16.

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—Entonces, va a venir tu novio, sus amigos y sus tíos...para llevarnos al auditorio? —mi mamá preguntó mientras guardaba sus cosas en su bolso y tomaba medicina.

—Si mamá, pero no es mi novio —respondí, rodando los ojos ante su comentario.

—Oh, ya veo —dijo mi mamá con una sonrisa traviesa—. Pero deberías traerlo alguna vez, parece que te gusta bastante, ¿no?

—¿Por qué estás tomando medicina? ¿Estás bien? —pregunté, cambiando de tema.

—Solo es para un resfriado, no te preocupes —respondió mi mamá—. Ahora, vamos a esperar a tus amigos y a tu novio allá afuera.

Asentí y nos dirigimos hacia la puerta principal.

Al salir, sentí la brisa fresca y el sol brillante en el cielo. Mientras esperábamos afuera, mis pensamientos se centraron en el concierto que íbamos a presenciar en el Auditorio Nacional, y en la emoción que sentía por ello.

De repente, vi a Lukas acercarse desde lejos.

—¡Hola Miranda! —saludó Lukas con una sonrisa amplia al llegar a donde estábamos.

—Hola Lukas!!!—respondí, sintiendo un cosquilleo en el estómago al verlo.

Mi mamá, sin perder tiempo, se dirigió a Lukas con curiosidad.

—Así que tú eres el amigo de Miranda del que tanto ha estado hablando. Encantada de conocerte, Lukas.

—El gusto es mío, señora —respondió Lukas con cortesía—. Miranda me ha hablado mucho de usted también.

TE AMO GUAPO, YA BÉSAME.

—¡Oh, por favor, llámame Silvia! —dijo mi mamá con una risita—. Bueno, Miranda, parece que tienes buen gusto.

Me sonrojé ante el comentario de mi mamá mientras Lukas y yo intercambiábamos una mirada cómplice.

De repente el sonido de un auto nos hizo desviar la mirada.

—Chicos, ¡dejen de besarse! ¡Ya nos vamos! —exclamó Fede desde el auto, con una sonrisa divertida mientras agitaba las llaves.

Nos reímos ante su comentario, y Lukas y yo nos miramos brevemente.

—¡Vamos, vamos! ¡No queremos llegar tarde al concierto! —añadió Ian, abriendo la puerta del auto y haciendo un gesto para que nos apresuráramos.

—¡Vamos, Miranda! —me animó Lukas, ofreciéndome una mano para ayudarme a subir al auto.

Sonreí y tomé su mano, agradecida por su gesto. Nos acomodamos en el auto, con Fede al volante, Ian en el asiento del copiloto y mi mamá, Lukas y yo en la parte trasera.

—¿Están emocionados? —preguntó Fede, con entusiasmo evidente en su voz, mientras arrancaba el motor.

—¡Sí, muchísimo! —respondí, con una sonrisa que se reflejaba en mi rostro - ¡va a ser increíble!

—Sí, estoy seguro de que será una experiencia inolvidable —agregó Lukas, con una mirada llena de emoción.

—¿Fede, el és es que dices con el que quieres que te de en adopción? —preguntó mi mamá.

—¡Mamá! —exclamé, sintiendo cómo el rubor me subía hasta las mejillas ante la sorpresiva pregunta de mi madre.

Fede soltó una carcajada mientras mi mamá y yo nos quedamos mirándolo boquiabiertas.

Después de un rato, mi mamá, Fede e Ian se pusieron a platicar sobre cosas de señoras treintonas, mientras Lukas y yo escuchábamos música, pero no cualquier música, estábamos escuchando The Neighborhood.

Y luego, me quedé dormida.

Me gusta dormir, pero saben que me gusta más? Exacto, Lukas.

—Es que Miranda no se despierta ni aunque le avienten una piedra en la cabeza

Desperté con un ligero sobresalto al escuchar la risa de mis amigos en el auto. Parecía que habían estado bromeando mientras yo estaba profundamente dormida.

—¡Despierta, Miranda! ¡Llegamos al Auditorio Nacional! —exclamó Fede, riendo entre dientes.

Parpadeé un par de veces, tratando de despertar por completo, mientras me frotaba los ojos con las manos.

—¡Lo siento! Estaba tan cómoda que me quedé dormida sin darme cuenta —me disculpé, sintiendo un poco de vergüenza por haberme dormido en medio del camino.

—No te preocupes, Miri —dijo Lukas con una sonrisa reconfortante— ¿Estás lista?

Asentí con entusiasmo, sintiendo cómo la emoción volvía a fluir a través de mí. Bajamos del auto y nos dirigimos hacia la entrada del auditorio, rodeados de una multitud de personas emocionadas, todos exclamando por fotos de Fede, Ian, Lukas y hasta de mi mamá, ¿LO PUEDEN CREER?

Tardamos un rato en entrar, pero al ir con los chicos, nos dieron la oportunidad de conocer los camerinos y ver a los demás chicos.

Pero después, por obvias razones, mi mamá y yo tuvimos que ir a nuestros asientos por qué el show ya estaba por comenzar.


People you know - Lukas UrkijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora