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Los pocos minutos de silencio fueron rotos por Harua hablando, "oh- yo um- _____, creo que necesitaba poner más aceite." Miras en su dirección y lo encuentras sosteniendo una bonita sartén quemada en sus manos con un huevo quemado encima. "Oh, Rua", dices sonriendo para ti misma encontrándolo tierno.
Antes de que puedas decir algo o acercarte a él, él huye a su habitación y se esconde debajo de las sábanas, deseando que el mundo se lo trague entero.
Limpias la sartén lo más rápido que puedes, de todos modos te toma 20 minutos, pero pudiste hacer otro huevo frito para Harua en los mismos 20 minutos. Afortunadamente, la sartén no se derritió.
Llamas a la puerta del dormitorio de Harua sosteniendo un plato con dos huevos fritos. Entraste, sabiendo para ti misma que él no diría anda, abriendo la puerta lentamente, tus ojos encontraron a Harua ocupado haciendo algo en su escritorio. Te acercaste a él y le das los huevos mientras tiene la cabeza baja.
"Rua, está bien. No es gran cosas, los errores ocurren, no es nada de qué avergonzarse."
Abre la boca para decir algo pero se arrepiente y solo suspira. Te quedas en silencio, dejándolo ordenar sus pensamientos antes de que finalmente vuelva a hablar.
"Lo sé, es sóloo... es sólo un huevo frito y no pude hacerlo."
"Y eso está totalmente bien."
"No lo es..."
"Rua, está bien. No es cómo si fuera la última vez. Podemos intentarlo de nuevo."
"Está bien. Te hice una pulsera porque me siento mal."
Sonríes ampliamente mientras él te entrega la pulsera. "Gracias, no era necesario."
