Capítulo 28.

3 1 0
                                    

- Ru. -Lo llamé saliendo de mi habitación hacia la cocina donde estaba él haciendo la cena.- Me he estancado. -Dije acercándome a él.

- Ven aquí. -Soltó la espátula con la que removía la pasta y me abrazó.- ¿No se te ocurren ideas para tu nueva historia?

- No. -Dije decepcionada conmigo misma.- No sé cómo empezar.

- Espera. -Dijo quitando la sartén del fuego.- Ya. -Volvió conmigo.- Lo primero, ¿sobre qué quieres escribir?

- Pensaba escribir algo diferente...

- ¿Cómo qué? -Preguntó con su mano en mi rostro.

- No sé, me apetece cambiar y no hacer siempre terror. -Me encogí de hombros.

- Y si... -Pensó.- ¿Una historia de amor?

- Había pensado de todo menos de romance. -Reí.- Sabes que eso del amor no se me da muy bien.

- Se te da muy bien, cariño. -Besó mi frente.- Puedes escribir sobre cualquier cosa que te propongas.

- Gracias. -Dije.- Huele muy bien..

- Pasta boloñesa para mí chica favorita. -Dijo riendo.

- Vuelvo al ordenador. -Dije separándome de él.

- No.

Tiró de mí hacia él.

- Ya es tarde, cenamos, vemos una peli y mañana continuas. -Dijo preocupado.

- Está bien. -Asentí.- Pero mañana tenemos cita con Samantha para ver una casa, dice que es la perfecta para nosotros.

- Estoy seguro de que sí, ahora a cenar.

Cenamos entre risas viendo una película de romance para que cogiera ideas e inspiración y cuando acabó, nos fuimos a la cama. Mi móvil sonó en mitad de la noche, era Bea, lo cogí asustada.

- Bea, cariño, ¿todo bien? -Pregunté preocupada.

- Sí, mira, te quería pedir un favor. -Dijo mi amiga desde el otro lado del teléfono.

- Claro, dime.

- ¿Quién es? -Dijo Rubén adormilado.

- Es Bea. -Le contesté en voz baja.

- Verás, necesito que mañana cuidéis de Ellie. Marcos y yo tenemos que ir al pueblo de su padre porque acaba de fallecer su abuelo. Tenemos que ir a recoger a sus padres para traerlos aquí y con la niña es mucho jaleo para ella.

Ellie ya tenía cuatro meses recién cumplidos.

- Claro, no te preocupes. Puedes traerla a la hora que quieras. -Acepté.

- Muchísimas gracias. Te compensaré. -Dijo ella.- Tengo que dejarte, Marcos está pasando un mal momento.

- Tranquila, dale el pésame de mi parte, mañana os vemos. -Dije y colgué.

Dejé el teléfono en mi mesilla de noche.

- Pobre Marcos.. -Dijo Rubén que había escuchado la conversación.

- Bello durmiente, te has despertado. -Reí.- Lo siento.

- No te preocupes. -Se estiró en la cama.- Mañana haremos de niñeras. -Rió.

- Sí, menos mal que Ellie es muy buena y se porta muy bien.

- Deberíamos comenzar a intentarlo.. -Dijo serio.

- Todavía no tenemos una casa para nosotros. -Dije sonriendo.

- No me importa. Mi hogar es donde tú estés, no necesito una casa.

Desde siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora