Capítulo 05

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Estaba muy, muy nervioso.

Esa mañana, luego de que se las había arreglado para hablar con Hyuck, le pidió que lo encontrara en la cancha de tennis al finalizar el día.

Arrancó la flor de un macetero, escribió una carta boba, y repitió en su cabeza una y otra vez las palabras que diría.

Era ridículo.

Primero, por que ya conocía a Hyuck. Era su ex novio, por Dios. Ya sabían como era el otro y la probabilidad de que lo rechazara era casi nula.

Segundo, por que en cualquier momento iba a despertar y regresar a su horrible realidad.

Pero eso no lo desanimó. En todo caso, lo alentó a hacer lo correcto esta vez.

Así que practicó una vez más.

Y estaba tan concentrado en ello, que apenas registró lo que pasaba del otro lado del gran rosal, donde habían otro par de chicos conversando.

– Prometo que lo consideraré – rió.

Jeno abrió los ojos y se levantó de golpe.

Ignoró al otro que se estaba yendo, por que ni siquiera lo conocía, y fijó la mirada en aquel que se había quedado sentado ahí.

Todo, todo estaba en blanco.

No tenía ni idea de lo que estaba sintiendo. Era tan abrumador y tan insoportable, como lo era silencioso y plano.

Jaemin, cuando tenían 18, era castaño claro también. Esa fue una de las razones por las que terminó eligiéndolo a él.

El monstruo que dejó atrás, en su futuro... no lo veía.

Posiblemente por que este joven Jaemin no tenía idea de la mierda en la que se convertiría, pero apostaba más a que se debía a ese preciso momento.

Con esa sonrisa perezosa y amigable, sus mejillas coloreadas, su bondad absoluta, contrastado por un bello fondo de rosas rojas... estaba hermoso.

Lo recordaba hermoso, claro. Pero no descomunalmente bello como lo veía ahora.

Y no era así como habían sido las cosas.

Cuando se encontró a Jaemin en ese macetero, habían sido dos días después de ese, en miércoles. Las rosas habían sido cortadas para adornar la escuela, y estaba devastado, fingiendo una sonrisa para conseguir compañía el próximo viernes.

– Jeno Lee – frunció el ceño, divertido – ¿estás bien? –

¿Bien?

No. No estaba bien.

Por que sabía que odiaba a Jaemin, pero... pero no a este Jaemin.

Y al mismo tiempo, sabía cómo sería en el futuro. Y si en el futuro era horrible, ¿entonces lo era ahora también? ¿O aún no existía esa versión de él?

– Dios – susurró, sintiéndose perdido – no puedo creer que estás aquí –

– Es mi lugar favorito. Huele a flores – palmeó el espacio junto a él.

Jeno terminó dejándose caer a su lado, sintiéndose frustrado.

Odiaba a Jaemin, pero no podía dejar de verlo. No pudo apartar la mirada por mucho que lo intentó.

– Me dijo Jisung que invitaste a Hyuck a venir aquí – comentó de la nada, como si no notara lo enfermo que se sentía Jeno estando a su alrededor – ¿regresaron o algo así? –

– No, pero vamos a hacerlo. Lo amo – dijo con toda intención.

Luego lo pensó mejor cuando se dio cuenta de que Jaemin no parecía mortificado en absoluto. Claro que no le importaba eso. ¿Por qué lo haría?

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