Diamante

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Seiya se sorprendió al escuchar éste nombre, pues lo acababa de escuchar hacía menos de veinte minutos, y sabía que Usagi tenía miedo de él... algo que confirmó al verla temblando de miedo cuando él apareció.

—Vaya, vaya ¿Pero si no es esta la Neo Reina Serenity? Ah, no, aún eres Sailor Moon...—Dijo el hombre de cabello platinado con cierta diversión en la voz.

Usagi se puso en posición de batalla, pero Diamante enseguida la miró con diversión.

—Oh, no lo intentes, sabes lo que puedo hacer si intentas algo—Amenazó el príncipe Diamante y Usagi se congeló un momento.

Claro que lo sabía, se aterraba al recordarlo: cómo era incapaz de controlar su propio cuerpo, como si fuera una marioneta...

No había nadie alrededor, de hecho, parecía que todos los humanos estaban dormidos, las luces en las casas, aunque estaban encendidas, no mostraban que hubiera nadie allí porque no había nada de movimiento.

Seiya se había dado cuenta de esto, sentía los Cosmos de las personas, era como si todos estuvieran dormidos por un tiempo indefinido.

Usagi, decidida a dar pelea, o al menos a intentarlo, tomó su broche y lo alzó —Eternal Sailor Moon ¡Transformación!—Gritó.

Aunque sabía del control del príncipe Diamante, decidió intentar esforzarse en no ser capturada por él... de nuevo.

Aunque Usagi sabía que estaba en desventaja, ella no había podido despertar el "Séptimo sentido", eso le restaba muchos puntos para ganar esa pelea, pero aunque así fuera, debía tratar, debía lograr vencerlo por sí misma.

—Entonces, Príncipe Diamante, ¿Eran ustedes, la familia Black Moon, quiénes estaban detrás de todo esto?—Cuestionó Sailor Moon, mirando al príncipe Diamante con desdén, sin misericordia... aquella mirada que el príncipe Diamante era incapaz de olvidar.

Él no hizo otra cosa que sonreír, sonreír maléficamente como siempre lo hacía cuando ella lo miraba así —Ésa mirada... nunca la podría olvidar, Neo Reina Serenity—Dijo y en ése momento, Diamante usó su control mental, transformando su luna creciente en un ojo sobre su frente.

Usagi cerró los ojos en un intento por protegerse.

Pero era inútil, sentía su poder funcionar aún con los ojos cerrados, su cuerpo era incapaz de moverse, aún pese a ser Eternal ahora...

Sabía que debía hacer algo o ésta vez Diamante cumpliría su objetivo.

Seiya sabía que algo malo estaba pasando, así que se puso la armadura y se dispuso a atacar, pero vio a Diamante acercarse lentamente a Sailor Moon y se congeló un momento.

En un principio, creyó que iba a atacarla, pero la sujetó del mentón y la obligó a alzar su rostro, y al hacerlo, vio que Usagi mantenía sus ojos cerrados con fuerza.

—Mírame—Escuchó a Diamante hablar, pero ése tono no era de una petición, era de una orden.

Seiya sintió el cosmos de Usagi perturbado, estaba aterrada, no quería abrir los ojos, pero algo la obligó a hacerlo.

Usagi abrió los ojos lentamente y se topó de frente con una cara que la había estado atormentando desde que la conoció, la sonrisa fría en el rostro del príncipe Diamante le provocó un escalofrío que le recorrió el cuerpo entero, la hizo estremecerse de miedo.

Entonces Seiya gritó —¡Cometa de Pegaso!—.

El príncipe Diamante retrocedió sorprendido y perdió control sobre Sailor Moon, que inmediatamente miró a Seiya.

—Usagi ¿Estás bien?—Le preguntó Seiya y Usagi asintió levemente, ocultándose detrás de Seiya.

—Oh ¿Tan rápido superaste a Endymion, Serenity? ¿Quién es él?—Preguntó Diamante con burla, pero Seiya miró con repulsión a Diamante —Mi nombre es Seiya, Seiya de Pegaso—Le dijo y Diamante pareció confundido un momento.

—¿Seiya de Pegaso?—Entonces, pareció recordar algo... algo que le era desagradable pero al mismo tiempo, divertido —¡Jajajaja!—Se río como un loco, verdaderamente un loco.

