✵ 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 01 ✵

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Lunes 𖦹 29 𖦹 Enero 𖦹 2024
✲ 𝙉𝙖𝙧𝙧𝙖𝙙𝙤𝙧𝙖 ✲

Victoria y Sofía se encontraban en el colegio, en una fila de cinco personas para comprar en el pequeño kiosco que se encontraba en este.
— ¿Qué tanto compran? Por Dios, ¡quiero helado!, que no se apuran —se quejaba Sofía algo molesta por la situación.
— Sé paciente, Fifi... ¿Ves? Una persona meno' —le comentaba Victoria al ver que ya la persona de más adelante había terminado de comprar y se iba comiendo su galleta.
— Sí, pero más lo que se demoró el chiquito ese —Victoria sonrió.
— Eso es cierto.
Continuaron haciendo la fila. Sofía impaciente y a ratos haciendo comentarios pesimistas, y Victoria haciendo comentarios optimistas cada que Sofía hacía uno enojada.
Al por fin poder comprar, Sofía decidió anotárselo a su cuenta para al día siguiente pagar. Se anotó dos helados de agua (porque son los únicos que podía vender el colegio), uno de frambuesa y otro de chocolate. Victoria solo la miró sorprendida por su compra, a Sofía no le gustaban los helados de chocolate, al menos no los de agua.
— Nena, ¿tú te va' a comer todo eso? Tú siempre te compra' de pura frambuesa —dijo Victoria extrañada.
— No, Vicky, uno es para ti —le entregó su helado de chocolate a su amiga. A su amiga se le iluminaron los ojos de felicidad y le dedicó una gran sonrisa.
— Gracias, Sofí—tomó su helado y comenzó a comérselo al igual que su amiga.
Las dos se sentaron a comer sus helados y a charlar.

𐮜𐮜𐮜
Recordó Sofía en cuanto se sentó con su amiga a comer helados. Ya no estaban en el colegio, incluso habían ya salido de la universidad, Victoria tenía veintiséis años y su amiga veinticinco, aún eran amigas. Inseparables y igual de unidas que siempre, e incluso más aún.
— ¿Te acuerdas de cuando íbamos en sexto básico y siempre nos sentábamos a comer nuestros helados de agua? —le comentó Sofía sonriente a Victoria haciendo que a Victoria se acordara. Ella en cuanto se acordó de todos esos momentos sonrió y soltó una pequeña risa.
— Sí, sí me acuerdo. Y que siempre tú te molestaba' por la fila que había y maldecías a cualquiera que se demorara mucho.
— Ay sí, es verdad —ambas rieron.
— Mi amor, esa memoria que tú tiene'. Y me sorprende que no te acuerde' de las cosas de primero medio —Victoria se acordó de aquellos acontecimientos y se cubrió la cara con una mano riéndose. Pues con la otra sostenía el helado.
— ¿Cuáles cosas? Me acuerdo que siempre nos juntábamos y pelábamos a nuestros compañeros de curso.
— Menos mal que no te acuerda'. Ya quisiera yo no acordarme. Ta' medio peligroso ese recuerdo, diablo.
— Pero dime cuál, así yo igual me acuerdo.
— Mejor que no te acuerde', sé que a ti eso no te va a gustar na' —Victoria se mordió el labio inferior.
— Sí, no le veo lo malo. Demás que ese recuerdo es de cuando nos agarramos a combos y por eso no quieres.
— No, no es ese, Sofí. Es de cuando una vez robamos, y otra asaltamos a alguien de broma —Sofía abrió la boca realizando una "o" y los ojos los abrió como platos.
— Ah... Yo no me acordaba de eso. Dios, que malas personas que fuimos...
— Sí, ya veo... —se volvió a morder el labio inferior y lo soltó lentamente y Sofía observó eso con detención, sin apartar la vista de los labios de su amiga totalmente embobada. Victoria solo la miró y al soltar por completo su labio le dedicó una sonrisa, mientras que Sofía solo comía su helado con desesperación por los nervios que le agarraron por lo que mencionó su amiga. De solo pensar en que hizo esas cosas se sintió una horrible persona. A pesar que solo fue una vez, hace tiempo, y ni siquiera era tan, tan grave.
Siguieron comiendo sus helados en silencio, luego de terminarse los helados fue que decidieron seguir conversando. Y así pasaron la tarde. Luego volvieron a casa riendo a carcajadas. Ahí se encontraron a Mariana y Mauro cenando en la isla de la cocina, en las bancas de madera altas que habían en esta.
   — Nena', a la hora que llegan —las saludó Mariana al ver el reloj, marcaba las ocho y cuarenta y dos de la noche.
   — Hola, Mar —la saludó Sofía sonriente—. Sí, es que pasamos a un lugar y nos entretuvimos en eso.
   — Buenas tarde' —saludó Victoria a Mauro y Mariana. Luego dejó su chaqueta colgada en uno de los percheros de la entrada y fue a sentarse junto a Mariana, Mauro, y Sofía, quien ya lo había hecho y justamente se sentó a la par de ella, quedando Sofía a su izquierda.
  — ¿Van a cenar? —les preguntó Mauro.
  — Yo no, hambre no tengo. Me llené con el helado.
  — Yo tampoco —dijo Sofía.
  — Bueno, voy a lavar los platos. Si quieren comer ahí ven lo qué hay —Mauro se levantó y comenzó a retirar las cosas de la mesa para lavarlas.
Mariana se fue a su habitación, Victoria y Sofía se quedaron conversando con Mauro. Luego Mauro se fue y las mejores amigas se quedaron solas conversando entretenidas. Cuando una idea algo "tonta" llegó a la cabeza de Sofía.
— ¿Sabes? Quiero coger —habló Sofía. La cara de Victoria cambió drásticamente a una de total sorpresa.
   — ¿Lo dice' en serio? —la peli-plateada estaba en total confusión.
   — No, en realidad no... o tal vez sí. Nah mentira, no —ahora la confundida era su amiga.
   — Tú está' loca, nena.
   — Sí, yo creo.

𝑩𝒆𝒔𝒕𝒊𝒆𝒔 - ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora