7 días desde la
llegada de los dragónesPov Rudur Warterlon
Voy con mi gente a lo largo de todo el frente luchando sin descanso, sin parar de matar, sin parar de bañarnos en la sangre de los invasores. El plan del estratega Suistin ha terminado saliendo mejor de lo que muchos hubiesen esperado, ahora yo y mis hombres nos encontramos rumbo al fuerte Derpol donde nos estará esperando Cilion Munto, el cual nos dará nuevas instrucciones.
Espero que por lo menos nos den un día de descanso, yo y mis hombres nos encontramos exhaustos.
Ya ha pasado una semana desde la llegada de los dragones, no hemos podido pegar ojo, algo que es totalmente comprensible; somos la Hermandad de Acero, el mundo cuenta con nosotros. El Frente se encontraba en una constante lucha contra la invación. Caos y sangre por todo el oeste del Imperio de Pelsalles, que se encontraba arrazado.
Pov Narrador
En el fuerte Derpol, lejos de los bullicio y del caos de la guerra se encontraba Cilion discutiendo, con un pequeño consejo sobre el camino que tomaría la Hermandad del Acero. Algunos votaban por dejarlos en el frente y de esa forma que sigan prestando ayuda a las trincheras como se encontraba haciendo últimamente, otra parte querían mandarlos a que dieran apoyo a Mintar en Costa de las rosas. Cilion se mantenía neutral, pero no aguantaba más la discusión cada vez se volvía más insoportable así que se resigna a hablar
-Silencio, por favor-excama logrando cerrarle la boca a todos.
-La Hermandad de Acero es un pequeño ejército de seiscientos soldados, en el que varía todo tipo de razas. En estos momentos no sabemos cuantos de ellos quedarán, lo averiguaremos mañana por la mañana cuando lleguen. No se olviden que la Hermandad me pertenece, yo la he reclutado y entrenado, escogí personalmente a cada miembro. Con la ayuda de Jeison Cruston pudimos crear las excepcionales armaduras que portan, armaduras por las cuales son tan buenos en lo que hacen. Voy a presentarles las opciones que tienen, que ellos tomen la decisión.
Sin más, Cilion se levanta retirándose del salón dejando a muchos molesto y con la boca abierta.
Al día siguiente llega la Hermandad como estaba previsto, Cilion los recibe en persona, este se percata al momento la gran desmoralización que sufrían estos soldados.
-Señor Cilion, capitán Rudur Waterlon a su servicio- excama Rudur quitándose el casco y arrodillandose.
-Paraos capitán, no debe arrodillarse ante nadie, ordenaré que sus soldados sea tratados con la mayor amabilidad y calidad posible, la cual tienen más que merecidas.
-Grasias señor-agradece felizmente el capitán.
-Ahora necesito que me des la situación de tus tropas.
-Claro, pues de seiscientos soldados quedamos trescientos treinta y cinco, de los cuales hay veinte heridos y seis graves.
-Correcto, ahora descanse y coma después hablaremos.
El capitán se encontraba muy contento aunque por el trato que le estaban ofreciendo en el fuerte especialmente por que el ya se lo había prometido a sus soldados.
Capitán Rudur, un humano fuerte y grande de piel morena y cabello oscuro, posedor de una cara honesta y a la vez atractiva, sus hombres confiaban fielmente en él y eran capaces de seguirlo a la muerte si él se lo pidiese, su mano derecha; Buder Erter, un viejo Orco gruñón, pero a la vez sabio el cual calaba a la perfección a las personas, y ya se olía algo extraño nada más de pisar este lugar.
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Sangre De Un Dragón
Viễn tưởngEl cielo está a punto de ser cubierto de bestias, las cuales no osan a tener un destino fijo, se desmoronan los grandes imperios, los suelos se agrietan y los mares se ponen turbios. Está al construirse un frente de batalla, en el cual reinará la mu...