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"¿t-t/n?.." Tartamudeó Taki, despertándose sudoroso, dando palmaditas en el costado de la cama a su lado solo para descubrir que no estabas.
"¡t/n!" Lo intentó de nuevo, esta vez un poco más fuerte, aunque su voz seguía temblorosa.
"¿t/n?..." esta vez tu nombre sale de su boca en voz baja, diminuto y casi asustado. Siendo esta la última gota para Taki antes de estallar en lágrimas, intenta levantarse pero aún así termina con el mismo resultado, rompiendo a llorar una vez más.
Las lágrimas que brotan de sus ojos parecen interminables antes de escuchar pasos desde afuera de la puerta del dormitorio. Inmediatamente levanta la vista en dirección a la puerta y se levanta de la cama a la velocidad de la luz, abriendo la puerta con la esperanza de ver tu figura. Abre la puerta e inmediatamente te abraza, enterrando su rostro en tu pecho. "t-tn..." solloza incontrolablemente, sin darte ninguna explicación.
"Taki, ¿Qué pasó?" le preguntas mientras le frotas la espalda y le acaricias el pelo.
"Ven aquí." De alguna manera logras que se siente en el borde de la cama aunque no sabes cómo lograr que se calme.
"Oye, oye, está bien. Cuéntame que pasó, bebé."
"Tú-tú estabas en el hospital, e-en coma! y tú-tú moriste... simplemente te habías ido! y yo ni siquiera estaba allí, vine a visitarte y me dijeron que tu corazón se... paró." Sollozaba e hipaba entre palabras, hablando rápido como para olvidar lo que había soñado.
Te acuestas en la cama y lo colocas a tu lado. Lo envuelves en tus brazos y acaricias su cabello para consolarlo. Justo antes de quedarse dormido, te murmura algo... "Gracias, _____..."
