La Realidad De Ti

CAPÍTULO 14: NO ESTOY EMBARAZADA

《《Janet 》》

Me levanté como de costumbre temprano para tener tiempo de maquillarme y disimular los moretones, que poco a poco están sanando. Me recogí el cabello en una coleta alta, elegí un vestido corto de tirantes en un tono azul y me puse unas sandalias blancas. Al salir de la habitación, me dirigí al comedor, donde noté que Alex ya se había marchado, ya que no había indicios de su presencia. De todos modos, me siento en paz.

Me preparo unas tostadas y una taza de té, y me dirijo a mi terraza, que ofrece una vista directa hacia la costa. Me siento y añado un poco de miel a las tostadas mientras disfruto de la contemplación del mar.

Esta experiencia me brinda una profunda sensación de paz y libertad. Observar esta escena me llena de bienestar, ya que me recuerda la importancia de la fugacidad y la belleza de lo libre.

Observo que un helicóptero se aproxima y aterriza a escasos metros de mi casa. Salgo a recibirlo y veo descender a mis padres y suegros. Los invito a pasar y les pregunto qué desean beber. Finalmente, todos optaron por disfrutar de vino tinto. Me preguntaron por qué no había asistido a la fiesta de mis padres, a lo que les respondí que estaba muy cansada, por lo que decidí no asistir.

- Janet, ¿no será que estás embarazada? Últimamente estás muy cansada - dice Elizabeth con ilusión.

- No estoy embarazada - respondo, porque desde que estoy casada, mi esposo solo me ha tocado una vez y no más, ya que prefiere revolcarse con su amante. Además, sé que estoy cansada porque mi cuerpo se está recuperando de la última sesión de mi tratamiento, que fue muy extensa y dolorosa.

- Porque no, si lo piensas, estás cansada todo el tiempo, y mayormente cuando estamos en el palacio, siempre estás durmiendo - dice mi madre. Pero yo sé que es porque, casi siempre que van al palacio, es cuando Alex llega de viaje o por otras ocasiones y casi siempre hacía mi tratamiento temprano para poder recibir a Alex de sus viajes. Y terminaba cansada y me quedaba dormida por el agotamiento de no descansar lo suficiente para recomponer fuerzas.

- Estoy muy segura de que no estoy embarazada - digo para que dejen el tema.

- ¿Y ya te hiciste una prueba de embarazo por si lo estás? - Dios, ¿por qué no dejan el tema?

Estoy a punto de contestar cuando escucho una voz a mis espaldas.

- Ella no lo está, embarazada madre, deja el tema. - Por una parte, agradezco que haya dicho eso, pero por otra, solo me sorprendo de saber que él no se fue y estuvo aquí.

Se sienta a un lado de mí y me toma de la mano. Yo solo me quedo mirando su acción tan repentina de tomarme la mano y sentarse a mi lado.

-Hola, dulzura, ¿cómo estás? -me dice al oído y siento cómo mi corazón quiere salirse de mi pecho.

No expreso nada porque me encuentro profundamente sorprendida por su comportamiento. Su actuar es realmente peculiar y, al notar que se acerca cada vez más, me doy cuenta de que no estoy sentada en el sofá, sino que estoy en su regazo. Una sensación de nerviosismo recorre todo mi cuerpo y mis manos comienzan a temblar. Decido levantarme, pero Alex intensifica su agarre en mi cintura, inmovilizándome.

Siento su aliento chocar contra mi cuello.

- Esposa mía, no estés nerviosa - me susurra al oído - amo tu dulce y pecaminoso aroma - me huele como si se tratara de una rosa.

- Por favor, no hagas eso, nos están observando - le respondo, aunque en realidad mis padres y suegros están conversando entre sí sin prestar atención a lo que Alex y yo estamos haciendo.

- Ya lo arreglo - dice, dejándome confundida. - Disculpen, pero necesito estar un momento con mi esposa. Ya regresamos - dice y me lleva a la habitación. Cierra la puerta y me suelto de su agarre.

- Alex, ¿qué quieres?

- Quiero saber si te acostaste con el que te besaste.

- Ese no es tu problema - no sé por qué le importa tanto, si al fin y al cabo él tiene una amante. - ¿Desde cuándo te importa mi vida?

- Soy tu esposo, siempre me va a importar tu vida.