Dejé a Rubén en su casa, nos despedimos con un abrazo habíamos quedado para tomar algo al día siguiente. Luke y yo nos fuimos a mi casa, nos tumbamos en el sofá y pusimos una película que no vimos porque tuvimos sexo por todas partes.
Nos tumbamos en la cama exhaustos Luke comenzó a hablar mientras me acariciaba el pelo.
- Amelia.
- Dime.
- Estoy muy a gusto contigo. -Dijo mirándome a los ojos.- Me gustas mucho.
- Yo también siento lo mismo, Luke. -Dije abrazándolo.
- Sé que a lo mejor es muy pronto pero.. -Se incorporó en la cama para mirarme. Lo miré intentando descifrar su mirada.- ¿Quieres intentarlo?
- ¿Intentarlo? ¿Te refieres a ser pareja? -Pregunté sorprendida.
- Sí. ¿Qué piensas?
Me quedé mirándolo a los ojos, esos ojos miel que tanto me llamaban la atención y me gustaban. Luke es un buen chico, me lo paso muy bien con él y somos muy parecidos, además, él me gusta y yo a él, creo que no habría nada de malo en intentarlo, podría salir bien.
- Pues.. -Dije pensativa.- Está bien, intentémoslo. -Sonreí.
Los ojos miel de Luke brillaron aún más de lo que ya brillaban, acarició mi cara con dulzura y me besó como nunca antes me había besado, no era salvaje de deseo, era tierno y dulce. Pegó su cuerpo al mío, como si no quisiera despegarse nunca y me abrazó cálidamente con sus fuertes brazos. Nos quedamos dormidos abrazados, se sentía muy bien. Nunca había estado así con nadie, excepto con Rubén, pero él es sólo mi amigo.
A la mañana siguiente me desperté y Luke no estaba en la cama, tampoco había ninguna nota. Escuché ruido en la cocina y a Garfield maullar, me levanté de la cama yendo hacia allí para ver qué ocurría, a medida que me acercaba podía escuchar que había música puesta. Me asomé por el umbral de la puerta y pude ver a Luke, cocinando desnudo con mi delantal puesto y bailando mientras removía los huevos en la sartén. Se me escapó una pequeña risa que hizo que se girase.
- Me has pillado. -Dijo sonriendo ampliamente.
- ¿Pero qué haces? -Pregunté acercándome a él para darle un pequeño beso en los labios.
- Quería prepararte el desayuno. -Se encogió de hombros.
- Gracias por hacerlo. -Dije y tomé su mano.
- Para mi chica lo mejor. -Besó mi cabeza.
- Que mono eres. -Me reí sentándome en una silla.- Tengo hambre.
- Ya va, ya está terminado. -Dijo poniendo los huevos revueltos en dos platos junto a un café con leche y otro con leche de avena.
Puso uno de los platos cerca de mí y el otro cerca suyo.
- Mmm.. -Me relamí los labios.- Que bien huele.
- Espero que te guste, me encanta cocinar y más si es para ti. -Me guiñó un ojo.
- Me encanta que me cocines. -Dije probando los huevos.- Están deliciosos.
Terminé mi plato mientras reía con Luke, fue muy agradable desayunar con él.
- Tengo que ir a la oficina a trabajar. -Dijo mirando su móvil.- Mi jefe me reclama.
- Jo, ¿no puedes quedarte conmigo? -Dije haciendo puchero.
- Ojalá pudiera. -Besó mi frente.- Pero tengo mucho trabajo últimamente y tengo que ir a casa a cambiarme de ropa y ducharme.
- Bueno.. Puedes ducharte conmigo antes de irte. -Le propuse con una sonrisa pícara a lo que aceptó sin pensárselo.
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Desde siempre.
RomanceAmelia y Rubén se conocen desde que tenían seis años, viven en Texas y siempre han sido compañeros de clase hasta el instituto, dónde se les separó, y con ello también su amistad. En esta historia, se volverán a reencontrar y recordarán los buenos...