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Amity

—No Mittens. Luz no dijo nada, lo recuerdo perfectamente.

—Pasaron 3 semanas desde eso, ¿Segura que lo recuerdas bien?

—Si, Mittens. Y si vuelves a preguntar ya no te voy a responder.—Emira en verdad empezaba a hartarse de que su hermana fuera una histérica.

Hace 3 semanas que Luz fue a su casa, ese día cuándo Odalia la apartó de su hermana y su novia, no sufrió ningún daño físico, solo una amenaza como las que solía darle su madre si la desobedecía. Estaba muy consciente de que su madre, no aceptaba en lo más mínimo sus interacciones con la morena, le había dejado muy en claro que le parecía sospecha y que en definitiva, no era de su mismo estrato social.

Desde entonces, la de beanie solo volvió un día después para llevarse su motocicleta, a partir de ahí nunca volvieron a juntarse en su casa. Y no había vuelto a escuchar la voz de su novia, cantándole una canción acompañada de una guitarra.

Y con eso en mente, pensó en hacerle un regalo, uno bastante... excesivo, quizá estúpido. Ella lo veía más como una inversión.

—Si, por cierto Mittens—su hermano alzó un poco la mano para llamar su atención, el estaba sentado en la silla de su escritorio—. Entiendo que quieras mucho a Luz, ¿Pero no te parece demasiado querer regalarle una guitarra?

—Y Taylor.—añadió la peliverde más grande.

—¿Creen que Luz no se merece una? Tiene un talento increíble, me sorprende que no tenga una guitarra propia.—para ella, la ojos chocolate ya debería tener 10 discos grabados y miles de premios por su talento.

—No es eso. Pero, ¿Has visto la cara de Luz cuándo pone un pie en la casa?

—¿A que te refieres, Edric?—empezaba a ponerse a la defensiva, juraría que estaba por oír un comentario clasista que involucraba a Luz.

—Digo que se abruma cuando ve todas las cosas caras e innecesarias que tenemos aqui. Es buena para ocultarlo. Pero yo soy un mentiroso muy bueno también y puedo ver cuando oculta algo.—dijo, dejando su lado informativo y serio por uno orgulloso y divertido.

—Parece que la conocen más que yo.—dijo con sarcasmo, pero una parte estaba algo apenada, parecía ser cierto.

—Bueno, nosotros estamos ocupados viéndola brillar. Tú estás ocupada imaginando un futuro con ella, viendo su hermosa cara, adorándola y escuchándola cantar. Claro que no prestarás atención a cosas que te oculta muy bien.

—¿Creen que Luz no me tiene la confianza de ser ella misma conmigo?—poco a poco, empezaba a ponerse insegura sobre su relación, y sus hermanos claramente no sabían que hacer en esa situación. Ella nunca les presentó a su pareja.

Y es que, en la escuela podía ver perfectamente a su novia, riendo y haciendo bromas con sus amigos, siempre hablando un poco fuerte por la emoción. Con ella en cambio, siempre estaba serena, risueña claramente y consintiéndole sus comportamientos. Sus primeras interacciones de amigas si eran como las que tenía con Willow y Gus, ¿Entonces tenía un comportamiento distinto dependiendo de con quien estaba?

Luz era un cofre lleno de secretos y era algo que había aceptado desde que la conoció. De vez en cuándo intentaba forzar la cerradura pero nunca podía abrirla ni un poquito. Y obviamente, no iba a forzar a la castaña a contarle cosas que ella no quería y probablemente ni necesitara saber.

—Estas pensando demasiado, Amity. Regálale esa guitarra si crees que le gustará en verdad.

DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora