Jhonathan.
A la mañana, acostumbrado a mi antigua vida, fui el primero en despertarme. No sabía qué hacer, así que me dirigí al vivero de mi madre por verduras para luego hacer el desayuno. Se me hizo extraño la sencillez con la que pude encender la hornalla.
Mi madre me sorprendió preparando la mesa para servir el desayuno.
— Estás cambiado – me dice con una sonrisa.
— He cambiado mucho, me parece – le digo mientras empiezo a servirle el desayuno y me siento con el mío frente a ella.
En ese instante, mi padre llega, le sirvo también impresionado, se sienta junto a mí.
— ¿Mi futura nuera, tuvo algo que ver? - me pregunta con una pícara sonrisa mi madre, a lo que cierro los ojos y entristecido asiento.
— Tuvo y tiene todo que ver – respondo y empiezo a contarles todo lo que había aprendido con ella. Pero lo más importante, les detallé cada letra que me hizo escribir, cada envión en su bicicleta, la felicidad detrás de cada ave que se me subía a la cabeza, a los hombros o al pecho pidiendo ser alimentada y la angustia por no saber que sería de ellas cada vez que las liberaba. Cada abrazo tras una pesadilla. Mis padres, en especial, mi madre, estaban fascinados con mi relato.
— ¿Y ella, siente lo mismo por ti? - Pregunta mi madre y asiento intentando ocultar una rebelde lágrima que se me escapa.
— ¿Por qué volviste? - me pregunta mi padre – Podrías simplemente haberte comunicado de alguna manera y nosotros estaríamos tranquilos —.
— Porque fue un atentado el que sufrí. Temía que las maneras de acceso que a alguno de ustedes estuviese intervenida sin que lo supieran. Tanto ustedes como Máximo, su familia y no sé si hasta Walter, están en peligro también. Cuando descubrí quién era yo, pensé en que, quizás, alguno de ustedes podría estar muerto.
Necesitaba volver, necesitaba saber que estaban bien. Necesito encontrar quién está detrás de todo ésto, a quien hemos dado confianza y nos ha traicionado. Por eso, deben creer que todavía me buscan o que estoy muerto para que sigan con sus planes sin sospechar de que los estamos investigando, porque conmigo muerto, no hay testigos de nada.
Aparte, quiero que me ayuden a encontrar quién está de la trata de personas que tenían a Ava. Si bien, han pasado muchos años ya, quiero estar tranquilo y darle tranquilidad a ella – respondo.
— Cuando solucionemos todo, ¿qué harás? - consulta mi padre.
— Volveré con ella. Quiero dejar el legado familiar atrás y empezar de nuevo con ella y lejos de aquí. Fui feliz con ella, papá y lo quiero seguir siendo.
Me di cuenta de que no necesito nada de todo ésto para ser feliz, lo único que necesito es dormir abrazado a ella con mi cabeza metida bajo su cuello y nada más – concluyo.
Mi madre observa a mi padre con una sonrisa – y bueno, lo lleva en los genes – le dice y este suelta una carcajada.
— No puedo decir que no sean míos – le responde.
— Sabes que deberé, o mejor dicho, tu familia entera deberá conocerla – afirma, seria mi madre. — Aparte, necesito agradecerle en persona, si me hubiera durado más la angustia de no saber de ti, no sé si seguiríamos con vida. Sé que en la vida que llevamos corremos muchísimos riesgos, pero en este tiempo me di cuenta de que no estoy preparada ni lo estaré para perder a ninguno de ustedes – sostiene mi madre.
— Y yo, - continúa mi padre – lo supe desde el día que la conocí y después, con la llegada de cada uno de ustedes. Así que desde hoy mismo empezaremos con la búsqueda. En un rato llamaré a Walter para que venga y nos ayude – finaliza.
Esa misma tarde, mi tío Walter ya estaba en casa de mis padres junto con mi hermano. Casi muere seco, apenas me vio.
Me abrazó al igual que el resto de mi familia y me pidió disculpas por no haber podido encontrarme. Me contó y explicó todo lo que había hecho para encontrarme. Habían ido, junto a mis padres, a diferentes islas y pueblos costeros sin poder ubicarme.
Luego les conté a ambos sobre mis temores para con su bienestar, así que entre todos, nos pusimos a elaborar diferentes hipótesis.
Comenzamos con todo el personal que trabajaba para nuestra familia.
Después con los clanes y supuestos aliados con quienes alguna vez podríamos haber tenido algún roce.
Incluimos tanto clientes a los que defendí como a las contra partes de estos. Para poder encontrar a toda ésta gente, sí o sí debía ir a mi oficina, ya que todos los archivos con datos se encontraban allí. El problema radicaba en que yo no podía ir, y mi familia no sabía donde buscar. Aparte, tampoco los dejarían ingresar al yo no estar porque me contaron, les costó muchísimo ir allí para conseguir información acerca de mi viaje y mi vuelo.
No me iba a quedar otra que pedir, yo mismo, ayuda externa.
Por otro lado, Walter me dijo que intentaría recopilar información acerca de Ava para saber donde vivió su niñez y quién la adoptó. El problema radicaba en que ella no sabía su apellido, así como tampoco el lugar, país o ciudad donde había vivido. Entonces el rastreo era extremadamente difícil, ya que había países donde su nombre era extremadamente común, por lo que eso sólo no bastaba.
Mi padre opinó que posiblemente podrían haber sido nuestros viejos amigos, los Morano, sus aliados o inclusive un difunto tío, puesto que en parte, sacando cuenta del tiempo, y más aún si Ava desconocía su edad, ya que podría tener más o quizás menos de la que ella creía, daba a la época aproximada del último secuestro a mi madre.
Sacando cuentas, en esa época, yo tenía diecisiete y ella tendría trece, más menos un año, así que el cálculo de mí padres era lógico.
Dijo también que si no estaba errado, ella hace años que estaba más que segura, ya que cuando pasó lo de Alexia, ellos se ocuparon de que, definitivamente, no quedara nadie más.
Fue así que nos abocamos a las hipótesis.
Al día siguiente, mi hermano trajo a Lucasiano y a Sixtro del bufete a casa de mis padres, quienes al verme creo que quedaron en shock, pálidos, como si hubieran visto un fantasma.
Era de esperarse, con el atentado y el tiempo que estuve desaparecido, la idea más lógica y objetiva, era que estuviera muerto. Se observaron serios entre sí y luego vinieron a abrazarme.
Dijeron a mi familia que ayudarían en todo lo que necesitaran y que el lunes mismo podrían ir al bufete, ya que mañana domingo permanecería cerrado y sería extraño que vieran movimiento. Todos asentimos.
Se quedaron un tiempo más con nosotros, me preguntaron sobre el tiempo que estuve desaparecido, les dije que había estado en una cabaña médica en una isla poco habitada durante bastante tiempo porque había sufrido amnesia temporal. No les hablé de Ava, ya que son burlones y no quería tener que soportarlos.
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JHONATHAN
RomanceSecuela de Siempre Sofy y Andrea . Novela corta donde encontrarán mafia, romance, traición y drama. Espero que les guste.