Plumas

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A la mañana siguiente, como estaba planeado, el hotel hizo una pequeña celebración para el rey, dónde solo estuvieron involucrados los más cercanos, como tres de los pecados capitales, los amigos de Charlie del hotel y la familia Morningstar. El evento fue divertido, sus tíos pusieron juegos, música y todo el ambiente para que no decayera.

- ¿También te escondes para no participar en sus juegos? - Luke sonrió divertido, viendo cómo la más divertida en las actividades era Niffty.

- Están llegando al punto dónde terminarán completamente borrachos y no medirán su fuerza, sinceramente quiero mantener mis huesos en su lugar. - tomó la bebida que su padre le ofreció.

- No seas tan exagerado. - el menor enarcó una ceja.

- En mi cumpleaños sexto me dislocaron el hombro y cuando supieron que tenía alas me aventaron del maldito acantilado más alto que encontraron, amo a mis tíos, pero son unos completos psicópatas. - ambos rieron al recordar aquello.

- Sí, recuerdo casi matarlos esas dos veces. - Lucifer miraba a los chicos divertirse y a otros tratar de huir, una sonrisa se escapó de sus labios.

- Papá. - miró a su hijo. - Aún no te he dado tu regalo. - el adolescente sacó una pequeña caja de madera.
Al abrir la tapa, se escuchó una melodía mientras la imagen de tres patitos nadando en un lago aparecía mágicamente, el patito que guiaba era blanco, con mejillas sonrojadas y un sombrero parecido al suyo, el segundo era del mismo color, pero este tenía una trenza rubia y el último tenía unas hermosas orejas de venado rubias con negro.

- Yo no... no soy tan bueno como tú, pero... - se calló cuando sintió a Lucifer abrazarlo.

- Es perfecto. - ambos se quedaron un rato en aquella posición, hasta que Lucifer se acordó de algo. - Se me había olvidado, Jesse me dio algo para ti. - el ángel caído hizo aparecer una caja y se la entregó, el chico dudoso miró el objeto, al abrirlo pudo ver en la tapa letras doradas que decían "Para el pequeño Morningstar"

- Papá, me tengo que ir. - sin dar explicación fue hasta su cuarto, con manos temblorosas tomó la pluma, la observo con cuidado y sintió la energía en ella. - ¿Cómo mierda la consiguió? - susurraba sorprendido al sentir la pureza del objeto.

- ¿Qué es eso? - el muchacho casi deja caer la pluma al suelo ante el susto.

- ¿Puedes dejar de aparecer así? - soltó con molestia.

- Quería saber por qué saliste corriendo de la fiesta, dejaste a tu padre preocupado. - su sombra le acercó la caja, Luke miró el lugar donde la había puesto y luego a Alastor. - Pero no me has dicho que es esto.

- Una pluma. - trató de quitársela, pero el demonio fue más rápido.

- Esta cosa desborda energía angelical. - la sacó. - El dueño no es un ser poderoso, pero sí supera a los demás.

- Solo devuélveme la jodida pluma.

- ¿Cómo la conseguiste?

- Un amigo me la dio.

- ¿El mismo amigo al que le hiciste un favor ayer y no fuiste al cielo?

- No te importa, solo dámela. - volvió a intentar quitársela.

- No creo que ese amigo sea bueno para ti o tu papá. - Alastor hizo que un fuego verde envolviera la pluma, la cual se quemó en segundos, no dejando rastro de ella. - Será mejor mantener distancia.

El chico había quedado paralizado.

- Tú... no tenías derecho a hacer eso.

- Soy tu padre, eso me da todo el derecho. - el mayor salió de la habitación.

Gotas de agua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora