La mañana del jueves transcurrió tranquila. Estaba sentada en una de las mesas de la cafetería, comiendo un sándwich de pollo que Mayan se rehusó a consumir.
—¿Cómo crees que te fue en tu examen? —preguntó Alice y guardó el libro que estaba leyendo dentro de su mochila.
Tragué el pedazo de sándwich rápidamente antes de contestar:
—No estoy segura —contesté con honestidad.
—Pues yo estoy segura de que te ha ido bien. —Me sonrió Alice con confianza.
Estuve bastante despistada estos días, Jason me evitaba a toda costa hasta el punto que a veces parecía que no asistía a la universidad. Pero al final del día lo observaba a lo lejos, sin saber si en algún momento del día pensará en mí.
Qué ridículo. Por supuesto que no. ¿Por qué lo haría? Está claro que no significó nada para él, no lo afectó de ninguna manera a diferencia de mí. Lo único que ocupaba mi cabeza era él.
Jason. Jason. Jason.
Necesito refrescar mi cabeza urgentemente.
El profesor nos pidió que pongamos nuestros teléfonos en una caja de madera que se encontraba sobre su escritorio, para así poder comenzar y que ninguno hiciera trampa. Luego del almuerzo iré a buscar mi teléfono y me iré de aquí de inmediato antes de que...
Esto era con lo que tenía que lidiar todos los días. Verlo entrar por la puerta de la cafetería junto con otros profesores, aunque lo único que podía ver era a él. Me regañé por dentro, por tener estos sentimientos tan estúpidos de procedencia desconocida. Aún no entiendo en qué momento caí en sus redes...
Desde la primera vez que lo viste.
Esto es solo atracción; no lo conozco lo suficiente como para que me guste. Por ende, se convierte en sentimientos encontrados, atracción y odio.
Caminó por toda la cafetería hasta llegar a la mesa de maestros. No pude controlarme y lo seguí con la mirada, observando cada uno de sus movimientos. Llevaba lo usual: una camisa, corbata, zapatos, y unos pantalones formales a juego con su blazer.
Mayan se percató de lo mucho que lo observaba y se acercó a mí, cuchicheando.
—Se rumorea que salen.
—¿Eh?
—El profesor Reed y la nueva profesora —explicó—. No sé su nombre, pero ambos son jóvenes y ridículamente atractivos.
Mis ojos se posaron sobre la mujer de camisa celeste y su cabello azabache recogido en un moño.
Sin duda una verdadera belleza. Me gustaría verme así de bonita, ponerme una camisa y ser la mujer más sexy jamás vista. Ahora mismo, mi autoestima está cayendo en picada hacia el suelo, apunto de estrellarse contra el cemento. ¿Qué culpa tiene ella? Ninguna, porque no me siento linda la mayor parte del tiempo.
Conversaban tranquilamente; mirada por aquí, mirada por allá, risas intercambiadas. Se supone que Jason tiene una novia, pero nada asegura que esos rumores sean ciertos.
¿Y si lo son?
No es de mi incumbencia. No tengo porqué sentirme de esta manera, es mi profesor y un completo desconocido, puede hacer lo que le plazca.
Ni tan desconocido.
—¿No hacen linda pareja? —preguntó Mayan, que tenía sus ojos puestos en la feliz parejita.
—Solo están conversando... —apuntó Alice—. Nadie dice que esos rumores sean ciertos.
—Pero estaría genial verlos juntos, ¿verdad? Nunca he visto una pareja tan sexy... —Suspiró, dramatizando. De seguro era porque no encontraba al chico adecuado para ella y cree que todos se ven lindos juntos. De seguro es eso y no es que realmente se vean bien juntos.
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Tuya En Secreto #1
Roman d'amourLas cosas no salen como uno las planea, sobre todo cuando algo inesperado aparece en el camino. Eso cambiará el rumbo por completo. Isabella estaba en su primer día de clases en la universidad cuando conoció a Jason Reed, su profesor atractivo e i...