Su sangre en mi

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Luke se encontraba en una gran arena, vestía unos pantalones flojos, zapatillas deportivas y una playera sin mangas que se pegaba a su torso. Miró al cielo y suspiró antes de acercarse a una de las chicas que se encontraba en el lugar.

- Oye. - la muchacha volteó a verlo. - busco a Metatrón, ¿Dónde está? - la joven no contestaba, solo estaba ahí parada, viéndolo. Fastidiado, el joven príncipe gruñó. - Olvídalo, lo buscaré yo mismo. - caminó por los alrededores, dándose cuenta de que la mayoría, si no es que todas las personas con armas eran mujeres.

- ¡Un demonio! - se escuchó detrás de él, suspiró al verse descubierto, dio media vuelta para explicar la situación, pero las chicas pasaron a su lado sin ni siquiera inmutarse, miró con atención donde todas ellas se reunían y se encontró con la sorpresa de que rodeaban a Adam.

Se acercó al bullicio, tratando de llegar hasta su compañero, cuando llegó al centro, Adam sonreía nerviosamente mientras trataba de explicar quién era y de cómo había extrañado a sus chicas, entonces Luke entendió todo, esas mujeres eran exterminadoras.

Una cabellera plateada, sin un brazo, se puso frente al primer hombre, el cual suspiro de alegría al verla.

- Lute, mi chica mala... - intentó abrazarla, pero la mujer desenfundó su espada y la llevó directo al cuello de Adam. - ¿Qué mierda? - el exlíder estaba ofendido. - ¿Así tratan a su jodido líder?

- ¿Qué hace mierda demoniaca en este lugar?

- ¡Oye, no soy ninguna mierda, soy el primer hombre, el puto Adam! - el filo se acercó más a su piel. - Quítame esta mierda Lute. - esta vez su voz salió nerviosa.

- Entrar aquí no está permitido y menos para basura como tú.

- Fuimos compañeros, las lideré por el infierno en gloriosas batallas, vamos chicas, ¿ninguna me reconoce?

- Nuestro líder murió en batalla, ya no existe, igual que tú. - alejó la espada para tomar impulso y cortarle la cabeza, Adam solo cerró los ojos, esperando que aquello acabara con su miserable existencia.

La espada de la exorcista voló por los aires, lejos de su mano, cayendo al suelo junto con otra más.

- Creo que todos deberíamos calmarnos. - Luke sonreía mientras se acercaba, pero su aura era oscura y amenazante.

- ¿Quién eres tú y por qué te metes en asuntos que no te conciernen? - exigió saber.

- Un gusto, me llamo Luke y este chico de aquí. - abrazo a Adam por los hombros. - Viene conmigo. - vio como todas estaban sorprendidas.

- ¿No se parece al arcángel Miguel?

- Sí, es verdad.

Escucho murmullos por todo el lugar.

- Bueno, ahora, si nos disculpan, señoritas, tenemos que irnos.

- No vuelvas a traer escoria como esa a este lugar, es sagrado. - soltó con desprecio la peliplateada.

- Claro. - sonrió con amabilidad mientras arrastraba al primer hombre lejos de ese lugar.

Al alejarse, el príncipe compró dos de esas malteadas que le encantaban al contrario, dejó una frente a él y se sentó.

- ¿Qué mierda estabas haciendo ahí? - soltó finalmente.

- ¿Yo?, ¿Y qué carajos hacías tú en ese lugar? - el chico bufó.

- Pregunté primero.

- No estabas en tu habitación, así que salí a buscarte.

- Primero, ¿Qué hacías buscándome en mi habitación?, segundo, ¿Cómo infiernos sabías que estaba ahí?

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⏰ Última actualización: Jul 01 ⏰

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