No sé cuándo ni cómo ocurrió pero de un momento a otro estaba abriendo la puerta de mi casa con Luke agarrando mi cintura y besándome salvajemente. Empecé a quitarle la camiseta nada más cerrar la puerta, contemplé sus abdominales y sus brazos tatuados mientras mordía mi labio inferior, lo cual hizo que él se encendiera más y me cogiera, rodeando su cadera con mis piernas y mis manos acariciaban los tatuajes del lateral de su cuello. Pasaba sus fuertes manos por mis muslos levantando mi vestido hasta llegar a mis glúteos, los cuales azotó haciéndome soltar pequeños gemidos mientras lo besaba. Siguió andando conmigo en brazos hasta llegar a mi habitación, me lanzó sobre la cama, arrancó el vestido de mi cuerpo dejándome en la ropa interior roja de encaje que llevaba, suspiró y soltó un pequeño gruñido. Se quedó de pie frente a mí mientras desabrochaba el cinturón que llevaba y acto seguido los pantalones que al quitárselos, descubrí unas piernas fuertes y definidas. Admiró mi cuerpo semidesnudo para después lanzarse suavemente encima mío para besarme de nuevo los labios, bajando por mi cuello haciendo que me estremeciera y siguió hasta mis pechos cubiertos por el sujetador, el cual desabrochó con una mano y lo quitó admirándolos para después besarlos y morderlos salvajemente. Mis manos por su cabello agarrándolo de placer por el contacto de su lengua con mis pezones y sus manos agarrándolos con firmeza, solté un gemido más fuerte cuando mordió uno de ellos y sonrió pícaro. Dejó mis pechos para darme besos por el resto del cuerpo hasta llegar al tanga de encaje que llevaba y me lo quitó rápidamente para hacer lo mismo ahí abajo que lo que había hecho con mis pechos anteriormente. Comenzó a mover su lengua rápidamente haciendo que gimiese aún más, noté que había introducido dos dedos dentro de mí y los movía lento al principio para después seguir aún más rápido mientras yo conseguí correrme con sus dedos aún dentro de mí. Pasó su lengua por toda mi feminidad de nuevo y subió a mi boca, provocando que ésta vez yo le arrancase los bóxer negros que llevaba. Lo miré con deseo y después lo miré a él a los ojos mientras me movía hacia su miembro para introducirlo en mi boca, ahora era él quien soltaba gemidos de placer. Me movía deprisa, haciendo movimientos circulares con mi lengua a la vez que su miembro entraba y salía de mi boca mientras sus manos volvían dentro de mí haciéndome gemir junto a él. Se apartó de mí para coger un preservativo y ponérselo, entró fuertemente dentro de mí con su gran miembro haciéndome soltar un gemido fuerte, sonrió pícaro y se lamió los labios mientras se movía cada vez más deprisa dentro de mí. Se acercó a mí boca para morderme el labio inferior sin parar de moverse y después bajo de nuevo a jugar con mis pechos. Segundos después giró en la cama conmigo dejándome completamente encima suyo. Comencé a moverme lentamente para ver como volvía a relamerse y morderse sus labios, poco a poco fui subiendo la velocidad de mi movimiento mientras lo besaba salvajemente y gemía en su boca. Un último gemido bastante fuerte por parte de los dos hizo que terminásemos exhaustos, me tumbé a su lado para que él pudiera quitarse el preservativo y tirarlo.
- Ha sido genial. -Dije casi sin aliento.
- Tú has sido genial. -Dijo sonriendo cansado.
- Bueno, aún hay más de mí que tienes que probar. -Le dije pícara.
- No me digas eso que me dan más ganas de comprobarlo ahora mismo. -Rió.
- Tenemos toda la noche para comprobarlo. -Sonreí subiendo una ceja.
Asintió suspirando, se puso los bóxer y yo mi ropa interior, caminamos hasta el salón, saqué dos cervezas de la cocina y le entregué una a él. Nos pasamos toda la noche hablando y teniendo sexo.
Desperté la mañana del día siguiente, era Domingo, me giré hacia el lado derecho de mi cama y vi que Luke no estaba pero había una nota encima de la almohada que decía:
'Buenos días, si estás leyendo esto es que me he tenido que ir pronto, me ha surgido un problema familiar. Escríbeme cuando lo leas.'
Adjuntó su número de teléfono al final de la hoja, lo apunté en mi móvil y le escribí.
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Desde siempre.
RomanceAmelia y Rubén se conocen desde que tenían seis años, viven en Texas y siempre han sido compañeros de clase hasta el instituto, dónde se les separó, y con ello también su amistad. En esta historia, se volverán a reencontrar y recordarán los buenos...