Brisa

41 9 0
                                    

Jesse caminaba con total sigilo hasta la cámara de los exorcistas, al entrar un portal brillaba en medio del salón, el ángel fue hasta el y con total seguridad estaba dispuesto a entrar.

— Espera. - al ver a su espalda se encontró con la serafín Emily. — No puedes entrar ahí.

— Lo lamento serafín, pero no estoy dispuesto a seguir esperando algo que nunca llegará.

— ¿Qué razón tienes para hacer esto?

— No podría entenderlo. - sus orejas bajaron mientras miraba el portal.

— Ese portal está bloqueado, si intentas pasar te destruirá. - Jesse apretó los puños. — Puedo ayudarte, pero necesito que confíes en mí. - con un suspiro el ángel se resignó.

— Están condenando a un inocente y no permitiré tal acto. - la chica se acercó al portal, levantó una mano a su dirección y quitó el sello.

— Trataré de hacer que se le juzgue de forma justa.

— Es del infierno, nadie creerá en su palabra, necesitamos al gran padre, solo él puede traer justicia a este lugar.

— Entiendo, haré todo lo posible para que nuestro creador se presente. - el hombre la abrazó.

— Gracias.

— Lleva esto contigo, en cuanto tenga la confirmación del señor te lo haré saber. - le entregó una pequeña esfera de cristal. — Cuídate.

Jesse no dudó en entrar al portal, Lucifer y Luke tenían que saber, sin importar que su lugar en el cielo se comprometiera.

****************************

Luke se encontraba en el laboratorio de Camilo, el cual lo atacaba con su nuevo arsenal. El príncipe esquivaba los golpes, aunque uno que otro llegaba a lastimarlo, su ropa está rasgada y manchada de sangre.

— ¿Qué mierda haces idiota? - Camilo atravesó la daga en un costado de Luke.

— ¿De qué hablas? - el chico había terminado en el suelo.

— ¿Acaso quieres que te mate imbécil?, porque si es así, lo haré. - puso el filo en el cuello del príncipe.

Este sonrió y presionó el metal hasta que rasgó su piel.

— ¿Acaso eres un puto loco? - intentó alejar el filo, pero Luke tomó su muñeca.

— Aún no terminamos las pruebas. - al ver sus ojos, Camilo supo que algo estaba realmente mal.

— Se terminó.

— No. - Luke deslizó la navaja e inmediatamente la sangre empezó a fluir. Camilo soltó el arma e intentó detener la hemorragia.

— ¡Eres un imbécil! - Carmine se desesperó al ver como el príncipe cerraba los ojos. — ¡Luke!

Lucifer y Alastor sintieron un escalofrío recorrer su cuerpo, ninguno dijo nada, pero el soberano de un momento a otro se veía nervioso mientras buscaba a Charlie.

Cuando Luke volvió a abrir los ojos, se encontraba en una habitación desconocida. Trató de incorporarse, pero una mano en su pecho lo detuvo.

— Ni lo intentes.

— ¿Dónde estamos? - preguntó con una voz ronca por la resequedad en la garganta. Camilo le acercó un vaso de agua.

— En mi habitación. - explicó el chico.

Luke volvió a incorporarse y esta vez no fue detenido, aunque su compañero estaba concentrado en limpiar un trapo lleno de sangre.

— Gracias. - dejó el vaso en la mesa de noche. — Y... lamento lo que pasó. - trató de buscar la mirada del chico, pero este se negaba a mirarlo.

Gotas de agua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora