Capítulo 31: ''Mente en Blanco''

1 0 0
                                    

Pov Sergot

¿Donde estoy? He abierto los ojos y he despertado en ¿la nada?, aquí no hay nada. ¿Qué ha pasado? ¿Dónde están todos? Me estoy empezando a preocupar, un gran vacío blanco a mi alrededor con una baja niebla en mis pies, la cual no pasa de mis rodillas.

¿Como habre llegado aquí? lo último que recuerdo es ver como la sangre de Gomergon se desboradaba desde su garganta, como una cascada de agua mientras yo caía al suelo. Demonios, he de salir de aquí, la mejor opción será caminar, pero a dónde.

Pov Narrador

El elfo se encontraba desorientado en aquél vacio blanco, no sabía a donde quedaba el Este o el Oeste. Sergot sin ideas se dispone a gritar.

-¡¿Hola?! ¡¿Alguien puede oírme?! - exclama este sin tener ningún resultado.

Después de un desalentador suspiro, de la nada, le responden con una socarrona voz.

-¿No sabes que lugar es este, elfo?

Sergot se queda inmóvil al escuchar esto, el sabía que esa voz no era humana, se gira despacio, impresionandose. Este era el mismísimo Gomergon que se encontraba sentado mirando al constante vacío.

-¡Gomergon! ¿que hacemos aquí?- pregunta Sergot poniéndose en posición para el combate, pero cuando va a agarrar su espada no la traía consigo.

- Veo que después de todo, Tekor aún no te ha dicho algunas cosas - contesta Gomergon relajado sin intenciones hostiles.

-¿Contarme qué? Maldita sea, ese dragón cada vez me oculta más cosas.

El rey ríe.

-Típico de ese traidor - habla el rey, su voz retumbando por todo el lugar-. Nunca pensé que lograría ligar su sangre con la de un mortal y mucho menos compartirle sus poderes y conocimiento. Tuvo que haber sido un genio aquél que logró con éxito la transición.

Sergot mira al dragón confundido.

-Oye, Gomergon, ve al grano - el elfo permanecía en pié preparado para atacar con el más mínimo movimiento.

Tal vez Sergot no tenía sus armas, pero aún tenía su magia es cuando se da cuenta que las heridas de su rival se han ido al igual que más suyas.

-Los dragónes cuándo matan a un ser magico absorben ese poder, al ser un enemigo con mucha magia es teletrapartado a este lugar para poder tener unas palabras con su contrincante. Por tus venas corre sangre de Drokow, llevas nuestra sangre, la sangre de los dragónes. Es por eso por lo que estás aquí, por lo que estamos aquí.

Sergot al escuchar esto se sienta junto al gigante dragón.

-¿Por qué no pudo acabar diferente? ¿Por qué nos tuvimos que matar, Gomergon?-pregunta Sergot, lamentando tantas pérdidas de ambos bandos mientras mira a la misma dirección que Alas Negras, observando juntos el pasaje en balnco.

-No entiendo que necesidad había- alza la mirada hacia Gomergon.

-Ojalá hubiese habido otra manera, Sergot, pero era imposible el choque de mi raza contra las de tu mundo, es devastador. Si hubiésemos intentado hacer el uso de la paz solo hubiésemos atrasado un poco mas lo inevitable, lamento por ir a tu mundo, elfo y destruirlo como si no me imporatase nada mas, pero hubiese echo todo lo posible por ver a mi raza prosperar. Soy el Rey, era el Rey, hubiese hecho mas incluso, hubiese destruido más, por ver conseguirle a mi raza el mundo que se merecen y no este en el cual nos dejaron, olvidados como seres inservibles, un mundo el cual ya estaba muerto cuando llegamos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sangre De Un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora