𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱: The Vault

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The Vault es una discoteca en donde muchos famosos y personas llenas de dinero y poder se reúnen para hacer lo que mejor les sale: gastar, beber, pasarse de copas, ebriedad, lo típico. No es la primera vez que salgo de fiesta, Flynn me había llevado a algunos lugares el año anterior cuando apenas había cumplido mis dieciocho años. Aún así, me daba la sensación de que este lugar no era como los anteriores.

Mi primera vez en una fiesta fue a mis dieciséis o diecisiete años, en la mansión de una de mis compañeras, en donde había más alcohol que invitados. Durante todos estos años he crecido rodeada de lujos y oportunidades, como solía decirle mi padre. Todo lo que tenemos hoy en día ha sido gracias al esfuerzo de ambos, que siempre me han criado con amor.

Aún extraño a mi padre, incluso estando en esta etapa de aceptación. Su muerte me dolió, como cualquier hija que pierde a su padre de una u otra manera. Es un dolor único e insoportable. Porque de repente tu mundo deja de moverse y todo pierde sentido. Era solo una niña, en aquel entonces no comprendí las palabras de mi madre. Solo sentí la ausencia de mi padre, esa ausencia que permanecerá así por el resto de mi vida. Porque una parte de mí se había ido y, si bien no conocía la muerte, no necesité conocerla para entender que mi padre se había ido. El dolor no se olvida, el dolor se supera cuando uno aprende a sobrellevarlo. Lo que no se olvida es el recuerdo, esos pequeños detalles que marcaron tu vida por completo, esos pequeños momentos que se transforman en tus recuerdos más importantes. Se supera el dolor cuando uno aprende a sobrellevarlo, pudiendo así recordarlo como lo que fue: una parte importante de mi vida.

Dejé de verlo como una tragedia para convertirlo en un recuerdo. Uno hermoso.

Mi madre suele ser materialista, se preocupa por la imagen y su optimismo golpea el techo, queriendo elevarse hasta las nubes. En cambio mi padre, él era distinto. Me enseñó de qué iba todo este desastre llamado "vida". No era color de rosas. Tampoco era de un color oscuro. Era un tono grisáceo, un balance de las cosas buenas y malas. Porque solo así seremos capaces de enfrentarnos a este retorcido mundo.

Me estiré la falda en un intento de cubrir mis muslos. Era mi primera vez en una de estas estúpidas fiestas de personas adineradas. Lo detestaba.

Pero... Tú eres adinerada.

La mayoría de ellos son pura imagen, podía notarlo en esas sonrisas exageradas y en sus maneras de hablar, sus temas de conversación, la manera en la que posan y sonríen cada vez que hay una cámara mirando.

Llevaba puesto un conjunto de cuero negro. Un top escotado que resaltaba mis pechos diminutos...

Alto ahí, exagerada.

Y una falda ajustada que me quedaba demasiado corta, diría Noah, y unas botas con tacón que me llegaban por debajo de las rodillas. Me dejé el cabello al natural, un delineado casual y un labial rojo oscuro.

—Oye, te ves perfecta —me aseguró mi amiga al percatarse de mis nervios.

Siempre sabe cómo levantarme el ánimo.

Mayan es una de esas personas que no se preocupan por el resto, lo que piensen o digan. No voy a mentir, me he sentido observada y juzgada la mitad del tiempo. Mayan no era una de esas personas, ella sabe lo que vale y lo que realmente es. A fin de cuentas solo nosotros sabemos de lo que estamos hechos, nuestros defectos y virtudes, la persona en la que nos convertimos cada día.

Era la décima vez que se ponía brillo en los labios. Era una chica preciosa, resaltando entre todos con ese vestido rosa salmón de látex. Un increíble delineado que resaltaba sus ojos azules y por supuesto, el cabello alisado.

—¿Seguro que estas identificaciones falsas funcionarán? —pregunté en voz baja, estábamos muy cerca de entrar.

—Siempre funciona.

Tuya En Secreto #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora