Agua y hielo

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Los caballeros y las Sailor Scouts pudieron seguir con normalidad después del incidente con Beryl, y gracias a eso, Shura pudo sobrevivir a la ira de Haruka.

Después de la revelación que hizo Chibi-Usa antes de irse, Haruka lo miraba con intenciones asesinas cada vez que lo veía, y Shura se veía obligado a estar alejado de ella prácticamente todo el tiempo, porque valoraba su vida.

Pero después de un tiempo tuvieron que arreglar la situación o, más bien, hacer tregua para que Haruka no lo asesinara, porque iban por el mismo camino a la Universidad, así que, en realidad, fue algo que tuvieron que hacer por necesidad.

Haruka debía admitir que, a pesar de todo, no podía odiar al caballero, sabía que los incidentes anteriores fueron accidentales, pero así era su personalidad, no era capaz de aceptar lo que había ocurrido anteriormente con el caballero de Capricornio, así que sólo podía reaccionar mal ante él por los malentendidos.

Se había dirigido al aula para su clase de mecánica, de acuerdo a lo que les había dicho el profesor, harían práctica hoy para automóviles de carreras y conocerían las partes del motor además de saber cómo reparar varios daños en ellos, incluso les mostrarían un motor antes de ser instalado en un automóvil y verían cómo se instalan.

Haruka tomó nota de todo un poco, pues el semestre entrante empezarían a armar sus propios motores para automóviles, motocicletas y demás.

Con eso en mente, Haruka memorizó todo y tomó nota de todo lo que debía hacer y saber sobre las partes del motor, además de notar las diferencias y tomar notas de todo lo posible.

Después de terminar con la clase y la práctica, Haruka salió para esperar a alguien a quien había prometido llevar.

Haruka se recargó un momento sobre el marco de la entrada a la Universidad, cruzando sus brazos sobre su pecho y mirando a la nada con el gesto relajado, como si pensara en algo.

Sin embargo, su línea de pensamientos fue cortada repentinamente cuando escuchó la voz de los gemelos de Géminis hablando entre ellos sobre quién sabe qué cosa.

Haruka miró a ambos hermanos, siendo incapaz de decir quién era quién, hasta que uno de ellos notó su presencia, saludándola con la mano y una sonrisa —Hola, Haruka—Le dijo el gemelo y el otro sonrió e hizo un gesto con la cabeza a modo de saludo.

Kanon y Saga se giraron y siguieron hablando entre ellos.

Haruka después volvió a mirar al interior de la universidad, a espera de que llegara Shura para irse de regreso a la mansión Kido, pues en contra de toda su voluntad, Haruka se vio obligada por Michiru a llevar a Shura de regreso a la mansión porque salían a la misma hora.

Haruka suspiró de nuevo, aún siendo incapaz de aceptar las palabras de la Pequeña Dama sobre que tendría una hija con el caballero de Capricornio, no era posible, simplemente no era posible... ni siquiera le agradaba el caballero.

Alguien iba corriendo hacia Haruka, y sin poder evitarlo, chocó contra ella y cayeron al suelo estrepitosamente.

Haruka estaba por reclamarle a quien había chocado contra ella, y notó entonces que se trataba de Shura, que iba apresurado a reunirse con ella porque salió un poco tarde de la clase debido a su profesor, que pasó al menos cinco minutos alabando su proyecto y no dejándolo irse.

Haruka enrojeció de la vergüenza y la ira, le propinó una patada en el abdomen al caballero de Capricornio, que se quedó sin aire por el repentino ataque y cayó de lado cuando Haruka lo tiró a un lado para levantarse de prisa y sacudir su ropa.

Shura fue jalado por el cuello de su playera por Haruka para sentarlo en la motocicleta y fue amenazado por su mirada para mantener la boca cerrada acerca de lo recién ocurrido.

Mientras esos dos se divertían a su peculiar manera, Michiru y Camus estaban juntos, acompañando a unas estudiantes que los contrataron de tutores particulares para que las ayudaran a estudiar y mejorar sus calificaciones.

Michiru y Camus se pegaban bastante, aún a pesar de notarlo, fingían no hacerlo por simple comodidad, pues cada uno de ellos tenía objetivos muy diferentes y el amor no era uno de ellos, aparentemente.

Las chicas que los contrataron realmente eran distraídas y no prestaban mucha atención a las explicaciones, afortunadamente, aprendían rápido si no les aburrían los temas.

Michiru y Camus habían aprendido que ellas eran fanáticas de la historia del mundo, de las guerras revolucionarias que liberaron a muchos países de sus opresores y terribles regentes, además de interesarse en la arquitectura de las diferentes épocas, la moda de las diferentes épocas y las reglas que regían el mundo en aquellos momentos.

Gracias a eso, estaban aprendiendo la manera de hacer que aprendieran las demás materias usando la historia en la que ellas eran expertas para que hicieran memoria de los temas que necesitaban aprender.

La sesión de estudios terminaba a las cinco de la tarde, y cuando el reloj anunció que era la hora, ambos se despidieron de las chicas y se fueron juntos caminando, ambos pensando en las palabras de Chibi-Usa.

Michiru no estaba segura de cómo, pero incluso antes de que la Pequeña Dama le revelara que en el futuro ella y Camus eran pareja, ella estaba segura de que el caballero estaría en su vida para siempre, se dio cuenta de ellos cuando estaban en el Santuario, y sus pensamientos se confirmaron con las palabras de Chibi-Usa antes de que volviera al futuro.

Camus, mientras tanto, era incapaz de aceptar esos sentimientos, por algo sus compañeros lo habían apodado "Cubo de hielo", aunque odiaba que lo llamaran por ese apodo.

Él debía permanecer solo, su forma de pensar era que siempre debía estar solo, después de todo, tener sentimientos blandos influía en tus deberes como caballero, y te impedía poder cumplir con las misiones por los sentimientos.

Pero si las palabras de aquella niña de cabello rosa eran ciertas, entonces, a pesar de lo que pensaba, esos sentimientos no eran un impedimento para cumplir su deber como un caballero de Atenea.

Michiru miró a Camus, y Camus miró a Michiru, pero ambos apartaron la mirada enseguida.

Las mejillas de Michiru se tiñeron de un leve color rojo, al igual que las de Camus, quien volvió a dar una mirada a Michiru... era hermosa, eso era innegable...

Su forma de caminar era elegante, como los cisnes al volar, mientras que su cabello y apariencia le recordaba a Camus el hermoso y helado paisaje en Siberia, el hielo cubriendo las heladas aguas de mar y las montañas llenas de nieve blanca y brillante.

La personalidad de Michiru, sin embargo, era muy parecida a la del Mar... pacífica, pero si la hacían enojar, las olas se volvían violentas, capaces de volcar incluso la más fuerte estructura de acero y piedra que el hombre o dios pudieran construir...

Él, sin embargo, era completamente frío, como los icebergs, e inamovible como ellos, hasta que se derritieran.

Camus tomó de manera discreta la mano de Michiru y ella no dijo nada, sólo se aferró a su mano con delicadeza, mientras sonreía.

Ninguno de ellos dijo nada al respecto, pero era porque no había necesidad de las palabras, con aquellas acciones, ambos supieron lo que el otro sentía, y aceptaron sus propios sentimientos, empezando una relación muy peculiar entre el agua y el hielo...

Pegasus and the MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora