✵ 𝘊𝘩𝘢𝘱𝘵𝘦𝘳 22 ✵

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Domingo 𖦹 29 𖦹 Junio 𖦹 2024
꥟ 𝙎𝙤𝙛𝙞𝙖 ꥟

Oh, Dios, estoy que me muero.

Me tiemblan las manos horrible, estoy muy nerviosa.

Hoy iré a la casa de los papis de Vicky y les diremos que estamos juntas.

A ellos primero, aún no estoy lista para decirle a los míos.

Pero por ahora, estoy acompañando a tomar desayuno a Mauro, el resto duerme.

— ¿Qué se supone que tenga que decir? —no comía nada, la comida no me pasaba de tantos nervios que tenia. Y se me quitó el hambre.
— No sé —se encogió de hombros, miró mis manos que temblaban—. Oye, tranquilízate primero, no es nada malo ni grave.
— Pero es que... Ay, ¿y si a sus papás no les gusta la idea y me preferían como la mejor amiga?
— No va a pasar eso —bebió de su café—. Ellos te aman, Sofía, literalmente. Van a estar felices de ser tus suegro' —lo miré, negué con la cabeza.
— ¿Y si no? —rodó los ojos y suspiró, me tomó de las manos para que dejen de temblar.
— Y si no, no pasa na'. No pueden cambiar que esté' enamorá' de Vick.
— Pero...
— Sin peros, Sofía Trujillo. No le puede' tener miedo a eso, no seas estúpida —lo miré mal por haberme dicho así.
— Agh, bueno... ¿Pero como les diremos?

«Hola, tía, su hija también me dice "mami".»

— Diles... no sé, eso tienes que conversarlo con Vick.
— Bueno, ya.
— ¿Nunca ha' tenido pareja?
— Sí, como dos... o tres. Pero solo uno me duró.
— Se entiende —fruncí el ceño—. Poco' te pueden soportar tanto tiempo —abrí mi boca como diciendo "a", incrédula. Solté una mano de las suyas y le pegué un charchazo en la cabeza—. ¡Auch! Me dolió, canto e' cabrona.

Rodé los ojos.

Al menos mis manos dejaron de temblar.

   — Estoy muy nerviosa, Mauro. No sé qué voy a hacer —me toqué la cabeza con ambas manos.
   — Solo tienen que decirle' que están junta', que son jeva' y listo. No es nada del otro mundo. Aparte ya lo has hecho antes.
   — Pero es que esto es distinto po. Las veces que antes lo había hecho se me hizo un poco más fácil, porque era una cabra chica, y porque los pololos que había tenido no me gustaban tanto como Vicky. Ahora es más serio.
    — Oh —asintió con la cabeza—... Diablo', estas enamorá', oh my god —se llevó una mano a la boca.
   — Duh, es obvio que sí, no huevé'.
   — Es que nunca me imaginé que con tu corazón de piedra que tiene' te pudieras enamorar —hice una mueca.
   — ¡Ush! Deja de atacarme, hueón.
   — No importa, la cosa que es no te pongas nerviosa, fluye y ya. Espero que les salga bien, si no, yo voy a tener una caja e' pañuelo —sonreí.
   — Ya, bueno. Gracias.

Bebió de su café.

   — Confía en ti, tente un poquito de fe —dijo.
   — Ya, sí, tienes razón —asintió con la cabeza. Suspiré mirando a la nada—. Dame un abrazo —estiré los brazos para que me lo diera.
   — Bueno —dijo de mala gana.

Nos abrazamos, era lo que necesitaba.

Victoria vino, dando saltos como conejo, con las piernas juntas, contenta.

   — Hola, perras —nos saludó. Nos soltamos y la miramos mal—. Perdón.
   — Amaneciste contenta —le dijo Mauro riendo.
   — Sí —sonrió como una niña chica
   — ¿A qué se debe? —tomó de su café.
   — No siempre tiene que haber una razón, Diego.
   — Verdad, me olvidaba de que tu eras "señorita Alegría".
   — Cállate, envidioso —reímos a carcajadas.
   — Damn, eso fue muy Sofía de tu parte, Victoria —reí. 

𝑩𝒆𝒔𝒕𝒊𝒆𝒔 - ʸᵒᵘⁿᵍ ᵐⁱᵏᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora