"¿Hmmm? ¿No leíste mi mensaje? Nadie más que yo sé lo que pasó hace ocho años. Ah, además de ti, por supuesto".
Añadió Rosemond con una sonrisa-.
"Esto... ¿Por qué me muestras esto?"
Dijo el duque Ephreney, forzando a su voz a permanecer lo más firme posible.
"Bueno, ¿Quién hubiera pensado que alguien te llamaría 'Duque'?"
"... ¿Qué?"
"El Duque Oswin anteriormente ocupaba el puesto de canciller, pero ahora está fuera. ¿No es usted el canciller hoy?"
"¿Qué estás diciendo?"
"La historia detrás de esto es divertida. Quiero contársela al Emperador ahora mismo."
Rosemond se rio, mientras el rostro del Duque Ephreney se ponía pálido.
Ella continuó clavándole su estaca.
"Oh, ¿Crees que eso será el final de esto? Entonces hablemos de esto. Por ejemplo, ¿Qué tal si se reúne con su esposa ahora mismo?"
"¡Tú!"
Gritó el duque Ephreney, pero Rosemond permaneció imperturbable.
No había razón para que le tuviera miedo.
Al contrario, él debería temerle a ella.
No ocultó su orgullosa expresión, y proclamó libremente sus ambiciones al duque.
"Quiero ser reina."
"..."
El duque Ephreney estaba atónito.
¿Esta chica, una simple hija de un barón, deseaba el trono?
Ni siquiera estaba calificada para ser candidata a reina.
Como si pudiera leer su mente, Rosemond se rio a carcajadas una vez más.
"Oh Dios, Duque. ¿Está pensando en que yo sea candidata a reina? No, yo quiero ser la reina".
"Pero sin pasar por las pruebas..."
"Respondeme. ¿Cuánto has logrado con esa cabeza tuya?"
El Duque Ephreney se sonrojó rápidamente, no por vergüenza o confusión, sino por ira.
Rosemond, sin embargo, sonrió como si no le importara nada.
"¿No sería más divertido quitarle el puesto de reina, mi señor?"
"Jovencita, esto es serio. ¿Cómo te atreves a codiciar...?"
"Oh, pero tú eres el menos indicado para decir algo así. Has hecho muchas cosas extraordinarias para llegar a dónde estás, ¿No crees?"
"..."
No podía negarlo.
Todo el material secreto que Rosemond poseía lo probaba.
¿Cómo no podía ser engañado por ella en esta situación?
¿Cómo pudo escapar de ser desacreditado por ella?
Ambos sabían que él estaba totalmente atrapado.
En ese momento, Rosemond sentía más alegría que nadie, mientras que el Duque Ephreney sentía más ira que nadie.
La diferencia entre los dos era tan clara como una comedia y una tragedia juntas.
"Entonces... ¿Qué es lo que quieres?"
Dijo el duque cuidadosamente.
"Por favor, ayúdeme, Duque".
Respondió ella.
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Dama A Reina
FantasíaHace mucho tiempo, vivieron un par de hermanas gemelas muy unidas. Aunque eran muy diferentes, su amistad complacía a sus padres y las dos hermanas siempre se cuidaban mucho mutuamente. Su pacífica rutina pronto comenzó a cambiar cuando la gemela ma...