—Ha... ya veo, tú eres Seiya de Sagitario—Dijo Diamante, confundiendo a ambos guerreros frente a él ¿Acaso conoció a Seiya en el Futuro?

—Yo luché contra ti en Tokio de Cristal en el Siglo XXX...—Explicó, con la voz demostrando su rabia contenida hacia el caballero de Atenea.

—La Neo Reina Serenity había pedido ayuda a la diosa Atenea para derrotarnos la primera vez, y la ayuda resultó ser un sólo hombre vestido en armadura dorada—.

—Tú, para ser precisos—Dijo Diamante que miró con odio a Seiya —Por ti, caballero, nos expulsaron a Némesis—.

Aunque claramente ninguno de los dos, Usagi o Seiya, sabía de esta información, Diamante miró a Usagi por encima de Seiya.

—¡No te atrevas a ponerle una mano encima!—Dijo Seiya, cubriendo a Usagi con su cuerpo.

—Tú no te metas, caballero de Bronce, esto es personal—Dijo Diamante mientras que Usagi tenía el presentimiento de que esto terminaría mal si no hacía algo, pero usar el Cristal de Plata no era opción, si sólo pudiera transformarse de nuevo en Sailor Cosmos...

Entonces lo pensó un poco más detenidamente "Sailor Cosmos... Cosmos... ¡Ahora lo sé!".

Usagi convocó a su cetro, puso el broche que Chibi Chibi le había dado no mucho antes de que empezara la batalla final, pero en lugar de pronunciar el ataque de siempre dijo uno nuevo —Por el poder de la reina de la Luna ¡Plateada!—El ataque claramente era el "Séptimo sentido", sin embargo, Diamante lo detuvo con una sola mano.

—Neo Reina Serenity, vas a necesitar mucho más que esto para derrotarme ésta vez, porque definitivamente te haré mía—.

Seiya, nuevamente, cubrió a Usagi con su cuerpo, colocándola detrás de sí —Sigue soñando ¡Ella no irá a ninguna parte contigo!—Dijo Seiya, que preparó su siguiente ataque —¡Meteoros de Pegaso!—Gritó pero Diamante esquivó todos y cada uno de los ataques de Seiya.

Tanto Seiya como Usagi no daban crédito a lo que veían ¿Cómo había podido con esos ataques? ¿Era acaso tan poderoso?

Usagi se asustó cada vez más ¿Realmente lo haría? ¿Cumpliría lo que no pudo cumplir en el pasado? Ahora no estaba Mamoru para decirle nada, ella estaba verdaderamente desesperada, pero había alguien a su lado, dispuesto a protegerla, y eso le dio un poco de fe.

Usagi tomó todo el valor que pudo reunir e invocó al Cristal de Plata —Por favor Cristal de Plata, dame el poder para protegerlos a todos—Su cetro empezó a resplandecer y las palabras vinieron por sí solas a su cabeza.

—Por el poder de la luz lunar ¡Purifica la oscuridad!—Gritó.

El príncipe Diamante no pudo evitar aquel ataque de luz y su cuerpo se deshizo en cenizas a una velocidad sorprendente.

Usagi dio un suspiro de alivio, le temblaban las piernas y terminó cayendo de rodillas, pero el alivio la invadió: al menos ya no tendría que temer a Diamante.

—Gracias por la ayuda, Tenma...—Usagi pareció no notar su error, pero luego meditó las palabras dichas y dijo —Ah, lo siento Seiya, gracias por tu ayuda—.

Seiya sonrió con un poco de vergüenza por la confusión de la chica de cabello rubio.

—Bueno ¿Te parece si vamos a caminar? También debo ir a ver a mi hermana—Le dijo Seiya con tranquilidad, queriendo distraerla un poco de lo que había pasado.

Usagi lo miró —¿Tienes una hermana?—Preguntó.

Seiya asintió —Sí, se llama Seika, es mi hermana mayor—Respondió con una sonrisa alegre.

Usagi, al ver que estaban cerca del cementerio, decidió ir a visitar a Mamoru... tal vez era hora de soltar y dejar ir.

—Bueno, yo debo darle unas flores a Mamo-Chan, así que está bien, ansío conocer a tu hermana mayor—Dijo Usagi y ambos se hicieron compañía en el camino a sus destinos, hablando de trivialidades el resto del camino.

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora