《《 Alexander 》》
Hoy es mi boda y no me gustaría casarme; no me gusta para nada el estúpido sentimiento de asfixia, pero eso es lo que siento en este mismo momento.
Nunca imaginé que me casaría para convertirme en rey. Me habría gustado hacerlo con alguien que realmente eligiera, en lugar de encontrarme aquí, casándome con quien alguna vez consideré mi mejor amiga. Sin embargo, esa persona resultó ser una traidora; me abandonó en un momento crítico y al regresar, cree que puede manipular me como lo hizo con mis padres. No soy ingenuo; estoy consciente de su implicación en la muerte de mi hermano.
La boda transcurre con normalidad. Aunque no mantengo una conversación con ella, puedo admirarla en silencio. Se ve absolutamente hermosa; incluso si no la conociera, podría afirmar que es la mujer más bella que he visto. Su vestido blanco se ajusta perfectamente a su esculpido físico y su rostro irradia alegría. El maquillaje resalta la profundidad de sus ojos, que parecen eclipsar todo a su alrededor. Me atrevería a suponer que todos los presentes, al mirarla, sentirían el impulso de arrodillarse ante su presencia. Incluso yo podría sucumbir a esa idea, pero prefiero pensar que soy inmune a la influencia que ella pueda ejercer sobre mí.
Ya hemos llegado a la habitación. Ella se dirige directamente al baño, mientras yo me siento en la cama. Aprovecho para relajarme, me desabrocho el corbatín, y me quito los zapatos y las medias.
Una parte de mí sabe que no es completamente inmune a ella. Sé perfectamente que nunca lo fui; siempre estuvo el deseo de besarla, tocarla, hacerle todo lo que me permita su cuerpo, llevarla al cielo y al infierno. Siempre soñé con ella, no importaba si la odiaba y detestaba. Mi mente divagante siempre soñó con ella.
Hoy quiero liberar ese abrumador sentimiento de deseo. Solo será una vez, y ya, solo una vez que me permita disfrutar de este momento y dejar de reprimir este deseo tan lujurioso.
Entro al baño; ella está en la regadera, completamente desnuda. Su figura de diosa afrodisíaca es perfecta. Tiene los ojos cerrados y su cabello deja caer agua por toda su espalda. Me acerco a ella, quedando a sus espaldas. Mi dedo toca su hombro y, al hacer contacto con su piel, ella se eriza. Deslizo mi dedo por la curva de su espalda hasta su trasero. Ella se da la vuelta y me ve fijamente.
- Me entrego a ti - dice - en cuerpo y alma
No respondo; no soy capaz de hacerlo, porque me estoy entregando a ella, pero solo en cuerpo y deseo.
La beso con toda la pasión y el fuego vibrante de sus labios rojos.
Ella quita mi corbatín, desabrocha mi camisa, toca mi pecho y abdomen, que están trabajados y marcados. Me desabrocho el pantalón, y al despegar mis labios de ella, quito mi bóxer. Mi cuerpo desnudo se pega al de ella; beso su cuello y clavícula, y bajo a sus senos, que están erectos y erizados. Paso mi lengua por la mitad de ellos; tomo uno y lo lamo. Mi lengua juega con su pezón, mientras mi otra mano masajea el otro. Chupo su seno con ferocidad; mi mano toma su pezón y le da un pequeño pellizco. Ella suelta un gemido cuando chupo su otro seno.
Retomo mi camino de besos hacia abajo hasta quedar de rodillas ante ella. Tomo una de sus piernas y la subo a mi hombro. Depositando un beso en el principio de su intimidad, paso mi lengua suavemente por sus pliegues y siento cómo se tensa. Con rapidez, una de mis manos comienza a acariciar uno de sus senos, apretándolo mientras aumento la intensidad de mis caricias. Ella se va relajando poco a poco. Levanto la mirada para encontrarme con sus ojos y, suavemente, introduzco un dedo en su intimidad. Ella echa la cabeza hacia atrás y suelta un suave gemido; lo retiro y vuelvo a introducirlo. Disfrutando lentamente mientras juego con su intimidad.
- No sabes cuánto deseé esto - digo, conectando su mirada con la mía
Voy agarrando un poco más de rapidez, saco mi dedo y la penetro con mi lengua, saboreando su rico néctar. Estalla en mi boca y, con todo el gusto, me deleito con su delicioso sabor.
Saco mi lengua de su intimidad y recorro sus pliegues, subiendo por su estómago hasta llegar a sus senos. Los beso un poco y luego beso su cuello, finalizando con un beso en sus labios que responden a los míos.
La cargo y la llevo a la cama. Paso saliva por mis dedos para bajar mi mano a su vagina. Mis dedos se pierden en sus pliegues y juguetean con su clítoris, frotándolo de arriba hacia abajo, hasta que meto dos dedos en su vagina. Una vez que está más que bien lubricada, saco mis dedos y los llevo a mi boca para volver a saborearla.
Agarro mi pene, que duele de lo duro que está, y lo froto por sus pliegues. Me posiciono en su entrada, pero noto que cierra sus ojos con fuerza.
- ¿Pasa algo? -pregunto. Puedo odiarla mucho, pero no la obligaré a hacer algo que no quiere; no soy un desarmado salvaje
- No solo continúa
- ¿Segura? -pregunto nuevamente. Ella hace una señal de aprobación
La beso y la penetro con lentitud para que su cuerpo se adapte a mí. La miro y una lágrima baja por su mejilla. En ese momento me doy cuenta de que es virgen; por eso está tan estrecha. Me muevo suavemente para que no le duela. Busco su mirada, pero no me ve; tiene los ojos fijos en la pared.
- Mírame - demanda - quiero ver tus ojos en mí - asiente con la cabeza
Beso su mejilla donde estaba su lágrima, agarro un poco más de rapidez, pero no la penetro con fuerza. Es tan delicioso estar dentro de ella; la suavidad y la humedad que emana su sexo me hacen sentir que llego al cielo. Su coño me aprieta y eso me gusta mucho. Ella gime cuando acaricio su clítoris y le doy un pellizco leve. La sigo penetrando hasta que llego al orgasmo.
Ella no llegó al orgasmo por obvias razones, ya que era virgen, y generalmente la primera vez de ellas casi nunca llegan al orgasmo. Ella debe descansar, salgo de ella y me acuesto a su lado, la atraigo hacia mí.
Ella se queda dormida rápidamente. Contemplo su cuerpo desnudo y siento la tentación de continuar, pero decido no ceder a ese impulso. Ella necesita descansar. Entonces, miro hacia el techo y poco a poco me voy quedando dormido.
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La Realidad De Ti
RomanceTodos tienen una parte que nadie conoce pero siempre hay alguien que descubre todos tus secretos y los contempla de la manera tan destructible Cada quien idealisa a la persona que cree ser el amor de vida