24.

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Luz

—Y listo, es entrada por salida.

En los barrios más bajos de Bonesbourgh, era muy común que la gente se agrupara para dar golpes tanto pequeños como de gran magnitud. Luz y Eda no vivían en esos barrios, pero si reclutaban a los mejores pistoleros y conductores para sus atracos, todos provenían de ahí.

—¿Algo no quedó claro?—Luz no quería ningún problema en ese robo, si algo odiaba era que las cosas no salieran de acuerdo al plan, con respecto a los planes que había para cada miembro del equipo.

—¿Y si la policía interfiere antes de lo previsto?

—Dudo mucho que pase, pero en caso de, los pistoleros se harán cargo, al fin y al cabo para eso están—la de máscara trataba de mantener un tono neutro y sin vida, para no demostrar ni una sola emoción—. ¿Algo más?

Al estar 10 segundos en silencio, supuso que ya nadie tendría dudas sobre el plan, pero alguien preguntó por última vez.

—¿Usted va a... estar ahi?

—No, solo les armé el plan, quiero descansar un rato de esto—aclaró volteando a ver ligeramente a su mentora, que cruzada de brazos le sonreía suavemente—. Y tienen que aprender a trabajar sin mi, no siempre estaré aqui para hacerles los planes.

—Bueno, estén listos para ese dia, por ahora descansen, afinen la puntería y cosas asi. Ya debemos irnos.—ese comentario era más para ella que para el equipo, asi que asintió y se alejó de la gran mesa que todos rodeaban.

—Suerte.

No habló más, no le apetecía. Caminó para salir de ese cuarto y volteó a ver si Edalyn la seguía, efectivamente. Mientras caminaban y salían de ese barrio no se hablaron en ninguna momento, no hasta asegurarse de que no había nadie que los escuchara.

—Eres muy precavida, ¿Lo sabías? Eso no lo aprendiste de mi.—sabía que era una especie de halago, y sonrió por esa observación.

—Aveces no me gustaría, sabes que me encanta el camino caótico.—reconoció, ser tan calculadora y meticulosa le había quitado la diversión de los robos, pero después de tantas heridas graves y cicatrices, ya no podía tomarse aquello como un juego.

Mucho menos ahora que tenía algo por perder, sus amistades, la escuela..

Y Amity.

Desde que empezó a salir con ella hace 3 meses, había estado muy feliz, tanto que no le daba tiempo para planear golpes. Y por ella pensaba en dejar ese mundo, Amity no merecía vivir engañada, y no merecía estar con alguien que vivía de una manera tan injusta e ilegal.

Pero esa vida le encantaba hasta cierto punto, y poco a poco le veia el lado malo, ese que no le vió durante tantos años.

—Claro que si, kiddo. ¿Y ya averiguaste algo de los Blight?

He ahí el tema que más odiaba, el robo de los Blight. Claro que había investigado, pero cada cosa que averiguaba la hacía sentir cómo una traidora, una tramposa. Y eso era.

—Tienen cuadros de gran valor, obras artesanales de valor increíble. A Odalia le encantan las antigüedades caras. Es una mina de oro.

DelincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora