Sentimientos

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Usagi y Seiya se pusieron manos a la obra, y terminaron el proyecto justo a tiempo para la cena que la señora Tsukino preparó para celebrar las buenas notas de Usagi, justo a tiempo para su exámen de ingreso a la Universidad.

Desgraciada y afortunadamente, Chibi-Usa estaba fuera de la casa porque fue junto a Kiki y Mu para ayudar al joven Jamir a hacer las tareas de la escuela y los trabajos pendientes del día y que pudiera tener buenas calificaciones para el final del año... porque, a decir verdad, se notaba que la escuela no era lo suyo.

Todos se sentaron a charlar a la mesa mientras el señor Tsukino veía con ojos asesinos a Seiya por estar tan cerca de su hija y por lo bien que se llevaban ambos jóvebes, .

—Usagi, no me digas que este es tu nuevo novio—Dijo imprudentemente su hermano, evidentemente molesto porque no entendía nada de lo que hablaba ninguno de los dos jóvenes.

Usagi se sonrojó y miró asesinamente a su hermano —¡No, no lo es!—Dijo molesta.

—Usagi y yo nos conocimos en la escuela debido a que el novio de Ami es amigo mío, y compartimos algunos amigos más en común—Dijo Seiya, dándole una mirada cómplice a Usagi, quien sonrió igualmente.

La señora Ikuko miró la atención que se daban ambos y, siendo madre, supo al instante que ambos estaban enamorados el uno del otro, pero claramente ninguno de ellos lo sabía.

Después de la cena, Seiya se preparó para irse aún después de la propuesta e insistencia de la señora Tsukino en que se quedara por hoy, y se fuera junto a Usagi en la mañana para ir juntos a la escuela.

Finalmente, tuvo que acceder porque empezó a llover y él no tenía paraguas con el que cubrirse porque lo había olvidado en la mansión, así que tuvo que quedarse esa noche.

Afortunadamente llevaba su uniforme en su mochila, sino estaría en serios problemas.

La señora Tsukino le prestó ropa de su esposo para que pasara la noche, y le prestó un futón para que se acomodara en la habitación de Usagi, porque la habitación de su hijo era un verdadero desastre (Lo cual no era mentira).

Seiya agradeció la hospitalidad y se fue junto con Usagi a la habitación de la chica, que era bastante espaciosa a decir verdad, y estaba ordenada, a diferencia de la habitación de su hermanito.

Seiya acomodó el futón al lado de la cama de Usagi, quien se acomodó en la cama y miró el cielo nocturno a través de la ventana, recordando algunas cosas de su pasado...

—Esta escena trae muchos recuerdos, ¿No te parece?—Le preguntó y Seiya entendió a qué se refería.

En el pasado, Tenma hizo algo parecido con la princesa Serenity en un par de ocasiones que lamentablemente podían contarse con los dedos de una sola mano, pero eran días divertidos y agradables para ambos individuos, días que parecieron felizmente eternos.

Seiya sonrió al comprender el comentario —A decir verdad, sí, los trae... más aún después de ver a Alone después de tanto tiempo—Dijo y Usagi sonrió, acostándose de lado en su cama, mirando claramente a Seiya, que miraba al techo de forma desinteresada.

—Lo que me sorprende es que tú y yo... es decir, cuando éramos Serenity y Tenma, nosotros sólo nos... sólo nos besamos una vez—Dijo Usagi sonrojada.

Seiya se sorprendió al recordarlo, pues era cierto que sólo se habían besado una vez a modo de despedida cuando Tenma partió a la guerra en contra de la insistencia de Serenity de no interferir y quedarse con ella, a salvo.

Seiya se sentó y miró a Usagi —Usagi yo...—Empezó a decir, pero se puso nervioso al notar que tenía toda la atención de Usagi sobre él.

Sintió que el valor que tenía para decir las palabras que deseaba sacar de su corazón, lo abandonaron de prisa.

Sin embargo, tomó aliento y, con su valor inquebrantable, suspiró —Yo... yo estoy... enamorado de ti, Usagi—Dijo entre tartamudeos.

Usagi se sorprendió y se sentó en su cama para mirar al caballero de Pegaso, quien estaba tan rojo como un tomate y casi echando vapor por la cara.

—No es por lo ocurrido entre nosotros en el pasado, al menos no es tanto por eso... sino por lo que hemos pasado en esta vida, lo que he visto de ti como Usagi Tsukino—Dijo Seiya, bastante avergonzado, sí, pero muy serio con esas palabras.

Usagi lo miró, conmovida y encantada por sus palabras.

—Seiya...—Lo llamó feliz de saber que él se sentía de la misma forma que ella.

—Entenderé si no puedes sentir lo mismo debido a lo que pasó con Mamoru, pero—Seiya se vio interrumpido por algo sobre sus labios, algo cálido y suave, y miró con sorpresa a Usagi, que lo besaba con amor en este pequeño toque de labios inocente.

Seiya miró sorprendido a Usagi, quien lo veía con las mejillas rojas —Yo... siento lo mismo que tú, Seiya... y en un inicio, no era capaz de aceptarlo por miedo a que corrieras el mismo destino que Tenma y Endymion...—Dijo Usagi, deprimida al pensar en el destino de los hombres que había amado...

Seiya miró a la joven rubia con sorpresa y luego la abrazó con amor —Te amo... te he amado desde hace doscientos cuarenta y tres años—Dijo Seiya y Usagi lo abrazó —Y yo nunca dejé de amarte... ni cuando Hades bloqueó mis recuerdos, ni ahora...—Dijo Usagi.

Ambos volvieron a compartir un beso y se acostaron en la cama de Usagi esa noche, siendo iluminados por la luna menguante, que parecía resplandecer especialmente aquella noche.

Despertaron temprano al día siguiente para ir a la escuela a entregar el proyecto.

Seiya devolvió el futón a la señora Ikuko y se fue junto a Usagi hacia la escuela, ambos hablaban de cosas ocurridas en su vida anterior y en esta vida, riéndose de situaciones graciosas que habían ocurrido.

Ambos llegaron juntos a la escuela, se adentraron a la preparatoria, presentaron su proyecto ante el profesor y se sentaron juntos para seguir con su charla amena sobre un poco de todo lo ocurrido los últimos días.

Ambos se dedicaron miradas de vez en cuando cuando empezaron las clases, y almorzaron juntos ese día, ignorando el mundo a su alrededor, siendo observados de lejos por las Sailor Scouts y los Three Lights, quienes veían la atmósfera sobre ellos.

Ami y Hyoga tenían la misma atmósfera a su alrededor, y ahora Makoto y Shiryu veían esto desde lejos, porque Minako aún no debía caminar mucho, y estaba junto a Shun, ambos sentados en la azotea de la escuela para descansar un poco a la joven y que no se lesionara de nuevo.

Shiryu miró de reojo a Makoto, quien no notó la mirada del caballero sobre ella, mientras que Makoto estaba verdaderamente concentrada en su libro de historia, pues debía aprender historia para capacitarse y poder hacer un buen exámen a la Universidad y entrar a la carrera que quería estudiar.

Shiryu puso una mano sobre su libro, sacando a Makoto de su ensoñación —Es bueno que quieras concentrarte en los estudios, pero me parece que deberías alimentarte para poder seguir con buena salud y hacer lo que debes hacer—Le dijo Shiryu a la joven Sailor Scout de Júpiter.

Makoto se sonrojó y asintió, sacando su bento y empezando a comer junto a Shiryu, que seguía leyendo los textos de salud y ciencia para su tarea final del año escolar.

Makoto terminó su comida e, inconscientemente, tocó el arete que había hecho con la piedra de Nephrite, pensando en lo que estaba haciendo al empezar esta nueva vida, al estudiar y seguir adelante.

Sonrió y miró al cielo, justo en el momento en que pasaron dos aves volando sobre ellos dos.

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora