Capítulo 20

1.7K 138 34
                                        

Parecía drogado.

Se sentía drogado.

Tenía las pupilas dilatadas, los ojos brillantes, y estaba adormecido.

Todo el tiempo, absolutamente todo el tiempo después de que terminó de hacerle el amor a Jaemin, siguió encima de él.

Lo tomó de la mano mientras conducía, lo besó en cada luz roja, y no lo soltó en toda la ceremonia.

Luego, en la recepción, abrazó su cintura y caminó detrás de él a todos lados.

Era como una de esas caricaturas donde uno de los personajes se enamora y comienza a flotar con pequeños corazones en sus ojos. Exactamente igual.

– Oye, ya entendí, me quieres de vuelta – rió Jaemin, recibiendo el milésimo beso del día – me tienes. Ahora retrocede un poco si no quieres alejar a todos de la mesa –

– Aún no llegan – lo besó de nuevo – ya nunca voy a tener suficiente de esto –

– ¿De besarme? –

– ¿Tienes idea de cuántas personas en el mundo se mueren por darte un sólo beso ahora mismo? Muchas. Así que yo, Lee Jeno, aprovecharé cada segundo que me quede de vida –

– O hasta que lleguen otros invitados – rió, retorciéndose por las cosquillas que los labios del otro provocaron en su cuello.

– No quiero arruinar su noche – habló un tercero – ¿pero no dijo este idiota que todo estaba mal? –

– Yo tampoco sé que pasó – aseguró Jaemin.

– Recapacité – respondió Jeno, por fin dando algo de espacio a su esposo, pero sin separarse mucho o soltarlo.

– Te suplicó, ¿no es así? –

– Ni siquiera me dio tiempo de decir que no – rió – pero estamos bien, respondiendo a tu pregunta no dicha. No vamos a divorciarnos ni nada por el estilo –

– Gracias a Dios – se sentó frente a ellos – no habría soportado su lloriqueo –

– Aprecio un amigo como tú – dijo Jeno con sarcasmo – no sé que haría sin ti –

– Me tienes a mí – habló otro.

Esa fue la única vez que Jeno se separó de Jaemin.

Esa cuando tuvo que levantarse de su asiento para atraer en un afectuoso abrazo a Jisung, que se congeló por segundos antes de reír y abrazarlo también.

– Veo que me extrañaste –

– No tienes idea – se separó para apreciarlo – no tienes permitido volver a viajar en avión nunca –

– Pero les trajimos llaveros – anunció Chenle, levantándolos en su mano.

Jeno lo recibió y los miró a ambos, atónito.

– ¿Hawaii? –

– Estuvo increíble – asintió, tomando la silla junto a Renjun y atrayendo a Chenle en la del otro lado – tenías razón, sí nos divertimos más de lo que nos habríamos divertido en Roma –

Jeno suspiró aliviado.

– Gracias, Dios – susurró.

Jaemin apretó su mano, mirándolo con curiosidad.

– ¿Estás bien? –

– Creo que es el mejor día de mi vida – asintió – después de nuestra boda, claro. Ese sí fue el mejor –

Back to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora