Confort.

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Buggy pasaba por varias fases al momento de pensar en su relación contigo.

Inseguridad, desconfianza, miedo e ira. Verdaderamente, era algo que le parecía estúpido a la vez que gracioso por su parte. Se veía realmente patético al siquiera dudar de ustedes.

Todo le generaba una inquietud aterradora, las preguntas que inundaban su cabeza al sobre pensar las cosas eran sumamente tediosas y aburridoras. En primer lugar, empezaría hablando de sus errores, porque por tu parte su relación estaba realmente estable; pero no sabías lo que por su cabeza pasaba.

 Dormir se había vuelto más difícil desde que empezó a darse cuenta de las muchas inseguridades que llevaba consigo.

Se sentía enfermo cada vez que pensaba en siquiera "¿Por que te enamoraste de él? ¿No tuviste una oportunidad con tus primeras opciones y tuviste que quedarte con él?"  bien sabía que siempre dijiste amarlo, lo escuchó un sin fin de veces.

Pero ¿realmente lo hacías? ¿tú lo amabas?

Era un maldito payaso desagradable. Y tú una princesa con una sonrisa que le hacía pensar que merecías lo mejor del mundo; algo que él no tenía la capacidad de brindarte. Era un debilucho que ni siquiera sabía si realmente tenía futuro como pirata en la Grand Line, un cobarde que terminaba huyendo cada vez que tenía oportunidad.

Las mujeres no buscan algo como eso, alguien que cree que se burlan de él a cada minuto por el simple hecho de verse a si mismo como un fenómeno con una nariz grande y fea, tratando de esconder sus complejos tras una sonrisa confiada y palabras de alivio hacía si mismo. A pesar de saber que él no era un tipo rudo o valiente. Él no era esbelto, no era grande, no era caballeroso, no era aseado y, al final del día, seguía siendo un payaso sin gracia que podía llegar a ser superado algún día por cualquiera.

Que podía ser reemplazado por cualquier hombre que, tal vez, sería un mejor novio que él.

Él solo te haría sufrir con sus estupideces y tú no merecías eso, joder.

— ¿Estas bien?

Tu voz siempre fue tan cálida con él ¿por que? era un pirata que había hecho cosas terribles y no merecía ese tipo de tratos. Tus manos tan delicadas sobre sus callosas palmas, tomándolas entre ellas para brindarles ese calor que tanto deseaba conseguir su ser. 

Pero ¿Por que seguías buscándolo después de haberte hecho tanto daño con su sola presencia?

Asintió, una sonrisa cruzó su rostro entristecido. Su mirada seguía perdida en el precioso fondo azul que ondeaba sus olas hasta terminar en la orilla de arena. Pero sus labios temblaban y eran suficientes para decirte lo mucho que necesitaba de tu presencia en aquel momento. 

Cierto, también era un perro faldero en busca del afecto que nunca recibió y que aprovechaba a sacarte cuando le daba la gana porque lo necesitaba.

Él te necesitaba.

— Buggy-... — Un abrazo selló tus palabras, impidieron que gastases tu tierna voz en palabras de confort que él solo quería reflejadas en acciones dulces.

Temblaba, sollozaba, su corazón se había derramado. Sus brazos te apretaron con fuerza contra su cuerpo, su mano se posó sobre tu nuca. 

Te quería tanto, que no soportaría perderte jamás aunque no pudiese hacer nada contra tus sentimientos. Porque él sabía que no era el correcto. 

No era él. Maldita sea, esas palabras dolían.

— Te amo.

Y esas, eran suficientes para hacerlo volver a caer de rodillas como un desastre lloroso que rogaba porque te quedaras.

Aunque él no fuese perfecto.

𝑬𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 - 𝑩𝒖𝒈𝒈𝒚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora