𝑬𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 - 𝑩𝒖𝒈𝒈𝒚

Efímero.

Todas las historias tienen un final. Los capítulos son efímeros, breves o extensos, terminan hasta decidir cuando poner un fin definitivo. Sea feliz, triste, angustioso o agridulce según el escritor decida.

Pero ¿que pasa cuando queda a la mitad algo que parecía ya tener un final decidido? Es algo que te sigues preguntando a hoy día.

Las historias de amor deberían tener un final feliz, como un cliché repetitivo al que la gente se ha ido acostumbrando poco a poco. No obstante, siempre pensaste que era una tontería ¿por que no simplemente separar a los protagonistas al final?

Hasta que el karma en el que nunca creíste llegó.

Pensaste tener decidido el final de su historia, ambos lo hicieron. Como algo ya planeado en lo que nunca incluyeron las faltas de respeto leves, que evolucionaron hasta tener un detonante.

Amabas las sonrisas de complicidad, traviesas como las de dos niños apunto de cometer un desastre del que, tal vez, no se arrepentirian. Es lo primero que encontraste en Buggy el día en que te cruzaste con aquel chiste con piernas.

Amabas lo infantil que podía llegar a ser si le hacía falta algo de cariño de tu parte. Lo irritado que llegaba a ponerse si tan solo lo ignorases por cinco minutos. "Dame un segundo, cielo. Estoy ocupada" Y sobre todo, no le gustaban aquellas palabras.

Amabas las noches en las que simplemente podían abrazarse, enredar sus cuerpos y hacer de las sábanas un desastre, en silencio sin una pizca de sueño. Era fácil, con solo mirarle, él descifraba lo que tratabas de decir, aunque le tomó tiempo aprender de ti los pequeños mensajes que podía mandarte mediante expresiones sin tener que parecer un psicopata.

Amabas sus brazos. O más bien, sin hacerlo tomar tan mal, amabas lo cálidos que eran, lo fornidos que parecían cuando te sumergías en ellos para recibir algo de afecto de parte suya. Un balde lleno de amor tirado a tu cabeza que, teniendo privacidad, Buggy te daba sin pensarlo demasiado.

Amabas las noches. Las mañanas. La intimidad. Las sonrisas. Los susurros. Los secretos. Los consuelos.

Algunas y otras cosas que comenzaron a ir y venir sin importancia. Al menos para él.

...

En serio dejó de tomarle importancia.

¿La falta de un "te amo" al amanecer era simple perdida de memoria? Cuando dejó de recordar las fechas importantes, las promesas dulces que una vez selló con un tierno beso en cada lugar de tu lindo rostro, los abrazos constantes que dijo era su obligación darte...

¿Era eso?

¿Cuando empezó a salir solo en lugar de quedarse a cenar contigo? Tal vez estaba cansado de hacer lo mismo con tanta frecuencia.

Pensaste que invitarlo a salir a otro lugar muy lejos de allí le animaría un rato. Él habría dicho que sí. Pero lo que tienes ahora es un "estoy ocupado. Déjame en paz" y eso te tomó sin estar preparada.

Pero ¿sí estaba tan ocupado por que se fue? Pensaste que sería por su trabajo como capitán.

Pero pasó demasiado tiempo fuera.

¿Había alguien más? No, Buggy jamás te traicionaría de una forma tan estúpida como esa ¿verdad?

Tenías miedo. Lo tuviste siempre, desde el inicio de su relación hasta el final.
Él dijo que no te haría daño, que podías confíar en él.

Tiempo pasado.

Quisiste confíar en él, en tu Buggy... Lo extrañaste... él era tu novio ¿ni siquiera tenías derecho a pasar al menos una pequeña parte del día con él?

Bien, decidiste hablarlo, dándote cuenta de que tal vez no fue buena idea.

Él te gritó. Tú lo hiciste.

Fue suficiente para estallar.

Afuera se dieron cuenta, su tripulación se preguntaba el por qué. Y tú también.

¿Por que?

"Perdóname, te quiero"

¿Realmente lo hacía? Después de asustarte, de hacer que te encogieras contra la pared y quedaras tan... pequeña ante su rabia frente a ti. Te abrazó con fuerza, esperando de ti el mismo acto.

¿Él te quería?

Sabía que eras tonta, que correrías a él y lo perdonarías. Quiso aprovecharse de eso.

Aún cuando empezaste a verte como una niña buscando algo de atención de su parte, ellos te miraban con lástima. Su tripulación lo hacía y, cuando volteabas a verlos, apartaban la mirada.

¿Por que?

Entonces, supiste de ello cuando, en un descuido de ambos, abriste la puerta de su camarote después de llegar.

Oh, ella era linda. Y ella... se veía tan linda en la cama que compartías con tu ¿novio? ¿No?

Entonces...

¿Ella le daba algo que tú no? ¿Era más amable con él? ¿Le cumplía sus caprichos?

¿Ella le daba el amor que tú sí?

Le pediste que se largara lejos de tu vista. Ensuciando las sabánas en las que alguna vez prometió seguirte incluso con los ojos vendados después de hacerte suya por completo.

Te rompiste. Las lágrimas estallaron, las almohadas las recibieron a cada una, secandose para siempre en el suave material donde él había dejado besos cerca tuyo, cuando jugaba a esparcirlos por la cama hasta llegar a tus verdaderos labios.

Ahora solo recibía gotas de agua cristalina.

¿Que fuiste realmente todo este tiempo?

¿Un juguete? ¿Necesitaba uno nuevo? ¿En que fallaste?

¿Su juguete se rompió con tanta facilidad?

Pero ¿realmente era Buggy quién debía irse?

¿Por que tú no lo hiciste?

Eras tonta.

En serio te quedaste, incluso después de verle siendote infiel. Lo hiciste.

Volviste al hábito de capitán/tripulante.

Se convirtió en el capitán Buggy para ti, de nuevo.

¿Anunció quién era su nueva pareja frente a todos, incluyendote, por alguna razón?

¿Al menos le traía algún recuerdo?

Vamos, eso también lo hizo contigo. Lo recuerdas como si hubiese sido ayer.

Porque eso era.

Un recuerdo.

El recuerdo de un amor efímero, breve.

Difícil de olvidar.