La tarde de hoy estaba siendo tranquila en la tienda, me tocó reponer productos y lo hacía tranquilamente mientras los clientes paseaban por los pasillos buscando lo que querían llevarse.
Ru y yo llevamos un mes manteniendo en secreto lo nuestro, queremos ver como funcionamos juntos antes de contárselo a Bea.
- ¿Amelia?
Reconocería aquella voz que me llamaba por mi nombre en cualquier sitio, me giré para mirarlo a la cara, viendo así quién estaba con él.
- Izan. -Dije en tono seco.- Rebeca.
- Vaya, que casualidad. -Dijo ella irónica.
- ¿Cómo te va todo? -Preguntó con una sonrisa amplia.
- No te importa. -Contesté y seguí reponiendo.
- Oh vamos. -Insistió.- Desde que lo dejamos no he sabido nada de ti.
- ¿Saliste con ella? -Dijo Rebeca en tono de asco.
- Sí, un par de días. -Respondió el mirándome.
- Los peores dos días de mi vida. -Respondí sin girarme.
- Tomemos algo y me cuentas. -Dijo agarrando mi brazo.
Me solté bruscamente.
- No vuelvas a... -No pude continuar la frase porque alguien lo hizo por mí.
- Eh, aparta tus asquerosas manos de ella. -Ví como Rubén venía furioso por el pasillo.
- Tío, tranquilo. -Dijo levantando la mano.- Sólo estaba charlando con ella, somos amigos.
- Pues ella no quiere hablar contigo, ¿no lo ves? Y perdona que discrepe pero vosotros no sois amigos, eres una rata asquerosa. -Apretó los puños con una mirada de ira y odio.
- Vaya Rubén, ni que estuvieras enamorado de ella. -Soltó Rebeca.
- Mira, a ti nadie te ha dado vela en este entierro. -Dije mirándola desafiante.
- Huy, la cerdita saca sus pezuñas a relucir. -Dijo riéndose.
- Se acabó. -Dije y me avalancé sobre ella tirándole de sus extensiones de pelo.
- Suéltame cerda. -Chilló ella.
- Vuelve a insultarme y la que acabará como una cerda serás tú porque te restregaré la cara en el fango. - Dije aún sin soltarla del pelo.
- ¿Me vas a llevar a tu casa? -Dijo riendo a carcajadas.
Solté uno de sus mechones para propinarle un puñetazo en la nariz.
Rubén e Izan nos intentaban separar para que parásemos.
- ¡Amelia! -Escuché la voz de mi jefa gritando.- ¿Qué es éste escándalo? -Dijo acercándose a mí.
Solté a Rebeca y me giré para hablar con ella y explicarle lo ocurrido pero no quiso escucharme.
- A mi despacho, ya. -Dijo en tono enfadado y serio.
Miré a Rubén decepcionada conmigo misma y seguí a mi jefa hasta su despacho. Una vez dentro intenté seguir explicándome pero de una voz me paró.
- Amelia, entiendo lo que dices pero estás trabajando y no puedes hacer eso. -Dijo sentándose en su silla.- Lo siento pero estás despedida.
- ¿Qué? No por favor, te lo suplico Michelle. -Dije sentándome en la silla que había frente a su mesa.- Te juro que no volverá a ocurrir. Necesito el trabajo.
- Lo siento, Amelia, la decisión está tomada. Recoge tus cosas y vete. Desde este mismo momento ya no trabajas aquí.
Con lágrimas en mis ojos salí del despacho, cerré la puerta detrás de mí y comencé a llorar desconsolada. Caminé hasta mi taquilla para recoger mis cosas y busqué a Rubén por la tienda, lo vi junto a las verduras con su abuela y me acerqué a ellos.
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Desde siempre.
RomanceAmelia y Rubén se conocen desde que tenían seis años, viven en Texas y siempre han sido compañeros de clase hasta el instituto, dónde se les separó, y con ello también su amistad. En esta historia, se volverán a reencontrar y recordarán los buenos...