Sorpresas

75 15 38
                                    

El día siguiente Lucifer fue hasta el cuarto de su hijo, ya que tenían que estar en el jardín cuando el sol saliera.

- Es hora de irnos pequeño cervatillo. - acarició el pelo del menor.

- Hola. - saludó cuando sus ojos se entreabrieron.

- Hola. - sonrió con ternura. - Tienes que apresurarte para irnos.

- Papá. - el rey hizo un sonido para que prosiguiera. - ¿Hoy puedo quedarme? - Lucifer parpadeó sorprendido. - Quiero ayudar a Charlie con la fiesta de esta noche, además de que hay una sorpresa para ti y necesito prepararla.

- Claro, no hay problema. - el mayor se paró y abrió un portal que iba al jardín.

- Te quiero. - le dijó antes de que se fuera.

- Y yo a ti, nos vemos esta noche. - el portal se cerró y su padre desapareció, el chico suspiró antes de levantarse e ir a la cocina. - Buenos días Niffty. - saludo a la pequeña mucama que corría detrás de algunas plagas, la cual lo saludó de vuelta y desapareció por los pasillos. Al llegar a la cocina decidió preparar el desayuno para todos, mientras cocinaba pensaba en que podía hacer ese día. - Iré al castillo después de desayunar para pedir que esté impecable, luego los chicos y yo iremos a comprar la ropa y el obsequio de papá, almorzaremos fuera, espero que eso sea suficiente para pasar todo el día. - suspiró con pesadez, nunca había dejado ir a Lucifer solo a ese jardín y una ansiedad empezaba a carcomerle la cabeza con pensamientos que iban desde que su padre se sentiría triste hasta que ese ángel pudiera hacerle algún daño.

- Se te quemarán los hotcakes si no los sacas del fuego. - saltó en su lugar al escuchar la voz de su padre, miró hacia la masa y la volteó. - Mierda. - maldijo al ver que por poco arruinaba el desayuno.

- ¿Qué haces en el hotel?

- Vivo aquí. - escuchó una estruendosa risa a su espalda.

- Qué cómico, pero esa no es la respuesta que quiero escuchar, querido. Lo repetiré de nuevo y no quiero bromas esta vez, ¿Dónde está Lucifer y por qué tú estás aquí?

- Papá se fue al jardín y yo estoy preparando el desayuno.

- ¿Por qué dejaste ir a tu padre solo al cielo?

- Le estaba haciendo un favor a un amigo. - se encogió de hombros restándole importancia, ante esta actitud, Alastor se acercó hasta él y bruscamente lo giró para que lo mirara.

- Hablo en serio Luke, ese lugar no es seguro y Lucifer no debe ir solo.

- Él no está solo. - el chico se removió hasta zafarse del agarre. - Un ángel está ahí, con él.

- ¿Cómo que un ángel? - Alastor perdía la paciencia.

- Hace un tiempo un ángel nos ha estado acompañando en el jardín, un tipo igual a ti y no, no hablo de tu mierda, él es bueno, quiere a papá y a papá le interesa. - pudo ver cómo Alastor tenía ése semblante sombrío a su alrededor, como si estuviera a nada de transformarse en su forma demoniaca.

- Los ángeles no son buenos y menos de fiar, son doble cara y traicioneros.

- Cuida tus palabras, mi papá es un ángel. - el chico también empezaba a desprender esa aura oscura. - A demás, ¿qué mierda te da que quiera salir con alguien más?

- ¿Por qué permitiste que se les acercara?

- Porque papá es feliz y según sus palabras, ustedes dos solo se toleran, a ti no te importa y a él sí. - el demonio de la radio tenía los puños fuertemente apretados, cerró los ojos y se tranquilizó, no dijo más y salió del lugar sin mirar atrás.

Gotas de agua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora