Silencio y equilibrio

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Kanon y Saga tuvieron que ir por Hotaru a la preparatoria, debido a que Setsuna se quedaría en su laboratorio un rato más para revisar los trabajos y presentaciones de sus alumnos, y les pidió a ellos que recogieran a Hotaru de la escuela.

Hotaru, después de haberse acostumbrado a tener, una vez más, su cuerpo crecido, salió con una sonrisa de la escuela, pues finalmente había podido hacer amigos y no ser juzgada por su parentesco con su padre ni por nada relacionado con su pasado.

Vio a Kanon y Saga esperando frente a la escuela, y causando revuelo entre sus compañeras, que miraban a los apuestos gemelos que esperaban fuera de su escuela con aquellas apariencias imponentes y miradas estrictas que sólo las hacía suspirar, pues era la típica apariencia de "Chico malo" que estaba de moda entre las chicas a esa edad.

Hotaru sonrió y corrió hacia ambos hermanos, abrazando conscientemente a Kanon, quien se sonrojó fuertemente ante la acción de la chica, que alzó su mirada con una sonrisa inocente y dijo —Hola, Kanon—.

Después de separarse del caballero de Géminis, la jovencita miró a Saga y le sonrió —Hola, Saga ¿Cómo has estado?—Le dijo y Saga sonrió —He estado bien, gracias por preguntar, pequeña Hotaru—Dijo el gemelo sonriendo.

Las chicas de la escuela de Hotaru echaron gritos, y preguntaron a la chica enseguida de dónde conocía a los gemelos, si tenían novia y cosas así, a lo que Hotaru, abrazando el brazo derecho de Kanon, sólo se limitó a sonreír alegremente y guiñar un ojo, antes de dar media vuelta e irse, dejando a las chicas que se fijaron en Kanon con el corazón roto...

El chico, ya estaba tomado por alguien.

Los tres se dirigieron de regreso a la mansión Kido, mientras Saga veía cómo su hermano sonreía y miraba a Hotaru sonreír con una cara de idiota enamorado que hasta un ciego podría ver.

Saga sonrió divertido, entendiendo ahora las palabras que Chibi-Usa le había dicho a su hermano antes de irse.

Ciertamente sabía que su hermano era bastante mayor que la joven Sailor Scout, el hecho de que él estuviera a nada de salir de la Universidad para terminar sus estudios a los veintiocho años era una clara prueba de ello.

Sin embargo sabía que eso no iba a ser un impedimento para ambos, al menos de acuerdo a lo que Chibi-Usa había dicho antes de irse.

Kanon escuchaba a Hotaru, sobre cómo se divertía en la escuela ahora, pudiendo usar un Seifuku y calcetas cortas como todas sus compañeras, lo feliz que estaba de poder participar en diversos clubes y de lo divertido que era poder volver a estudiar de acuerdo a su edad.

Hotaru estaba encantada porque Kanon la escuchaba y no parecía molestarle hacerlo, aunque podía hablar al respecto con Setsuna, no era lo mismo que cuando te escuchaba el caballero con el que estarías en un futuro.

Kanon le preguntó sobre varias cosas triviales, pero que para él y para ellas significaban muchas cosas...

Finalmente, fue Hotaru quien continuó con la plática, y le preguntó al caballero de Géminis acerca de su día en la Universidad, si estaba emocionado por poder salir de la Universidad dentro de poco tiempo, si tenía mucha tarea, muchos proyectos y demás.

Ambos se llevaban bastante bien, y eso hizo que Saga supiera que él era la tercera rueda aquí y, aún sonriendo por la situación, se fue a su trabajo por su propio pie, excusándose con que ya iba un par de minutos tarde, por lo que ellos podrían ir a pasear por su cuenta.

Hotaru y Kanon se alzaron de hombros ante la huida de Saga de aquel ambiente color de rosa que arrojaba corazones por los aires, y gracias a eso pudo llamar casi de inmediato a Máscara de la Muerte y contarle todo lo que había pasado de camino a su trabajo, burlándose de su gemelo en el proceso.

Kanon y Hotaru siguieron hablando entre ellos, conociéndose entre ellos un poco más.

Gracias a la plática que empezó a tener con Hotaru, Kanon supo que ella se tomaba muy en serio su deber como Sailor Scout, y Hotaru descubrió que Kanon, a diferencia de su hermano, siempre tuvo una sola personalidad, pero también eso causaba que Kanon fuera más débil a los deseos egoístas y malvados en su corazón... como cualquier humano, pero más tentador.

Kanon escuchó con atención, de boca de la propia Hotaru, su trágica historia y el pasado que la atormentaba día y noche, la sensación que tuvo al morir y la pesadilla en la que vivió hasta que Chibi-Usa y las demás la liberaron de la maldad que poseía su cuerpo artificial.

Hotaru también escuchó cómo Kanon se dejó llevar por sus sentimientos malignos y fue poseído por la codicia un tiempo, siendo llevado por el odio, la ira y la ambición en contra de Atenea hasta que finalmente despertó y juró lealtad a su diosa...

Sin embargo, a diferencia de ella, Kanon no tenía pesadillas al respecto de su pasado, era algo que no lo atormentaba, sino que él mismo se atormentaba al recordar sus acciones pasadas.

Hotaru lo miró sorprendida de que realmente había algo que los unía sin que se dieran cuenta, además del hecho de poseer ambas caras de la moneda, ambos compartían un pasado que les dolía al sólo recordarlo.

Hotaru y Kanon siguieron hablando de cosas más alegres, y pasaron el resto de la tarde así hasta que llegó el atardecer.

Kanon se detuvo un momento, había visto a la Sailor Scout en momentos de debilidad, incluso en el Santuario, ella se despertaba a mitad de la noche por una pesadilla, y él la sentía caminar sin rumbo por los alrededores hasta volver a conciliar el sueño.

—Hotaru—La llamó y la joven se giró a ver a su compañero.

—Yo... sé que pasas por tiempos difíciles cuando llegan los recuerdos a atormentarte—Dijo y la Sailor Scout agachó la mirada un tanto triste por saber que él lo había notado.

—Pero a partir de ahora, te prometo que cuando los recuerdos vuelvan a atormentarte, yo estaré ahí para sostenerte y ayudarte contra la tristeza en tu corazón—Dijo Kanon, captando de nuevo la mirada morada de la joven de cabello violeta.

Kanon tomó la mano de Hotaru y la estrechó entre las suyas con calidez, causando con esto que la joven Sailor Scout lo mirara con gran estima ante el consuelo que estaba recibiendo.

—Gracias... Kanon—Dijo en un susurro casi inaudible antes de pegarse a su pecho y abrazarlo como lo más precioso que había en el planeta.

Kanon suspiró y abrazó también a la joven guerrera... sabía que ambos lo necesitaban.

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora