Capítulo 33 - ¿Estoy Viva o Muerta?

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Todo se estaba saliendo de lugar.

Como ese día, las verdades que Lucio conocía se habían roto y tuvo que enfrentarse a una nueva realidad.

Se dio cuenta instintivamente de que el cambio estaba llegando, y no podía predecir cómo sus emociones fluirían después del torbellino.

Era un emperador que era venerado por su gobierno ejemplar, y era un gran político que aplacaba los conflictos entre los nobles.

Sin embargo, cuando se trataba de amor, estaba destinado a ser débil.

Los hombres eran vulnerables cuando se trataba de ese tipo de cosas.

Patrizia, mientras tanto, recordó el camino exacto que tomaron, y habló con voz optimista.

"Su Majestad, ya hemos pasado por aquí antes. Creo que volveremos pronto."

"¿De verdad? ¡Genial!"

Gritó Lucio repentinamente.

"¿Su Majestad? ¿Qué pasa?"

Dijo Patrizia sorprendida.

"Ugh... no es nada..."

Las palabras de Lucio se desvanecieron, y Patrizia detuvo a Sally y examinó el estado del Emperador.

Su frente se sentía como una hoguera.

La fiebre había aumentado de nuevo.

Patrizia frunció el ceño preocupada.

No podían permitirse ningún retraso.

Ella había prometido volver al punto de partida lo antes posible.

"Su Majestad, aguante un poco más."

Dijo con voz firme.

Lo abrazó un poco más fuerte para que no se cayera, y luego instó a Sally a seguir adelante.

Realmente no tenía mucho tiempo ahora.

Su salud no podía garantizarse si no recibía rápidamente el tratamiento adecuado.

***

El área de inicio del torneo era un caos.

"¿Dónde está Su Majestad?"

"No sólo Su Majestad, también la Reina. ¿Qué ha pasado?"

"¿Pasó algo malo?"

Los nobles comenzaron a entrar en pánico después de que el Emperador y la Reina no volvieran después del tiempo establecido.

Naturalmente, la culpa recayó en sus guardias, incluyendo a Raphaella, pero Lucio y Patrizia les ordenaron que los dejaran solos, lo que dificultó las reprimendas.

Una reunión de emergencia fue organizada apresuradamente en un cuartel temporal, y después de una seria discusión, los nobles concluyeron que tenían que usar toda la mano de obra disponible para buscar al Emperador y la Reina.

Los caballeros del torneo fueron divididos en grupos y asignados a buscar una sección cada uno.

Los nobles sonrieron satisfechos cuando terminaron de hacer sus planes, y el Duque Vasi, que se había convertido en el líder de facto del esfuerzo de búsqueda, decidió reunir a los caballeros y darles sus órdenes.

Justo cuando la reunión estaba por concluir, alguien entró en el cuartel. Naturalmente, los ojos de los nobles se volvieron hacia la entrada.

Después de confirmar la identidad de la recién llegada, el Duque Vasi frunció el ceño y dijo el nombre de la persona.

Dama A ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora