. Pero dejando eso de lado, por la ropa que trae, se le ve más el abdomen entonces cuando mueve las caderas... Dios, te mueres... A ver, muy mejor amiga mía será, pero es que morí al verla haciéndolo. Lo juro, weón, de verdad...
Al terminar de hacerlo se cubrió la cara con el gorrito.
— Oh my god —hablé completamente embobada y Vicky sonrió con nerviosismo—... ¿Podemos hacer uno juntas? —pedí con entusiasmo.
— No sé... Bueno, sí, no tengo nada que perder.
— Ay, gracias, te amo —hablé rápido y me posicioné.
Le di otra vez a grabar... Quedó Perfecto, coordinábamos.
— Gracias —alargué la palabra.
— De nada, beba. Aunque no tiene' nada que agradecer. Tampoco fue lo peor, que digamos.
— Pero igual.
Tomé mi teléfono y subí los tres videos. El mío, el de Vicky, y el que hicimos juntas. Habían quedado a la perfección. Me tendí en mi cama y me quedé un rato viendo el que hizo Vicky, es que era adictivo. Y es que parece que te come con la mirada, que te desnuda con la mirada... Quedé loca. Después de unas diez veces de reproducir el mismo video, continué viendo lo que me salía en mi Para Ti. Pero ya me estaba aburriendo... no tenía ni la menor idea de qué hacer. Al toque recurrí a Vicky.
— Vicky —le hablé y no me hizo caso—, Vicky... Vick, Victoria, María, Miko... Vinny, hazme caso —exigí perdiendo la paciencia. Ni siquiera se detenía a apartar la mirada de su teléfono y mirarme aunque sea un segundo. Aparte de que se escuchaba la misma canción en su teléfono todo el rato—. ¡Victoria, ya, po, péscame! —estaba perdiendo la paciencia. Entonces hice lo que ella siempre me hace cuando estoy con el teléfono y no le hago caso. Se lo quité.
Quería ver que tanto andaba viendo, entonces aproveché una vez tenía el teléfono en mis manos para ver. Era mi video bailando "una foto (remix)". La miré con una sonrisa y hizo su típico mohín, (que se muerde los cachetes por dentro y hace como que va a tirar un beso)
— Ay, mi mejor amiga está obsesionada conmigo, que bonito —dije orgullosa. Viró los ojos.
— Sí claro, obvio, muy obsesioná' —dijo con ironía—. Oye, ¿qué querías decirme?
   — Que si quieres ir a comer a alguna parte, estoy aburrida.
   — Obvio que sí, deja me arreglo un poco.
   — Ya, yo me voy a volver a cambiar —tercera vez en el día que me cambio.
Entré al clóset y empecé a buscar y rebuscar por todas partes lo que me podía poner. Opté por una falda medio corta de cuerina, apretada, y de color negra. Un corset, que era como un top. Una chaqueta de cuero que también era corta, a la altura que empezaba el corset. Unas botas largas de color negro, que eran con plataforma, quedaban perfectas con el outfit. Una cartera negra, medio cuadrada, marca Chanel. Aros en forma de brillo, de oro. Y una cadena bien finita que también era de oro.
   Salí y entré al baño para arreglarme ahí, Vicky estaba usando el tocador entonces no tenía dónde más hacerlo. Pero solo tenía que arreglarme un poco el pelo y ya, porque ya estaba maquillada, y no pensaba volver a hacerlo, no más que un retoque.
Me arreglé mi pelo y retoqué el maquillaje. Me pensé en alisar el pelo, pero me demoraría mucho, entonces me dejé el pelo con ondas, ya que es así naturalmente. Una vez estuve totalmente lista esperé a Vicky sentada en mi cama.
   — Listo —me dijo una vez ya se había terminado de arreglar.
— Ya, ¿nos vamos?
— Let's go.
Salimos de la pieza. Mariana y Mauro estaban en el living viendo tele. Le avisamos que íbamos a salir y nos despedimos. Salimos de condominio y fuimos a donde queríamos ir. El Enjoy aunque no sabíamos si sería ahí, o en La Cevicheria que está ahí igual, qué hay muchas cosas, y a ambas nos gusta ir a ese lugar a comer sushi.
— ¿Entonce', donde?
— No sé. Sofi, ¿donde tú quieres?
— Ay, no sé, po, dime tú.
   — Pa' allá —señaló la Cevicheria. Ya estábamos en el estacionamiento.
   — Bueno.
Nos bajamos de el auto y empezamos a caminar hacia las puertas para entrar al Enjoy, que por ahí sí o sí había que pasar para llegar a nuestro destino. Pero había no tanta, pero bastante gente haciendo cola para entrar, y reconocieron a Vicky.
   — ¡Ay, es Young Miko! —gritó una chica señalándonos y viniendo donde nosotras. Pero claro que la iban a reconocer, no está ni un poquito tapada, que es lo que siempre hace para salir—. Miko, Miko, sácate foto conmigo, por favor.
   — Claro —aceptó Vicky y se sacó la foto con la chica. Y de pronto mucha gente vino como una avalancha hacia Victoria.
Le pedían autógrafos, fotos, dibujos para tatuarse a lo cual Vicky se ponía nerviosa por no saber qué dibujarles.
   — Miko, ¿me autografias? —le pidió una chica (refiriéndose a sus tetas, porque las señaló), a lo que Vicky me miró con los ojos como platos y roja cual tomate, se había sorprendido un poco, (por más que antes ya se lo hubieran pedido)
   — Coño —murmuró Victoria—... Eeh... sí —tartamudeó—, okay —la miré con una sonrisa al ver que estaba tan nerviosa, me quería reír por la situación pero preferí quedarme callada. Victoria efectivamente hizo lo que le pidió la chica y al segundo se sonrojó más de lo que ya estaba—... Listo, baby, cuídate.
   — Gracias, Miko, te amo —Vicky solo le sonrió ante lo ultimo que dijo.
Ya nos habían pedido suficientes autógrafos, fotos, dibujos. A ambas, porque a mí igual me pidieron. También muchos nos preguntaban que si éramos pololas, o algo más que sólo amigas, y nosotras solo nos reímos y decíamos que obviamente no somos nada más que amigas.
   Cuando ya íbamos a entrar nos pidieron la ultima foto y autógrafo.
   — Te quiero, Miko y Sofi —nos gritó una chica a lo lejos.
   — Yo igual te quiero, baby —le gritó Vicky girando la cabeza para verla.
   — Igual te quiero —le grité yo y le sonreí. La chica se veía muy contenta.
Una vez por fin entramos al local, nos sentamos a ver la carta, que era digital entonces tuvimos que escanearla.
   Luego de un rato nos vinieron a preguntar que qué queríamos.
   — Tú primero —me ofreció Victoria y yo le hice caso.
   — Un sushi acevichado —pedí. Sin dudas ese es uno de mis favoritos. Aunque siempre tengo que compartir porque viene mucho.
   — ¿Y de beber? —me preguntó el garzón.
   — ¿Tiene jugo de frambuesa? —no pienso beber alcohol, porque de vuelta al depa no sé quién manejará.
   — Sí tenemos.
   — Entonces eso.
Luego Vicky procedió a pedir lo que quería. Igual era sushi, pero otro. Cuando terminó de pedir el mozo se quedó ahí parado, estaba como pensando en lo que iba a decir o hacer. Con Victoria nos miramos confusas y luego al tipo.
    — Disculpen... ¿les puedo pedir un autógrafo? Soy un gran fan de tu música, Young Miko, y también soy tu fan, Sofía, siempre veo tus directos —pidió vergonzoso. Con Vicky nos volvimos a mirar con cara de que aceptáramos.
   — Claro, ¿tienes hoja o dónde? —aceptó amigablemente Vick, y al chico de la felicidad se le iluminaron los ojos y asintió con una gran sonrisa.
   — Eh —tartamudeó—, no, pero aquí —se arremangó un poco y dejó su brazo a la vista. Vicky le firmó el brazo y yo igual—. Muchas gracias, no las molesto más.
El tipo se fue y con Victoria nos reímos un poco. Conversábamos un poco cuando una chica nos trajo la comida.
   La chica era rubia, y de pelo largo, de tez blanca y con algunas pecas en la nariz. De ojos realmente lindos, eran verdes, iguales a los míos, y pestañas largas (literalmente en el color y eso, tenía los ojos iguales a los míos), le hacían ver los ojos más lindos aún. De cuerpo bonito, bastante envidiable diría yo. Me le quedé viendo unos segundos a los ojos y ella a mí.
   A mi parecer, Vicky se dió cuenta y hizo ese mohín de siempre, me di cuenta al dejar de ver a la chica. Ya me había puesto un poco nerviosa a decir verdad... Ella dejó los platos y bebestibles en la mesa, pasó tocando un poco mi mano y ahí sí que me puse nerviosa. Me miró coqueta y yo le devolví la mirada.
   — Bueno, aquí está lo que pidieron, disfruten —la chica me miró y me sonrió, repetí lo que ella hizo.
   — Sí, muchas gracias —respondió Vicky, me hizo señas disimuladamente de que diga algo, pero estaba en mi mundo por lo cuál no dije nada. La chica me guiñó un ojo y se fue—. ¿Y eso? —me preguntó de forma juguetona Victoria.
   — Emm... ¿cuál?
   — Tú cara está rosa. La nena esa te guiñó un ojo, sonrió, y tú a ella.
   — Nah, no fue nada, solo estaba siendo amable.
   — Nena, tú estás confundiendo la amabilidad con el coqueteo. Ella estaba coqueteando contigo, duh.
   — Ay no sé, no me confundas.
   — Bueno, solo decía. Pero por su bien esperemos que no sea así —dijo seriamente, se dió cuenta de lo que dijo y soltó un suspiro por haber metido la pata.
   — ¿Como que por su bien?
   — Sí, porque —pensó en qué decir—... porque sí y ya.
   — Si es que lo dices porque si llegamos a ser algo yo te vaya a dejar, no sería así. Y tampoco es como que vaya a tener algo con ella pero digo nomás —una pequeña sonrisa apareció en su cara. Se volvió a poner seria en cuanto se percató de que lo noté.
   — Y más te vale. Siempre junta', siempre.

𝑩𝒆𝒔𝒕𝒊𝒆𝒔 - ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora