El conejo blanco

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- Comeme-

La mirilla se cerró y la puerta se abrió a lo que parecía un jardín lleno de flores gigantes en esa habitación redonda había muchas puertas en algunas había ventanas donde se encontraban varias personas mirando en esta sala había una cruz torcida en la pared iluminada.

-Disculpa ¿Has visto un chico con una sudadera blanca con orejas de conejo?-

- ¿Eres Alicia?-

-Eh ¿si?-

-Ve por la tercera puerta y sube las escaleras allí estara-

Dándole las gracias mientras me encaminaba a la puerta. Por el camino vi a muchos hombres y mujeres con collares y cadenas sentados a los pies de quien tenía la cadena. Al llegar a la puerta la abrí y escaleras subí como 4 pisos y al final otra puerta.

- ¿Cuántas puertas voy a tener que cruzar hoy? por no se que decir cómo contraseña después del "bébeme y comeme"-

Estaba nervioso así que llamé. La primera vez nadie contesto, pero la segunda una voz malhumorada se escuchó atravesar la puerta.

-¿Quién es a estas horas?-

- Mmm ¿Alicia?-

Abriendo la puerta el muchacho me miró enfadado aún llevaba la capucha puesta, solo la sudadera puesta que le llegaba hasta por encima de las rodillas.

- Y yo el conejo blanco y llegó tarde ¿y que?-

El muchacho cambio de cara al verme.

- Oh ¿Y tu quién eres?-

Me quedé mirando esos ojos azules y me perdí en ellos, que bonito era el conejito blanco.

- Alicia, mmm quiero decir Jungkook, me llamo Jeon Jungkook y no se como hice pero terminé aquí como Alicia, se que suena como si te estuviera acosando pero es que llevo cruzándome contigo todo el día y mi libro favorito es Alicia en el país de las maravillas y tu pareces un conejo blanco y hoy no es un buen día pero cada vez que te veía me sentí bien y no se cómo terminé aquí-

El lindo chico me mira fijamente un rato y después estalla en carcajadas y sus ojos se cierran en una linea el sonido de su risa me contagia y comiendo a reír con el, cuando por fin conseguimos parar el abre su puerta.

-Bueno Jungkook yo me llamo Jimin pasa por favor, tendré problemas con la reina de corazones si te ve ¿No crees?-

La luz era tenue solo una luz estaba encendida cuando me adentre a la habitación, era el salón de una casa normal y corriente con una chimenea en la pared de enfrente y un sofá un butacón más una mesita alrededor de ella. Tenía una cocina abierta al salón, una mesa pequeña de comedor para cuatro comensales era un lugar espacioso y el ventanal que había en una de las paredes seguro era luminoso también. Era la casa del conejo blanco.

-Bueno Jungkook ¿que pensabas que iba a ocurrir cuando me encontraras?-

Jimin me miraba de arriba a abajo evaluandome. No se que estaba pensando pero su mirada cambió en mitad del recorrido de sus ojos, sacó su lengua y atrajo su labio hacia el interior de su boca, mordiendolo levemente para después pasar su mano por su cabello llevándolo hacia atrás. Nunca vi un hombre tan sexi hasta ese momento. La canción de Taemi que sonaba cuando entre al local vino a mi mente.

- E e eso no lo pensé yo yo solo quería saber ¿Donde donde va el conejo con tanta prisa? Su supongo -

- Por favor siéntate ¿Quieres un té u otra cosa para comer tal vez?-

Negué con la cabeza, el fue hacia el sofá de tres plazas y se sentó en una esquina.

-Vamos Jungkook siéntate, no como a menos que me lo pidas-

Lamio sus labios justo después de decirlo y mi mente ya deliró en una imagen de esos labios alrededor de mi duro miembro. Me senté todo colorado, en la otra punta del sofá por miedo a que mi amigo despertó al pensar en esa imagen y el pudiera darse cuenta.

- Dime Alicia ¿Que pensaste de mi madriguera? ¿Te gusta esta versión del país de las maravillas?-

- Yo la la verdad nunca he estado en un sitio pa parecido-

Subió sus pies descalzos al sofá y giro hacia mi dirección apoyando el brazo en el borde del respaldo, peinado su pelo y lamio los labios de nuevo, se le había subido la sudadera, se veían aún más sus blancas y estoy seguro que suaves piernas.

- No has respondido a las preguntas, ¿Alicia te gusta el pais de las perversiones?-

Su voz cambió con en esa pregunta el tono era tan suave y sexi.

-Yo yo no se nunca he he hecho nada parecido -

Su sonrisa ladina y la mirada tan sexi que me regalaba me abrumó e hizo que tuviera pensamientos que nunca había tenido.

- ¿Te gustaría probarlo?-

Jimin se puso a cuatro patas como una pantera apuntó de atacar, esperando mi respuesta. Tragué fuerte verle así no hacía más que pensar en cosas que nunca pensé. No me salían las palabras, que iba a responder si o no.

Jimin se acerco despacio a mí se puso a horcacadas sobre mi y junto nuestros rostros hasta rozar nuestras narices, sentía su aliento en mis labios, su mano sube por mi torso despacio acaricia mi cuello para terminar enrollando sus dedos entre mi pelo.

- Responde Alicia ¿Quieres que te enseñe el país de las perversiones?-

No espero respuesta tiro de mis cabellos hacia atrás y su lengua recorrió mi cuello despacio hacia mi oído mientras comenzó un lento movimiento de caderas hacia delante, sentí cómo con el movimiento de su culo al pasar por encima de mi miembro lo ponía duro solo con el primer roce.

- Algo me dice que si, pero quiero que tus labios me lo digan Jungkook responde -

Mordió fuerte el lóbulo de su oreja y echó hacia atrás sus caderas. Un gemido se escapó de mis labios esta vez tiro más fuerte de mi pelo y giro mi cabeza volvió a lamer esta vez el otro lado de mi cuello hasta el otro oído.

- Repite conmigo. Quiero-

Sus caderas empezaron a subir el ritmo de sus movimientos.

- Quiero -

- Que el conejo blanco-

- Qui quiero que el conejo blanco mmm-

- Me enseñe el país de las perversiones -

Sus palabras acariciaban mi oído y su otra mano subía por debajo de mi ropa rozando despacio todo mi torso.

- Me enseñe mi el pais de las perversiones-

- Muy bien Alicia veamos cuál es el puesto que te gusta más sumiso o dominante -

Su lengua paso sobre mis labios y comenzó a besarme suave, lo deseaba comer así el beso tardo poco en ser una batalla de lenguas por el poder del control de este. Mis manos subieron por sus muslos hasta la sudadera y se metieron por debajo sintiendo su piel suave y caliente, al rozar su pezón note un piercing redondo que no pude evitar tirar de el, su gemido se ahogo en mi boca. La otra mano bajo a su culo, lo apreté con ganas...

El País De Las Perversiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora