Caramelo.

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Buggy no sabía la razón, el por qué o al menos el pequeño concepto que le diera la respuesta a una pregunta que se formulaba día a día sin dejar de pensar una y otra vez en ello. A veces se le pasaba por la cabeza que de alguna u otra forma le habías hechizado, o algo parecido, pese a que no tenía demasiada lógica que su mentecita se había encargado de crear sin pensarlo de más;

Bueno, él amaba tus besos. Aquel sabor a caramelo de tus carnosos labios rosados con los que tanto amaba tener contacto, fuese en un roce o en un beso pasional donde pudiese robarte todo el aire que quisiera, donde al final terminaban por sonreírse mutuamente como un par de chiquillos que acababan de cometer una travesura. 

¿Por que? se había formulado.

¿Quizá por que sabías extremadamente delicioso como para dejar de probarte? ¿O porque sabías besar jodidamente bien? ¿O, tal vez, por que era su manera más efectiva de demostrar cuanto te amaba? Simplemente podían ser todas, mezclarse y conformar un sentimiento que en él despertaba los fuegos artificiales que se habían apagado hace ya mucho tiempo.

No lograba tener suficiente. Cada vez exigía más, y más, y más, hasta no querer permitirte respirar por su propio bien. Aunque sabía que necesitaba ganárselo de la buena manera, un "por favor, nena" nunca hacía falta en cuanto de pedirlos se tratase. 

A la mierda su orgullo y egoísmo, él solo necesitaba besarte como te lo merecías. Como ambos lo hacían. Sentir que su corazón crecía dentro de su pecho que solo podía encogerse ante cada latir que parecía volverse más fuerte que el anterior, apunto de estallar, mientras sus manos te sostenían las mejillas y enterraban tus labios en los suyos. Mancharte de pintura grasa era la mejor parte. Luego, convertir un beso descontrolado en picos diminutos sobre todo tu rostro a la par que su aguda risa resonaba en tus oídos y te contagiaba.

Así que, él solo te tocará el hombro para hacerte poner toda tu atención sobre su carita y señalará sus labios con el dedo índice para indicar lo que quería, una sonrisa cruzando su rostro. 

Él solo quiere un beso.

— ¿Por favor? 

Y como siempre, ruedas tus ojos con una diversión evidente mientras le das lo que quiere.

Un beso relleno de caramelo.

𝑬𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 - 𝑩𝒖𝒈𝒈𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora