La primera impresión que tuvieron el uno del otro fue catastrófica, fue odio a primera vista y ciertamente ninguno de los dos cambiaría ese momento tan desagradable de sus vidas, ya que la irritación de los primeros años fue lo que hizo que ambos se fijaran en el otro. Pero un evento fue el que realmente los obligó a pasar más tiempo juntos.
Una noche en la que peleaban por una tontería más, Lilith la exesposa de Lucifer había llegado a su límite con aquellos dos, así que de forma traviesa tomó la esencia de ambos seres y las unió, creando frente a todos una pequeña bola que desprendía luz roja, a esta le salieron orejas, astas, manos, piernas y cabeza, se le formó un rostro angelical, una piel pálida con dos círculos carmesí en sus regordetas mejillas, pelo rubio con orillas negras, al igual que la punta de sus pequeños dedos y finalmente una esponjosa colita de venado que combinaba con su cabellera, cuando el ser estuvo completo cayó en los brazos de Lucifer, el cual lo miraba en completo shock, para luego mirar a la rubia que sonreía.
- Ahora sí tienen todo para pelearse como una pareja con tres años de casados.
- ¿Disculpe?, ¿qué quiere decir con eso majestad?
- Oh, querido Alastor, ya no soy más la reina del infierno, pero tú podrías ser el próximo gobernante. - la picardía en su mirada hizo que el pecador elevara una ceja. - Bueno, tengo que irme, suerte con el nuevo miembro de la familia Morningstar.
- Espera Lilith, cariño, esto debe ser una broma de mal gusto. - antes de que pudiera decir algo más, se escuchó como la puerta del hotel era cerrada y la mujer desapareció del lugar. - Mierda. - maldijo el soberano.
- Woow, es una ternura. - Charlie fue la primera en acercarse a ver al infante, los demás le siguieron y empezaron a llenar de elogios al bebé. - ¿Puedo cargarlo? - Lucifer simplemente se lo entregó aun asimilando lo ocurrido.
No pasó mucho para que el pequeño llorara a mares al no sentir la presencia del rey.
- ¿Y qué harán con él? - preguntó Angel.
- Yo... - Lucifer fue hasta el niño y lo volvió a tomar en brazos, este rápidamente paró su llanto y miró al ángel caído con curiosidad, para luego reír y elevar sus pequeñas manos hasta el rostro de Lucifer, este dejó que lo tocara, siendo ese simple roce suficiente para ganarse el corazón del soberano.
- ¿Se lo quedarán? - insistió Charlie.
- Un bebé no es un juguete cariño, no sé si sea buena idea que se quede. - todos se pusieron tristes ante esa respuesta e ignorando los ojos suplicantes de su hija, el gobernante quiso deshacer al menor, siendo una gran sorpresa el no poder hacerlo. - Tiene una protección. - susurró mientras el niño seguía queriendo alcanzar su rostro.
- ¿Eso qué significa?
- Que solo Lilith puede deshacerlo.
- ¿Entonces buscarás a mamá?
- Sí, quédense con él. - lo entregó a su hija dispuesto a encontrar a su ex, pero el niño volvió a llorar con desesperación, tan fuerte que fue imposible para todos los presentes el no taparse los oídos. Cuando el infante veía que aquel aroma a miel no regresaba a su lado, sus ojos se tornaron negros y las pequeñas astas que se perdían en su pelo empezaron a crecer, distorsionando su alrededor.
- Ah... ¿Papá?
- Interesante. - Alastor tomo al niño, este se tranquilizó un poco viendo al hombre frente a él. - Eres fascinante pequeña bola ruidosa, ¿qué más puedes hacer? - la curiosidad del niño desapareció al percibir un olor putrefacto, nada agradable como el del otro, así que volvió a llorar del enfado.
- Dámelo, eres pésimo con los niños. - Lucifer volvió a tomarlo y solo eso fue suficiente para que el adorable bebé del principio volviera, acurrucándose y bostezando en el pecho del rey. - Creo que por hoy podemos descansar y mañana buscar a Lilith. - Charlie miraba con gran ternura como su padre tomaba a ese pequeño, con un abrazo protector que solo él podía proporcionar. - Y tú vas a acompañarme. - apuntó al demonio de la radio mientras subía las escaleras.
- Si nos disculpan. - se despidió con una pequeña reverencia hacia sus compañeros y ambos se perdieron en las escaleras.
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Gotas de agua
FanfictionLucifer y Alastor tienen un hijo al cual criaron juntos, pero a pesar de eso jamás pensaron en tener una relación sentimental. Hasta que un ángel llegó a sus vidas, más bien, a la vida del gobernante del infierno. Este ángel era idéntico a su exaspe...