- Ru. -Lo llamé saliendo de mi habitación hacia la cocina donde estaba él haciendo la cena.- Me he estancado. -Dije acercándome a él.
- Ven aquí. -Soltó la espátula con la que removía la pasta y me abrazó.- ¿No se te ocurren ideas para tu nueva historia?
- No. -Dije decepcionada conmigo misma.- No sé cómo empezar.
- Espera. -Dijo quitando la sartén del fuego.- Ya. -Volvió conmigo.- Lo primero, ¿sobre qué quieres escribir?
- Pensaba escribir algo diferente...
- ¿Cómo qué? -Preguntó con su mano en mi rostro.
- No sé, me apetece cambiar y no hacer siempre terror. -Me encogí de hombros.
- Y si... -Pensó.- ¿Una historia de amor?
- Había pensado de todo menos de romance. -Reí.- Sabes que eso del amor no se me da muy bien.
- Se te da muy bien, cariño. -Besó mi frente.- Puedes escribir sobre cualquier cosa que te propongas.
- Gracias. -Dije.- Huele muy bien..
- Pasta boloñesa para mí chica favorita. -Dijo riendo.
- Vuelvo al ordenador. -Dije separándome de él.
- No.
Tiró de mí hacia él.
- Ya es tarde, cenamos, vemos una peli y mañana continuas. -Dijo preocupado.
- Está bien. -Asentí.- Pero mañana tenemos cita con Samantha para ver una casa, dice que es la perfecta para nosotros.
- Estoy seguro de que sí, ahora a cenar.
Cenamos entre risas viendo una película de romance para que cogiera ideas e inspiración y cuando acabó, nos fuimos a la cama. Mi móvil sonó en mitad de la noche, era Bea, lo cogí asustada.
- Bea, cariño, ¿todo bien? -Pregunté preocupada.
- Sí, mira, te quería pedir un favor. -Dijo mi amiga desde el otro lado del teléfono.
- Claro, dime.
- ¿Quién es? -Dijo Rubén adormilado.
- Es Bea. -Le contesté en voz baja.
- Verás, necesito que mañana cuidéis de Ellie. Marcos y yo tenemos que ir al pueblo de su padre porque acaba de fallecer su abuelo. Tenemos que ir a recoger a sus padres para traerlos aquí y con la niña es mucho jaleo para ella.
Ellie ya tenía cuatro meses recién cumplidos.
- Claro, no te preocupes. Puedes traerla a la hora que quieras. -Acepté.
- Muchísimas gracias. Te compensaré. -Dijo ella.- Tengo que dejarte, Marcos está pasando un mal momento.
- Tranquila, dale el pésame de mi parte, mañana os vemos. -Dije y colgué.
Dejé el teléfono en mi mesilla de noche.
- Pobre Marcos.. -Dijo Rubén que había escuchado la conversación.
- Bello durmiente, te has despertado. -Reí.- Lo siento.
- No te preocupes. -Se estiró en la cama.- Mañana haremos de niñeras. -Rió.
- Sí, menos mal que Ellie es muy buena y se porta muy bien.
- Deberíamos comenzar a intentarlo.. -Dijo serio.
- Todavía no tenemos una casa para nosotros. -Dije sonriendo.
- No me importa. Mi hogar es donde tú estés, no necesito una casa.
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Desde siempre.
RomanceAmelia y Rubén se conocen desde que tenían seis años, viven en Texas y siempre han sido compañeros de clase hasta el instituto, dónde se les separó, y con ello también su amistad. En esta historia, se volverán a reencontrar y recordarán los buenos...