capitulo 26

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Esto es incomodo… ellos me miran mientras espero mi helado de tres sabores y mi pastel de chocolate -no piensas decir nada- habla Vicent, lo miro serio.

-Después de comer- miro la ventana -tengo hambre y si hablo ahora no podre comer- no dice nada, ninguno dice nada, llega mi orden y solo me dedico a comer, lo necesitaba.

Cuando los vi entrar a la sala de consultas casi me da un infarto, quería que la tierra me tragase, sentí un miedo muy grande… pero también mucha rabia, ellos me siguieron y sin mas entraron, no me dieron tiempo a prepararme mentalmente ¡quería contárselo yo! Gruño molesto.

Es que juro que quería golpearlos en ese momento ¿Cómo se atreven? Dios… si se los iba a contar ¿no podían esperar?

- ¿Estas molesto? – pregunta Edward, detengo mi cuchara con helado a mitad de camino y lo miro mal.

- ¿Qué crees tu? – meto el halado a mi boca -los imbéciles no podían esperar a que hablara con uds, noo tenían que llegar de sorpresa- gruño enojado -siempre hacen lo mismo- no dejo de comer, joder esta tan rico.

- ¿De verdad ibas hablar con nosotros? – pregunta Vitor. Me detengo y pienso ¿se lo iba a decir? Si, si lo iba hacer.

-Si, son los padres… conmigo no tendrán nada que ver, pero los bebes no tienen la culpa- termino de comer y me acomodo para mirarlos bien -pero como siempre hacen todo al gusto suyo, no me dicen nada, ni preguntan-.

-Pensamos que no nos dirías- dice Edward. Asiento.

-Tuve muchas ganas de no hacerlo, mi hermano quiere que vuelva a corea y pude hacerlo- ellos se ven preocupados -no lo hice porque no quiero volver con mi padre y porque como les dije, los bebes no tienen la culpa, no puedo negarles que conozcan a sus padres-.

-Lo siento- miro a Vicent -sospechamos que estabas embarazado, por eso te seguimos- lo miro en silencio.

-Trataremos de ser los mejores padres- miro a Edward -queremos que confíes en nosotros, no te dejaremos solo, estamos muy felices por ser padres- eso me conmueve un poco, al menos aceptan a sus hijos.

-Puedes volver a la casa cuando quieras- miro sin entender a Vitor -queremos hacer bien las cosas Ren, vuelve con nosotros- me rio.

-Creo que están mal entendiendo algo- me apoyo en la mesa y los miro serio -serán los padres de mis hijos y si quieren formar parte de su vida no tengo ningún problema, pero uds y yo no estaremos juntos, esto no cambia nuestra relación- Edward niega con su cabeza.

-No Ren por favor vuelve con nosotros, se que cometimos muchos errores, pero déjanos remediarlo, demostrarte que esta vez lo aremos bien-.

Lo aran bien, eso dicen ellos… pero como puedo confiar en sus palabras si cuando decían amarme tanto me dañaron, creyeron que los había engañado y ellos me engañaron a mí.

-No puedo- susurro.

-Ren por favor- dice Vicent con voz quebrada.

-Como puedo estar con uds sabiendo que me engañaron… y con la persona que les mintió sobre mí, decían amarme, pero ni si quiera valí la pena para hablar, para termina nuestra relación- mis ojos se llenan de lagrima, ellos solo me miran -si su padre- miro a Vitor y Vicent -no me hubiese llevado a ese evento ¿aun no me darían explicación de algo? ¿ya estarían casados con Rubén? No confió en uds, ya no- las lagrimas bajan por mis mejillas.

-Ren nosotros lo sentimos mucho- Dice Vitor, sus ojos están llorosos.

-De que me sirve que lo sientan, la humillación que me hicieron pasar, la angustia que sentía cuando no podía contactarlos, el miedo que tenia cuando su padre me llevaba allí advirtiéndome de lo que vería, el dolor que me provocaron sus palabras, la decepción cuando vi como besaban a Rubén, la rabia que tuve cuando no creían en mi… nada de eso se borra con un lo siento, uds me destrozaron- limpio mis lagrimas -pueden ser los padres de mis hijos- los miro decidido -nada mas que eso- los veo llorar también, sé que les duele lo que les digo pero tengo que hacerlo para sanar yo.

-No te engañamos- dice Vitor -sí, lo be-besamos ese día, pero antes de eso n-nunca paso nada- me mira desesperado -te lo juramos- se que dice la verdad, pero eso no quita el dolor.

-Es bueno saberlo- me levanto y tomo mi mochila -me voy, si quieren saber algo sobre el embarazo me llaman- me giro y salgo del local, tomo un taxi y voy a mi departamento. Me dejo caer en la puerta de la entrada llorando, por esto no quería decirles aun, me duele, me duele verlos, me es difícil hablarles sin sentir como mi pecho se rompe, saber que los tendré cerca me tiene muy mal.

En ese momento vibra mi celular, secando mis lagrimas contesto -Hyung-.

-Hermano, nació mi bebe, es una niña muy hermosa- una sonrisa se dibuja en mi rostro.

-Me alegro mucho hyung, espero conocerla pronto ¿Bill como esta? – pregunto.

-Bien, le costo un poco, pero todo salió bien, ahora esta descansando- me levanto del piso y voy al sillón.

-Quisiera estar allí, poder verlos- cierro mis ojos.

-Puedes venir- abro mis ojos -padre dijo que siempre podrías venir de visita- eso me sorprende.

- ¿De verdad puedo ir de visita? – pregunto esperanzado.

-Si, hable con el y dijo que podrías venir, que siempre serás su hijo- sonrio antes eso -mas ahora que estas solo deberías de venir- eso lo dice algo molesto -padre me conto lo que sucedió ¿estas bien? -.

-S-si… estoy bien, pensare sobre ir y te avisare- cambio el tema.

-Esta bien, espero tu llamada-.

-Adiós hyung- corto la llamada cerrando los ojos, lo mas probable es que no sepa aun que estoy embarazado, por lo que paso con los chicos no creo que mi padre se lo tome muy bien… tal vez, si quiero convencerlo debería de ir, las clases terminan en tres días asi que podría viajar por unos días.

Voy hasta la ducha y limpio mi cuerpo, sobo mi estomago ya algo abultado y sonrio -tendremos unos pocos problemas con su abuelo, pero are lo posible para solucionarlos- termino y me seco el cabello, voy a mi cama y me duermo.

Al día siguiente le cuento a Anette lo que paso en la clínica y después de eso -¿entonces no te engañaron? – pregunta y suspiro.

-Ellos dicen que no… pero yo vi como besaban a Rubén, en ese momento ellos se veían muy contentos y cuando me vieron me miraban con odio… eso no se olvida fácilmente, me sentí como la mierda- ella asiente.

-Te entiendo, si no estas preparado para perdonarlos ahora solo tiene que dejar que el tiempo cure todo- se queda en silencio unos segundos mirándome - ¿iras a Corea? – asiento.

-Solo serán unos días- me levanto de la silla -asi vere a Bill, conoceré a mi sobrinita y de paso convenzo a mi padre no matar a esos alfas cuando sepa de mi embarazo- rio -vamos, es nuestra ultima clase- ella se levanta y camina a mi lado.

-Yo igual quisiera ir, pero no puedo… iré a la casa de mis padres mañana-.

-Ya podrás ir, sabes que Bill también quiere verte- tomo su mano y entramos al salón juntos, tomamos asiento esperando al profesor.

-Buenos días chicos- entra el profesor con su maleta y nos mira a todos -hoy es nuestra última clase asi que como despido saldremos- nos mira esperando reacciones -iremos al lago que esta en las afuera de la ciudad, hable con sus profesores de las otras clases y están de acuerdo ellos también irán- todos celebran -es una despedida, este año fue difícil, ya serán profesionales hechos y derechos… les deseo lo mejor a todos- aplaudimos ante esas palabras y nos dirigimos hasta unos buses que están en la entrada.

Hay muchos estudiantes -al parecer va todo el campus- digo a Anette y esta asiente mirando a todos -no se si ir, no podre bañarme, si me quito la ropa todos sabrán de mi estado- ella me mira.

-Podemos ir a nadar lejos de todos- sonrio ante su idea.

-Si- digo contento. Nos subimos al bus y luego de unos minutos estamos de camino hasta el lago, debemos pasar por unas montañas empinadas hasta llegar, pero no lo note porque me dormí y desperté cuando llegamos.

-Tengo hambre- digo bajando del bus -debí comprar comida o algo- hago pucherito.

-Tranquilo, por allí hay un almacén- apunta Anette y miro el local son una sonrisa.

-Iré a comprar algo- camino hasta allí y me compro unos pastelitos con una soda. Contento camino hasta el grupo.

-No puedes tomar eso- me quitan mi soda y veo molesto a Vicent -les hace mal a los bebes- me entrega un jugo natural.

-Pero yo quiero soda- le hago pucheros y el achica sus ojos.

-Se lo que haces- dice Edward llegando a mi lado -Vicent tiene razón, eso no te ara bien- gruño molesto.

-Nunca tomo soda, es un antojo- digo para que me la devuelvan, ellos se miran y luego a mí.

-Solo por esta vez, que no se te antoje de nuevo- dice entregándomela. Sonrio y se la recibo.

-Gracias- digo feliz abriendo la lata y camino hasta Anette.

-Veo que te están cuidando- asiento.

-Si, no me querían dejar tomar soda ¿puedes creerlo? – ella rie negando con su cabeza.

-Es que no deberías tomarla- la miro mal.

-No suelo tomar sodas, solo la vi y se me antojo- me encojo de hombros. Caminamos con el grupo hasta la orilla del lago, nosotros nos quedamos mas alejados y tomamos asiento.

- ¿Entraras al agua? – asiento.
-Si, pero luego… ahora quiero descansar mis piernas- ella rie.

-Vamos juntos, no te dejare ir solo- le lanzo un beso y ella igual a mí. Miro a los demás en el agua, veo a Vitor junto a sus amigos jugar con un balón en el agua, solo tiene un short, su pecho está descubierto y húmedo, su cabello también lo tiene desordenado… se ve sexy…mierda, me calenté.

-Creo- aclaro mi garganta -creo que deberíamos de ir- Anette asiente.

-Vamos más haya- apunta un poco mas lejos de todos -asi no notaran tu estomago- asiento, siento mi rostro ardiente, estos imbéciles a pesar de todo me prenden… y mucho. Caminamos unos metros en donde estamos solos, miro a nuestro alrededor y me quito mi polera -Wow, si se nota bastante- dice Anette asombrada y yo me rio.

-Son dos ¿Qué esperas? No quiero ni pensar como estaré después- me meto al agua -esta rica- chillo, me meto hasta que el agua tape mi estómago.

-Si, esta muy rica- suspira disfrutando del agua -que genial que vinimos- asiento.

-Si, es relajante- rio fuerte y ella igual -fue un año difícil… pero estoy feliz de igual manera- toco mi estómago.

- ¿Puedo tocar tu estomago? – pregunta Anette y asiento.

-Claro, solo que no se te pegue- me burlo y ella nega con su cabeza, se acerca un poco y toca mi estómago.

-Es genial, se parece mucho al de Bill, bueno, al que tenía- me rio.

-Si, también estaba durito-.

-Serás un buen padre- la miro -y yo seré una muy buena tía- rie y yo igual.

Cara de ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora