Desde siempre.

Capítulo 35.

Dentro de la consulta pusieron un gel en mi tripa y comenzaron a mirar con un aparato, ví a Ru sonreír ampliamente, estaba emocionado. La doctora decía que todo estaba bien, que no había nada inusual.

- Doctora. -Dice Ru mirándola.- ¿Es niño o niña?

- Veamos. -Dice mirando la pantalla del ordenador.- Es...

Ru apretaba mi mano esperando la respuesta impaciente.

- Una niña. -Dice la doctora sonriente.

Ru comenzó a dar pequeños saltos de alegría, besó mi cara por todas partes haciéndome reír.

- Muchas gracias. -Dijimos al unísono.

Limpié el gel de mi tripa y salimos de la consulta contentos, de la mano y sonriendo.

- ¿Qué nombre le pondremos? -Dice Ru pensativo.

- Claire. - Digo sonriendo, noto como sus ojos comienzan a aguarse.

- Como mi madre.. -Absorbe su nariz y me besa.- Me encanta. Gracias.

Montamos de nuevo en el coche de vuelta a casa, compartiendo nuestra felicidad y entusiasmo, hablando de lo que compraríamos y cuándo. Entramos en casa, miramos por internet todo lo que queríamos comprar y lo guardamos en una lista para comprarlo después, Ru se fue a trabajar mientras yo me quedaba en casa escribiendo. Mi historia estaba siendo perfecta, las palabras se escribían solas cuando me ponía frente al ordenador, terminé otro capítulo y comencé el siguiente, tecleando sin detenerme. Pasé horas frente a la pantalla hasta que Ru volvió a casa del trabajo.

- Hola cariño. -Dice besando mi cabeza.- ¿Has comido?

- No. -Digo sin parar de escribir.

- ¿Qué? Para de escribir y cenemos. -Dice en tono serio.

- Necesito terminar éste capítulo y ceno contigo. -Digo mirando la pantalla del ordenador.

- Voy a preparar la cena, en cuanto esté quiero que te levantes de esa silla, tienes que comer algo estás embarazada. -Me regañó de manera cariñosa.

- Lo siento pero estoy muy inspirada. -Digo sin mirarle aún. 

Suspira, va a la cocina a preparar la cena, comencé a oler lo que estaba preparando, olía genial. Terminé el capítulo y me acerqué a él, lo abrazo por la espalda sorprendiéndolo.

- He terminado. -Digo sonriendo.

- Pues a cenar. -Dice emplatando la comida.

- Que rico. -Digo cogiendo un plato con arroz tres delicias.

Cenamos tranquilamente, contándonos como había sido nuestro día y nos fuimos a dormir.

Los días pasaban rápido, completando semanas y meses. Ya teníamos la cuna y todo lo necesario para la llegada de nuestra bebé, quien nacería muy pronto. Bea me ha dejado muchas cosas de Ellie y otras las hemos comprado, estábamos preparados para que nuestra niña viniera al mundo por primera vez.  Mi barriga ya estaba muy grande, parecía que iba a explotar cada día que pasaba, Rubén ha sido muy atento y cariñoso conmigo estos meses como siempre pero más si se podía, creo que él está más preocupado que yo en que todo salga bien.

Terminamos de colocar las cosas en la habitación de Claire, bajamos las escaleras y hago la comida, un poco de pasta con salsa pesto. Comemos entre risas, me siento en mi silla de escritorio para seguir escribiendo mi novela, comienzo a teclear rápidamente. Después de un buen rato me levanto a por un vaso de agua, notando como un líquido cae por mis piernas hasta el suelo. Rubén que está en el sofá me mira con los ojos que parecía que se le iban a salir de sus órbitas.

- Ya viene. -Dice levantándose rápidamente a coger la bolsa previamente preparada para el hospital.

- Ru, tranquilo, llegamos a tiempo. -Digo calmándolo.

Fui a la cocina a beber mi vaso de agua mientras él preparaba el coche, entró para sacarme de casa y ayudarme a montar en el asiento de copiloto. Condujo con rapidez hacia el hospital, una vez allí me atendieron y me llevaron en una silla de ruedas hacia una habitación, me tumbé en la cama suspirando, comenzaban las contracciones pero las soportaba y eran de momento esporádicas. Las horas pasan y sólo he dilatado tres centímetros.

- Se va a hacer de rogar. -Le digo a Ru tocando mi barriga.

- Tranquila, en nada estará en nuestros brazos. -Dice besando mis labios.

Siguen pasando las horas, ya es de noche, sólo he dilatado siete centímetros. El doctor pasa de vez en cuando a ver cómo voy, vinieron mis padres y la abuela de Rubén junto a Marcos y Bea, habían dejado a Ellie con los padres de ella. Las contracciones llegaban cada pocos minutos, Ru me daba la mano demostrando que estaba conmigo en cada momento, dos horas después había dilatado nueve centímetros, el doctor comenzaba a prepararse todo lo necesario porque en cualquier momento comenzaría a dar a luz. Media hora después estaba empujando para que mi niña naciera, ya tenía los diez centímetros y las contracciones eran seguidas, en la habitación estábamos Rubén, el doctor, dos enfermeras y yo, mi marido me daba la mano y besaba mi frente mientras me animaba a empujar.

Minutos después la niña nació a la una y media de la madrugada, escuchamos su llanto y nuestros cuerpos se relajaron, cortaron el cordón umbilical, la cogí en brazos y besé su pequeña cabecita. Ru acercó su mano y la niña agarró su dedo con sus pequeñas manos, él se emocionó llorando de felicidad.

- Es preciosa. -Dice observándola.

- Como tú. -Digo sonriendo.

- Bienvenida al mundo, Claire. -Dice dejando un beso en su manita.

Los médicos salieron de la habitación una vez vieron que todo estaba bien y dieron paso a nuestra familia y amigos para conocer a la pequeña Claire. Entraron emocionados, cogiendo a la pequeña por turnos y babeando por ella. La escena era bastante graciosa.

- Os dejamos descansar, si necesitáis algo llamadnos. -Dice mi amiga con una sonrisa, despidiéndose de nosotros con un abrazo al igual que su novio.

Nuestra familia también marchó al rato, dejándonos solos a los tres, me tumbó agotada en la cama después de darle de comer a Claire.

- Eres impresionante. -Dice mi chico mirándome.

- ¿Por qué? -Pregunto confusa.

- Por crear a nuestra niña. -Dice sonriendo.

- Hemos sido los dos. -Digo cogiendo su mano.- Has estado genial.

- Duerme un poco, necesitas descansar. -Dice tapándome con la sábana blanca que había en la cama.

- Sí. -Asiento y cierro mis ojos.

- Te amo. -Besa mi frente.

- Y yo a ti.

Dormí en segundos del cansancio por el parto, me desperté varias veces en la noche por el llanto de la niña que tenía hambre, le dí el pecho y volví a dormirme.