—Mantente a mi lado. ¿Entendido?
Taylor y Anne habían tomado diferentes medios de transporte hasta llegar a Nueva Jersey. Lugar donde se iba a realizar la presentación y la firma de libros y, aunque todo parecía estar en orden, el soldado estaba visiblemente tenso. Tanto que ni siquiera se había atrevido a mirarla en la última media hora.
Ni siquiera cuando el helicóptero se detuvo y se vio en la obligación de saltar a la pista del aeropuerto, donde un coche les estaba esperando para trasladarles a uno de los hoteles custodiados por el comando. Solamente se permitió coger a la mujer de la cintura para ayudarla a bajar y dirigirla hacia el vehículo.
Hunter se enderezó ante Farrell, dirigiendo la palma de la mano derecha a la sien para saludarlo, demostrándole respeto. Taylor enseguida hizo lo propio, dejando maravillada a Wake que comenzaba a amar aquella faceta de su amante.
—¿Todo en orden?
—Todo en orden —respondió Hunter mientras relajaba su posición.
—Revisad bien los alrededores del lugar. No quiero sorpresas. No está vez.
Hunter asintió y Farrell, tras abrir la puerta del vehículo la invitó a pasar al interior. El trayecto hasta el hotel no fue diferente… De hecho, Taylor no dejó de mirar su teléfono mientras que Anne se dedicaba a conocer lo poco que podía ver de la ciudad. Sí, el soldado frío del principio había vuelto y parecía que lo había hecho para quedarse.
—Me gustaría cambiarme de ropa —murmuró ella mientras revisaba su atuendo que poco había variado en las anteriores semanas.
—No te preocupes, Wake. He encargado que te dejen tres conjuntos en la habitación. Aún es pronto, así que podrás darte una ducha y arreglarte.
Anne asintió con cierta decepción, pues se había percatado de que él no se incluía en el plan. Cuando llegaron al hotel, Taylor echó un vistazo al perímetro cerciorándose de que la seguridad era exquisita, pues no había metro cuadrado sin que lo ocupase uno de sus compañeros.
—Suite presidencial —murmuró Hunter mientras le entregaba la tarjeta de acceso.
—Gracias. Da la orden de que denieguen el acceso a todo aquel que pregunte por la Srta. Wake y eso incluye familiares, amistades y cualquier fanático chiflado.
Wake iba a protestar, pero Taylor tiró de ella hacia el interior del hall, donde siguió deleitándose con la gran hazaña de su padre. Enzo Farrell jamás defrauda. Con rapidez la llevó hasta el ascensor que les daba acceso directo a su habitación, pues la suite presidencial estaba situada en el ático del hotel a la que solamente se accedía por ese único medio a través de la tarjeta de acceso.
—Ya veo que vuelves a ser un gilipollas —murmuró escondida tras él en el pequeño pero moderno espacio.
Farrell apretó la mandíbula mientras las puertas del ascensor se cerraban frente a él, donde de nuevo, se permitió el placer de mirarla. Anne estaba seria y, evidentemente, molesta.
—Solo intento hacer mi trabajo.
Ella suspiró a la vez que intentaba relajar su posición. Quería entenderlo, pero a veces no era fácil.
—Desde que te conozco jamás has dejado de hacerlo, Farrell, pero me gustas más cuando muestras un poquito de lo que tienes dentro.
—¿Y qué pretendes, Wake?
—Que dejes de tratarme como una extraña cuando me metes todos los días en tu cama.
La realidad le estalló frente a la cara. Ninguno se había atrevido a poner una etiqueta o un nombre a lo que fuera que tuviesen, pero era evidente lo que Anne reclamaba, sin embargo, Taylor dudaba poder dárselo.
ESTÁS LEYENDO
Taylor - La Leyenda De Un Farrell | Erótica + 18 | Completa ✅
RomanceTaylor se ve en la obligación de cubrir una misión que llega bajo la petición y mandato de su padre; Enzo Farrell. Proteger y mantener a salvo a la nieta de su compañero fallecido en batalla; Anne Wake. Misión que era irrisoria para su papel en el C...