La guardiana del Silencio

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Sólo una semana después de la muerte de Zoisite, las Sailor Scouts y los caballeros dorados se reunieron para discutir sobre el enemigo que estaban enfrentando.

—Creo que está tomando medidas más seguras...—Dijo Neptune.

—Supongo que quiere evitar que lo traicionen, por eso controlaba mentalmente a los reyes celestiales...—Dijo Uranus.

—Esta vez fue más difícil que reaccionara, no sé bien por qué lo hizo, pero le costó trabajo—Dijo Mercury, recordando su batalla con Zoisite.

—Jedite, Neflite, Zoisite y Kunzite... de ellos ya sólo queda uno—Dijo Rei, mirando a Minako, pues ella era quien tendría que enfrentarlo, pero siendo la Sailor Scout del amor, sabían que le sería muy difícil hacerlo ella sola.

—Seguramente el enemigo tratará de reforzar el hechizo para que cumpla finalmente con su objetivo de obtener el Cristal de Plata, así que todas deberán tener cuidado cuando se topen con él—Dijo Plut, con los brazos cruzados sobre su pecho.

Todos asintieron ante aquella advertencia.

—Tal vez sea bueno llamar a unas viejas amigas, para averiguar pistas sobre el enemigo—Dijo Usagi, y todos se voltearon a verla —Las Hermanas de la Persecución—Dijo ella resueltamente.

Las Inners se miraron entre ellas... era cierto, ellas se habían vuelto humanas gracias a Sailor Moon, pero no dejaban de ser parte de la familia Black Moon, por lo tanto, si alguien podría saber algo, serían ellas.

—Parece ser la mejor opción—Dijo Chibi-Usa afirmativa —Entonces, vayamos al distrito comercial a hacerles una visita—Dijo Usagi con una sonrisa, dirigiéndose a la salida de la mansión Kido junto a todos sus compañeros... un grupo bastante grande y llamativo.

El enorme grupo se dirigió al puesto de cosméticos de las hermanas, y ahí estaban ellas, atendiendo a un grupo de chicas de secundaria que querían comprar labiales y sombras de ojos.

Cuando las chicas se retiraron, ellos se acercaron a las cuatro hermanas, quienes se sorprendieron un poco por la repentina visita, pero se alegraron —Oh, me alegra que estén aquí chicas, díganme ¿buscan alguna cosa en particular?—Les preguntó Karmesite con amabilidad.

Rei le sonrió y negó con la cabeza —No Karmesite, en realidad... ¿Podríamos hablar con ustedes un momento?—Les pidió con cierta seriedad.

Las hermanas se miraron entre sí y asintieron, sabiendo que debía ser un asunto muy urgente.

Después de cerrar su local, se fueron con el grupo al café Crown, se aseguraron de que no hubiera nadie que les prestara atención y se adentraron en el cuartel de las Sailor Scouts.

Una vez dentro, y acomodados con cuidado en el cuartel secreto, las Hermanas de la Persecusión miraron a sus amigas —Bien... ¿Qué necesitan?—Preguntó Petzite, preocupada en cierta forma de que su vida pacífica se viera interrumpida.

Las Sailors suspiraron y le preguntaron a las hermanas lo que ansiaban saber —No saben si... de alguna manera el Gran Sabio podría haber resucitado de entre los muertos—Preguntó tímidamente Usagi, y su respuesta fueron las hermanas mirándose unas a otras con extrañez ante una pregunta semejante.

—Me temo que no... ¡es imposible!—Dijo Calaverite.

Las Sailors suspiraron de alivio y a la vez de pesadumbre —Bueno... esto lo resuelve todo—Dijo Rei un tanto preocupada antes de levantarse.

—Esperen... yo necesito saber algo—Dijo Usagi y todos la miraron extrañados incluso las hermanas.

—¿Qué cosa?—Preguntó Perjerite —Hace poco... me encontré con el príncipe Diamante—Dijo Usagi.

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora