Capítulo 27: "Discurso de un Mujeriego"

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Pov Sergot

Nos alejamos de nuestros hogares, de nuestros seres queridos, del calor de nuestras familias. Nunca pensé que el mar me pudiese gustar, apesar del constante movimiento y que nunca tienes un minuto a solas, es muy agradable, sentir la brisa salada en la cara y ver el interminable océano bajo nuestos pies. Es hasta cierto punto satisfactorio.

Llevamos cuatro días desde que zarpamos, Tekor nos guía en todo momento. Es fuerte, no se ha cansado de volar, manteniendo el rumbo. Eslayer y Zoidrax se adelantaron para despejar el camino, de esa forma asegurarse que no nos topemos con ningún dragón en el trayecto.

Miro a mi alrededor y me culpo al ver tantos jóvenes que no quieren estar aquí, lo único que desean es cumplir con su deber, pero por nada más. Londer ha traído un amigo con él, su nombre es Furkat, Londer me ha contado que se conocieron en el primer enfrentamiento en los acantilados después de que quedar atrapado por un dragón.

Esme está contento, el señorito Net se nos unio, lástima que Jeiso no no haya podido venir con nosotros, nos hubiese sido de gran ayuda. Lo peor del viaje sin duda es Hilen no se de que manera habrá hecho para escabullirse y entrar aquí en el mismo barco en el que estoy yo. Esto es un fastidio...

Pov Narrador

Mientras que los navíos de Sergot se dirigían hacía Las Islas Dragón, el rey Eorlum se reúne con el Rey enano en la ciudad de Frouer en Pelsalles.

La reunión se llevará a cabo en la única posada que quedaba intacta de la ciudad, Frouer no era más que polvo y madera quemada, se encontraba demolida tanto que era casi imposible caminar por sus calles. Esta es alquilada todo el día por el rey del norte, asegurando los alrededores con cientos de guardias, para de esta forma tener un lugar fiable donde poder conversar junto al rey Goromil.

El rey Eorlum esperaba a su amigo bebiendo un fuerte licor, mientras era custodiado por su guardia de élite. Abre la puerta uno de los soldados del exterior para informar que el rey Goromil ya había llegado.

-Pues, ¿que están esperando? Decirle que pase-Exclama Eorlum impaciente.

Goromil se encontraba afuera con su escolta, había dejado su carujae en las afueras de la ciudad ya que les era imposible recorrer las calles en el con tantos edificios y casas destruidos bloqueando el paso. Goromil miraba al cielo gris, había una interminable lluvia de cenizas por todo el continente.

-Rey Goromil, el rey Eorlum lo espera impacientemente. Por favor pase y póngase cómodo-le habla uno de los guardias que cuidaba el citio.

Goromil pasa junto a sus hombres a la vieja posada de dos pisos, con sólo pasar la puerta ve al viejo Eorlum sentado.

-¿Cómo están esas rodillas viejo?- le pregunta el rey enano a su amigo.

-Las mías están bastante bien, aún puedo saltar los obstáculos de dos metros con ellas-le responde Eorlum burlándose claramente de él mientras se pone de pie.

Ambos reyes se asercan a darse un fuerte abrazo, habían pasado mucho tiempo sin verse.

-Menuda guerra-dice Eorlum.

-Ni que lo digas-responde su viejo amigo.

-Que sitio más interesante para una reunión secreta-afirma Goromil.

-Si, una estrecha calle en una ciudad moribunda. ¿Alguien sabe de tu llegada?-habla y pregunta a la vez el rey nórdico.

-No, tranquilo, me aseguré de que nadie me viese.

-Perfecto- responde el viejo mientras agarraba dos vasos de cristal con una sola mano sirviendoles a ambos un poco de ese licor que había estado bebiendo anteriormente.

Sangre De Un DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora