21.

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Luz

—Luz, ¿Qué haces con Caleb?

Era algo muy difícil de explicar, pero no tenía otra opción más que decir mentiras. Cómo siempre. A este paso su nariz podría ser una espada gigante.

—Me lo encontré en el camino y quiso venir a divertirse con nosotros. No podía negarme, es un chico ocupado y triste.—comentó la morena sonriendo burlonamente a su amigo.

Y no se veía muy contento con esa coartada. Por lo general el daba las explicaciones y estaba acostumbrado a ser quién mandaba y hablaba en su mayoria de misiones.

Hunter no podía darse el lujo de discutir frente a quiénes serían su apoyo de encubierto, así que sonrió lo más amable que pudo y mantuvo la compostura.

—Espero y no les moleste que esté aquí. Se que originalmente llamaron a Luz, pero ella es mi amiga y pensé que podría conocer a sus otros amigos y pasarla bien los 4.

La castaña quedó sorprendida de lo bien que actuaba el rubio. Era reconfortante ver a alguien igual de falso y mentiroso cómo ella, ya no se sentía tanto cómo una mierda farsante.

Pero la diferencia era que Hunter mentía por un bien mucho mayor, y ella por el beneficio propio y de su nueva familia.

—No hay ningún problema, siempre y cuándo no vomites.—la de lentes tomó rumbo a la atracción más cercana siendo seguida por sus amigos, que ya sabían a que se refería.

—¿Por qué lo haría?

—Probablemente por las atracciones, Hunter.

Iba tan campante a la atracción más peligrosa que le molestó que Caleb la arrastrara a otro lugar lejano con tal de hablar en "privado".

—Podré perdonarte que revelaste mi verdadera identidad a tus amigos, pero si yo me desmayo en una atracción o me pasa algo, no te lo perdonaré jamás.

Para todo Bonesbourgh, Caleb Wittebane no era más que el hijo de el oficial de policía de la ciudad, que de vez en cuándo lo ayudaba en su trabajo en cosas menores. Pero la realidad era la que ya sabía Luz, el es un espía de gobierno y era un secreto hasta que ella se enteró y en un arranque de emoción, se lo contó a sus amigos que afortunadamente nunca abrirían la boca. Si lo hacían, le iría bastante mal al muchacho y su padre y su tio lo reprenderían.

—Seguro. Pero necesitas pasar lo más desapercibido posible, ¿No?

—Si, pero.. hay otras formas.

—Se supone que eres valiente, Hunter. Estoy segura de que alguna vez te han disparado. ¿Y ahora le tienes miedo a un parque de diversiones?—cuestionó la ojos marrones, abrazando al chico con su brazo derecho y rodeándolo por los hombros.

—Es diferente, la adrenalina de una atracción de un parque de diversiones es bastante... alta.—murmuró el ojeroso, indiferente al contacto físico de su amiga.

—Estaré contigo, te lo prometo.

Puede que Caleb fuera el chico más precavido y nervioso que conocía, pero ella sabía cómo calmar a la gente fuera quien fuera. Y el no sería la excepción.

—Bien. Pero no te metas tanto en la misión, sólo mantente en tu fachada de buena amiga.

—Claro... fachada.—Luz sonrió ladeadamente y guió a su amigo a la atracción en la que Gus y Willow los esperaban, pero para su buena suerte, chocó contra una chica un poco más bajita que ella.

—Lo siento—se disculpó de inmediato la adolescente, pero al ver que había chocado con ella, su tono cambió—. ¿Noceda?

—Blight, hola.—saludó sonriente, recordando el beso que podía sentir todavía en su mejilla.

DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora