Escuchamos el llanto de la bebé, abrí los ojos como platos mientras se me llenaban de lágrimas mientras miraba a Rubén. Unos minutos después las enfermeras nos dejaron entrar a conocer a nuestra nueva sobrina.
- Hola -Dije abriendo la puerta. Ví que Bea tenía a la niña en brazos.- Ay que cosita más bonita. -Dije acercándome a ella.- Es preciosa, se parece a ti.
- Pues yo le veo parecido a Marcos. -Dijo ella refunfuñando.
- Tranquila. -Reí.- Tiene de los dos. Enhorabuena amiga.
La abracé como pude y después le dí la enhorabuena a Marcos abrazándolo fuerte, Rubén hizo lo mismo con los dos.
Nos quedamos una hora más, admirando la belleza de aquella afortunada niña.
- Os dejamos descansar. -Dijo Rubén.- Llamadnos para lo que sea.
- Eso es, vendremos enseguida. -Confirmé las palabras de Rubén.
Salimos de allí sonrientes y emocionados.
- Joder.. -Dije emocionada.- Ahora tengo ganas de tener un mini tú. - Rubén se echó a reír.
- Tranquila, cuando vivamos juntos y nos casemos, lo tendremos.
- ¿Nos vamos a casar? -Pregunté emocionada.- Esto cada vez va a mejor. -Reí.- Respecto a lo de vivir juntos.. Prácticamente ya lo hacemos. No sales de mi casa para nada..
- Sí que lo hago. Voy a comprar el pan, a trabajar, salgo contigo.. -Dijo riendo y yo con él.-
Llegamos a casa en diez minutos y nos tumbamos en la cama exhaustos del día que habíamos tenido.
Rubén estaba tumbado boca arriba semidesnudo, me puse encima suyo y lo abracé.
- Ojalá quedarme así toda la vida. -Dije sintiendo los latidos de su corazón.
Deshice el abrazo para poder mirarlo a la cara y comencé a acariciar su cuerpo haciendo que soltase pequeñas risas por las cosquillas que le hacía. Me pedía que parase pero hice caso omiso, seguí haciéndole cosquillas mientras el se reía cada vez más fuerte.
- Para o te vas a enterar.. -Dijo desafiante.
- No voy a parar. -Dije haciéndole más.
- Amelia.. -Rió.- Para..
- Oblígame.
Suspiró y me agarró para darme la vuelta, dejándome debajo suya sin poder moverme. Comenzó a hacerme cosquillas en los costados y en el cuello, me reí a carcajadas.
- Para.. -Dije riendo.
- No voy a parar. -Dijo imitándome.
- Ru, por favor.. -No podía parar de reír.
Se apiadó de mí y paró.
- Date la vuelta y quítate la camiseta. -Me ordenó.
- Vas muy rápido hoy... -Dije aún riendo.
- No boba. -Rió.- Quiero darte un masaje.
- Huy, eso sí que me apetece. -Dije quitándome la camiseta y poniéndome boca abajo en la cama.
Se sentó encima mío y comenzó a masajear mis hombros liberándolos de toda tensión, siguió con mi espalda y brazos. Estaba muy relajada. Sus manos se deslizaban suavemente por la parte baja de mi espalda, llegando a mi trasero semidesnudo, masajeándolo con firmeza. Noté un mordisco por su parte y reí, después lo azotó y siguió masajándolo.
- Quédate así. -Dijo y obedecí.
Se levantó para hacer algo lo cual no ví, después noté como retiraba el tanga y lo ponía sobre mi glúteo. Sus dedos rozaban mi clítoris suavemente.
ESTÁS LEYENDO
Desde siempre.
RomanceAmelia y Rubén se conocen desde que tenían seis años, viven en Texas y siempre han sido compañeros de clase hasta el instituto, dónde se les separó, y con ello también su amistad. En esta historia, se volverán a reencontrar y recordarán los buenos...