Ya estaba medio borracho cuando llegó al hotel.
La recepción espaciosa e iluminada le dio una cálida bienvenida. Era un lugar bonito y elegante. Mucho más de lo que su esposo merecía.
Carajo, de verdad, ¿cómo había terminado todo así? ¿Cómo era que ahora se odiaban tanto?
Lo meditó otra vez cuando entró en el ascensor.
La causa podían ser los últimos siete meses, desde que su pareja había recibido un ascenso.
Habían comenzado a pelear por todo. Por la ausencia del otro a causa del trabajo, por los celos y desconfianza al no saber donde estaban la mayoría del tiempo, por la necesidad que habían comenzado de lastimarse y de ser hirientes con las cosas más sensibles.
Todo eso. Todo le enojaba. Todo estaba mal.
Y cuando finalmente llegó al quinto piso, los recuerdos estaban tan frescos, que ya estaba enojado con él. Y eso que aún no tenía que verle la cara.
Caminó por el largo pasillo, ya anticipando el inevitable fastidio.
Claro que el tipo eligió el último cuarto. Tenía que molestar a Jeno tanto como le fuera posible.
Cuando al fin llegó, tocó la puerta un par de veces, arreglándoselas para que el sonido fuera frío y distante.
Igual que los ojos de su esposo cuando abrió.
– Tus cosas – señaló, levantando la caja que traía en las manos.
El otro frunció el ceño, examinándolo cuidadosamente.
– ¿Estás borracho? –
Jeno soltó una risa seca.
– ¿Tú que crees? –
– Estás borracho – sentenció.
– Bueno – se abrió paso, empujándolo con su hombro – tenía que encontrarme contigo, y Dios sabe que no puedo hacerlo sobrio –
– Claro – resopló, arrebatándole la caja – y tenías que irte de fiesta con otro –
– No es tu problema, Jaemin – respondió con aburrimiento – ya no lo es –
El otro lo miró despectivamente.
– Oh, no – exclamó con crudo sarcasmo – me harás llorar –
– Tú no puedes llorar – se burló – no hay una pizca de sentimientos en ti –
– No por ti – gruñó.
– Bien – replicó – entonces no puedo esperar a que estemos divorciados –
– ¿Y para qué es eso? – ladeó la cabeza – ¿vas a ir y buscar a otra persona? ¿Alguien que te aguante? –
– Puede que lo haga –
Jaemin rió.
– ¿Sí? ¿Crees que es tan sencillo? –
– Sé que no lo será – negó – pero nada puede ser peor que seguir contigo, jodido enfermo –
– ¿En serio? – espetó – ¿eso soy ahora para ti? –
– Siempre ha habido algo mal contigo – se acercó de golpe – algo en tu cabeza que te vuelve retorcido y oscuro –
Jaemin entrecerró los ojos.
– ¿Siempre? – se acercó también – si siempre ha sido así, ¿por qué mierda me pediste que me casara contigo entonces? –
– Por estúpido – escupió molesto, caminando hacia la salida – por que me quedé sin otra opción –
– No me digas – lo siguió enojado, dejando caer la caja de zapatos al piso – ¿no había otra opción? ¿De verdad no la había? –
– Tú y yo sabemos que no –
– ¡Sí tenías otra opción! ¡Y te recuerdo que tú decidiste que no lo querías! ¡Por eso él está casándose con Mark hoy! –
Jeno lo encaró nuevamente, hecho una furia.
– Tú decidiste, Jeno – insistió Jaemin, hablando más bajo, cargado de resentimiento – tú me elegiste a mí. Tendrás que aceptarlo algún día. No lo querías a él –
– No – abrió la puerta de la habitación, dejando ver el pasillo que ahora parecía más oscuro que antes – yo lo amaba, Jaemin. Lo amaba más de lo que algún día podría amarte a ti –
El otro apretó la mandíbula, notándose más tenso ahora.
– No lo dices en serio –
– Claro que lo hago –
– Entonces debiste casarte con él –
– ¿Sabes qué? Sí – replicó enojado – fuiste mi peor error, y nunca voy a perdonarme haber dejado ir al amor de mi vida por ti – dio un paso fuera – y créeme cuando te digo que, si pudiera regresar el tiempo y volver al principio, me estaría casando con él en vez de haber arruinado mi vida contigo por que lo amo a él. Siempre lo voy a amar a él –
Silencio. Rotundo y contundente.
Jaemin soltó un suave jadeo, y lo miró con los ojos muy abiertos.
– Retráctate – susurró inestable, nada con la voz cargada de veneno de hacía un momento – retráctate antes de que los dos lo lamentemos –
Jeno quiso, de verdad quiso, pero ¿era mentira?
¿No sería mejor su vida si ahora mismo estuviera casado con la primer persona a la que amó en lugar de Jaemin?
Así que simplemente se limitó a negar y cerró la puerta detrás de él.
Una vez afuera, apretó los ojos cerrados, soltando un gruñido bajo.
Bien. Tal vez sí fue demasiado lejos.
Él sabía cuánto Jaemin era sensible a ese tema. Cuánto le lastimaba saber que no había sido su primera opción.
Se giró a encarar de nuevo la puerta, pero cerró la mano en un puño y luego la llevó a su bolsillo de donde sacó su teléfono, en lugar de tocar como había planeado al principio.
Caminó lejos de la habitación, directamente al fondo, donde estaba el ascensor.
Abrió redes sociales sólo para distraerse. Amigos, familiares, todos compartiendo momentos de dicha a los que él parecía lejano ahora.
Dio "me gusta" a las fotografías que posteó Jisung, su mejor amigo de la infancia, de su viaje a Roma con su esposo Chenle.
Ellos se veían tan, tan felices.
Y luego bajó un poco más y se detuvo en otra fotografía. Una que lo llenó de creciente angustia.
"Última antes de nuestro matrimonio. Te amo por siempre" decía la leyenda debajo de la bonita imagen de Donghyuck y Mark, su prometido.
Y, como en los últimos días, no pudo evitar pensarlo de nuevo.
¿Qué habría pasado si aquel día, él hubiera decidido correctamente y hubiera regresado a su amado, en lugar de dejar que Mark Lee se lo arrebatara?
Recordaba aquel tiempo con pesar.
Donghyuck y él se estaban dando un tiempo de su relación. Así lo habían planeado. Sólo iba a ser un tiempo.
Pero entonces, su querido Hyuck conoció a Mark, y se volvió cercano a él.
Jeno no preguntó. No esperó a ver si Hyuck seguía amándolo o no. No quiso saber nada, ya. Dejó que los celos y el rencor se adueñaran de él, y simplemente decidió seguir y moverse a la siguiente persona, que resultó ser Jaemin. De nuevo, el peor error de su vida.
Pero no podía evitar pensarlo. Si hubiera hecho algo, si hubiera luchado por Hyuck, ¿habría funcionado? ¿Él sería feliz ahora?
¿Qué habría pasado si...
– ¿A qué piso vas? – dijo el hombre parado junto a él, sobresaltándolo.
Jeno ni siquiera lo había visto llegar.

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Back to you
FanfictionSe iban a divorciar, estaba seguro. Después de años de noviazgo, y algunos cuantos más de matrimonio, luego de casi seis meses de sólo pelear y pelear, ya no podían seguir más. Y Jeno pensaba, una y otra vez, que si tan sólo pudiera regresar en el...